Tierras altas y aves marinas

Escocia es uno de los destinos imprescindibles tanto para los fotógrafos de naturaleza como para los viajeros convencionales

Javier Valladares
19/08/2020
 Actualizado a 19/08/2020
El frailecillo es una pequeña ave, de triste mirada, que habita en el atlántico norte y en el ártico. | JAVIER VALLADARES
El frailecillo es una pequeña ave, de triste mirada, que habita en el atlántico norte y en el ártico. | JAVIER VALLADARES
Escocia es un país impresionante. Aunque para muchos es el país del whisky, para los fotógrafos de naturaleza es el país de las aves marinas. Los paisajes salpicados de lagos y castillos, los acantilados y los fiordos del norte hacen de Escocia un destino de primer orden.

El objetivo principal de mi viaje eran los frailecillos. El mejor momento para fotografiarlos es, sin duda, el mes de junio, pero por motivos laborales no pude viajar hasta agosto.

Para acceder a las islas escocesas, donde se encuentran las mayores colonias de estas especies, hay que reservar hasta con un año de antelación. En el caso del archiconocido islote de Bass Rock, seis meses antes del viaje, ya estaban agotados los pasajes del barco que permite desembarcar allí. Tan sólo quedaban billetes para rodearlo desde el mar. Aun así, poder navegar alrededor de este imponente islote basáltico es uno de los mayores espectáculos que he podido observar jamás. Su color blanquecino proviene de los más de 150.000 alcatraces atlánticos que alberga, así como de sus heces. Impresiona ver las nubes de cientos y cientos de aves marinas que constantemente despegan y aterrizan. Además de alcatraces pude fotografiar frailecillos, gaviotas, petreles, cormoranes, e incluso focas.

Mi siguiente destino fue May, una pequeña isla de menos de 2 km de longitud, donde sí pude desembarcar y recorrerla por unas horas. Sus habitantes principales son los frailecillos. Esta pequeña ave, de triste mirada, habita en el atlántico norte y en el ártico. Pasa gran parte del año mar adentro y sólo se acerca a costa en época de cría o cuando las condiciones metereológicas son muy desfavorables. De carácter muy sociable, cría en colonias, al borde de los acantilados, y puede transportar en el pico un gran número de peces para sus polluelos.

Pero no todo son aves en Escocia. También me dio tiempo a conocer míticos lugares como el Lago Ness, el famoso Castillo de Elian Donan, y buena parte de las tierras altas. En los montes Cairngorms dediqué una larga jornada a localizar y fotografiar perdices nivales. Después de varias horas caminando, encontré una pareja perfectamente mimetizada en una zona llena de rocas y se dejaron fotografiar a placer.

La Isla de Skye supuso un magnifico punto y final por mi periplo escocés, con sus pintorescos pueblos de pescadores, sus fiordos y su accidentada costa oeste. La última sorpresa que me tenía guardada esta isla fueron las vacas escocesas, que se me habían resistido durante todo el viaje y que son de lo más peculiar.
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