No parecía encerrar nada más. En el último apartado se había ‘colado’ el nombramiento del nuevo organista como fruto del «concurso oposición» que había convocado el propio obispado, pero unos días después llegó un verdadero terremoto en forma de nota de prensa de Samuel Rubio, en la que además de anunciar que deja la dirección del Festival de Órgano escribe párrafos muy duros, poco habituales entre integrantes de la iglesia y el cabildo. Pero lo eran:

— Me duele cuando pienso, con todos mis respetos, que se haya elegido para el cargo de organista a un candidato que no considero en absoluto persona cualificada para la responsabilidad que corresponde al organista titular de la Catedral de León.
Son solamente dos párrafos, hay más pero estas dos son significativas y ‘apuntan’ claramente hacia el Cabildo de la Catedral. Parece que tendrá respuesta, pero de momento prefieren guardar silencio, según reconoció ayer Primo Panera. Pero parece que esgrimirán estatutos, temas legales, aunque parece que prefieren que pase la onda expansiva del momento.
Por su parte, el nuevo organista prefiere no pisar este charco y él tan solo insiste en la legalidad y limpìeza de su elección, argumentando además que «jamás he estado en León, presenté mis méritos y he sido elegido, ni yo conozco a nadie en León ni nadie de Leónme conocía a mí»(en referencia a quienes le han seleccionado como organista.
El tiempo dirá.