Un artesano en tierra artesanal, el Val y Carbajo

El ceramista José Antonio Carbajo ha inaugurado el sábado en el Val de San Lorenzo una exposición de iglesias realizadas en arcilla roja, una de sus especialidades junto a los palomares tradicionales

Fulgencio Fernández
04/10/2021
 Actualizado a 04/10/2021
José Antonio Carbajo delante de una de sus iglesias, la de Rodiezmo, en León. | L.N.C.
José Antonio Carbajo delante de una de sus iglesias, la de Rodiezmo, en León. | L.N.C.
"Las maquetas de las iglesias que realizo están confeccionadas todas ellas con el mismo material o sea con arcilla roja, las distintas tonalidades que se ven, son el resultado de diversas pinturas que se les ha aplicado, bien por engobes (distintas pinturas con mezcla de barros) u óxidos o colorantes, quedando permanentes al ser cocidos a mas de novecientos grados". Así explicaba el artesano José Antonio Carbajo, un clásico de la cerámica por estas tierras aunque natural de Palencia, las iglesias que exponía en una muestra anterior. También nos ha visitado en diferentes ocasiones con otra de sus ‘especialidades’, los palomares.

Ahora ha regresado y lo hace a un lugar muy especial para los artesanos pues es una de las cunas de la artesanía, Val de San Lorenzo, donde Carbajo "acude con una completa colección de iglesias de esta comunidad y otras", y que inauguró el pasado sábado dentro del programa cultural de otoño del Ayuntamiento de Val de San Lorenzo. Un ciclo, que como es habitual año tras año, continuará hasta el 6 de enero del 2022.

La muestra ahora inaugurada "está llena de detalles en cada una de las piezas expuestas, realizadas meticulosamente y de una gran maestría".

Originario de la provincia de Palencia, Carbajo realizó numerosos cursillos de cerámica desde el año 1990, lo que ha hecho posible que con su vena artística recopile todas las enseñanzas recibidas y como autodidacta en la creación de piezas llegue a nuestros días con verdaderas obras de arte. Recuerda que comenzó conlos palomares, así lo explicaba enuna muestra de ellos: "Me encanta el barro y la arquitectura. Me fijé en los palomares de recuerdo que se llevaban los turistas que pasaban por esta tierras nuestras y me decidí a hacer uno para probar. Al acabarlo, creo que con buen resultado, siguió picándome el gusanillo y no podía parar. Llevo alrededor de 20 años", explica este artesano cuya pasión le llevó a tener una colección de más de 300, la mayoría creados en el centro cívico de Sansomendi. Las iglesias han sido el siguiente paso, con un resultado también realmente atractivo, como puede comprobarse en la muestra que ahora ha inaugurado en el Val de San Lorenzo, que merece la pena visitar. Y mucho.
Archivado en
Lo más leído