Con un característico antifaz negro, pasaría bastante desapercibido de no ser por sus nidos colgantes tan peculiares y llamativos. Normalmente los construyen a partir de una rama flexible de chopo o de sauce, y sobre el agua de ríos, arroyos y zonas inundables.
Es sin duda el nido más elaborado de toda nuestra avifauna, y ver el proceso de construcción es toda una experiencia.

La cópula normalmente se produce en una rama cercana al nido, lejos de las miradas de los curiosos fotógrafos, aunque en alguna ocasión son menos cuidadosos y he podido documentarlo.
El macho terminará el nido construyendo el túnel de acceso y tapizará el interior con pelusa de carrizos, chopos y demás materiales suaves.
Los machos habitualmente son polígamos y pueden mantener varias familias a la vez, cada una con su propio nido.
La hembra perfectamente aislada del exterior, pondrá los huevos y sacará adelante a los pollos con el aporte de alimento del macho. El nido continuamente mecido por el viento, aguanta perfectamente las inclemencias más duras, pudiéndose ver al lado de nidos nuevos, otros viejos de años anteriores, apenas deteriorados. Muchas veces utilizan el material de un nido viejo para construir un nido nuevo a apenas unos metros de este.
Todos unos constructores estos pequeños y simpáticos pájaros moscones.