Un traje a la medida de dos grandes de la escena española

Solo o acompañado de actores de la talla de Luis Bermejo o Luis Zahera, el asturiano Javier Gutiérrez es doblemente protagonista en el caso de la capital leonesa por la representación de ‘El traje’ en el Auditorio Ciudad de León y el estreno de la película ‘Pájaros’, que pone de manifiesto el excelente momento por el que atraviesa uno de los actores más queridos y respetados del panorama nacional a lo largo de sus más de veinte años de carrera, desde sus inicios en la mítica compañía Animalario hasta sus grandes trabajos en el cine, como ‘La isla mínima’ o ‘El desconocido’, sin olvidar sus incursiones en televisión con ‘Águila roja’ o ‘Estoy vivo’. Esa capacidad de trabajo y su versatilidad a la hora de componer personajes de muy distinto signo han convertido al de Luanco en uno de los actores mejor dotados de su generación. Junto al madrileño Luis Bermejo, otro todo terreno que se mueve con igual soltura en el teatro, el cine y la televisión, además de su experiencia como director de los montajes estrenados por su compañía Teatro del Zurdo, Gutiérrez se sube este viernes a las 20:30 horas al escenario del Auditorio para co-protagonizar la comedia de Juan Cavestany ‘El traje’, que el autor sitúa el primer día de rebajas en unos grandes almacenes. Un hombre de negocios (Gutiérrez) ha protagonizado un incidente con una mujer por lo que es interrogado por el vigilante de seguridad (Bermejo) en las entrañas del edificio. Aunque ideada por Cavestany diez años atrás, cuando estábamos padeciendo muy de cerca los efectos de la crisis del 2008 y los casos de corrupción que nos salpicaban a diario, ‘El traje’ está más vigente que nunca, pues la pandemia ha tomado el relevo de la crisis financiera y la corrupción ha encontrado en la crisis sanitaria un perfecto caldo de cultivo. «Más de diez años después volvemos con este montaje que aparentemente es sobre un traje, que habla de los anhelos y miserias humanas, algunas congénitas, otros implantados o heredadas a nuestro pesar, y que se propone llevar al espectador por una especie de túnel del terror y la risa de la mano de dos gigantes de la simulación, la verdad y la máscara», sostiene Cavestany. El duelo entre estos dos gigantes de la interpretación recuerda al librado por Laurence Olivier y Michael Caine en la obra de Anthony Shaffer ‘La huella’.