"Sueño con una faena redonda"

Tocó el cielo de Madrid abriendo la puerta grande de la primera plaza del mundo cuando era novillero. Fue un habitual en este coso y supo que vivía su mayor crisis cuando no le llamaron para San Isidro. Pero Javier Castaño, leonés con sangre de Cistierna, se rehizo, dejó nuevas faenas para el recuerdo en Madrid, como aquella en la que recibió al toro sentado en una silla, y se ha ganado el derecho a estar anunciado en dos tardes. Este martes será la primera de ellas, con toros de Pedraza de Yeltes y acompañado de Paco Ureña y Juan del Alamo.  En la tarde del lunes no pudo ver la corrida de Madrid pues tenía sastre, estaba dando las últimas puntadas a su traje.
 
– ¿Estrena traje para Madrid?
– Sí, me gusta hacerlo en las corridas importantes y ésta lo es, por supuesto.

– ¿Se puede saber el color?
– No se puede saber, es una sorpresa.

– ¿Tiene alguna sorpresa más preparada, como cuando sacó la silla en esta misma plaza para el inicio de la faena con muleta?
– Ahí no es que no te lo quiera decir, es que no lo sé. Las sorpresas las pide el toro, según tu te vas encontrando, en un momento determinado sientes necesidad de hacer algo;al menos eso es lo que me ocurre a mí.

– ¿Cómo va a Madrid?
A San Isidro siempre acudo con mucho respeto, pero también voy muy confiado, tengo mucha fe en mi toreo – Con mucho respeto, eso siempre, esa plaza merece un respeto, pero también muy ilusionado, animado y confiado, con la esperanza de que los toros me ayuden poniendo algo de su parte.

– Se habla mucho de los miura, a los que se enfrentará en su segunda corrida en Madrid, pero ¿le motiva la ganadería de Pedraza de Yeltes?
– Sinceramente sí, me gusta. He matado dos corridas suyas y en las dos he triunfado, tengo un recuerdo muy especial de ‘Resistente’, el toro con el que corté por primera vez en Salamanca dos orejas. Espero que a la tercera vaya la vencida y hagamos algo importante en Madrid. Yde los miura qué voy a decir, es la ganadería a la que más veces me he enfrentado y le debo mucho. En las dos tengo fe.

– Los toros atraviesan un momento complicado, ha bajado el número de festejos, pero a la vez parece que los aficionados esperan mucho de toreros como Castaño, que están un escalón por debajo de las grandes figuras y deben intentar el ‘asalto’.
Ninguna temporada es fácil,  pero yo no vuelvo la cara jamás, es un orgullo que me llamen para las corridas duras – Ninguna temporada es fácil, cada año tiene su afán. Pero sí es cierto que no nos podemos conformar con lo que tenemos, debemos tener fe en nuestras posibilidades y yo la tengo. He empezado bien el año, mantengo el nivel de temporadas pasadas y, por supuesto, sueño con una tarde redonda en Madrid que nos permita soñar con dar un salto más en mi carrera. Eso es lo bonito del toreo, que nada el fácil pero nadie te puede robar los sueños. Cuando creas que has tocado techo es mejor que te retires, es el final de un torero. Creo que de otras muchas profesiones, pero yo hablo de lo que conozco.  

– Después de Madrid y antes del segundo paseíllo en la capital vuelve a ir a Francia, un país en el que tiene un gran cartel, más que en España.
– Gracias a Dios. Es cierto, Francia me ha dado mucho, he hecho cosas importantes en sus plazas porque el público francés sintoniza muy bien con mi forma de entender el toreo, de sentir en la plaza, de estar en el ruedo.

– Cuando se habla de las corridas duras siempre aparece su nombre;¿cómo le sienta?
– Para mí es un orgullo que cuando se confeccionan esas corridas que llamamos duras que mi nombre siempre esté ahí, porque no es fácil torear un número alto de corrida de toros de esas características y mantener regularidad. Yo nunca vuelvo la cara, ha sido una constante en mi carrera, y si me llaman para corridas duras... me encuentran.