"Son 52 suspiros de tinta envueltos en un corazón de papel"

Gregorio Fernández Castañón presenta este jueves en el ILC su libro ‘Escultores leoneses en mi camino’, que recoge los 52 reportajes publicados en La Nueva Crónica

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01/10/2025
 Actualizado a 01/10/2025
Imagen de archivo del escritor Gregorio Fernández Castañón. | MAURICIO PEÑA
Imagen de archivo del escritor Gregorio Fernández Castañón. | MAURICIO PEÑA

«Todo comenzó como un buen sueño, aunque el camino, la verdad, se presentaba tan largo como tortuoso; pero no. No había tiempo para la flaqueza. Un cuaderno de notas, un bolígrafo y mi cámara fotográfica era todo cuanto necesitaba para conquistar aquella idea peregrina que, bajo el acompañamiento de los vientos del norte, se inició a principios del año pasado y no se detuvo hasta que, en mi mochila cultural, logré cobijar 52 historias». Así explica el incansable creador, editor y gestor leonés Gregorio Fernández Castañón la gestación de un proyecto que este jueves se presenta, en forma de libro, en la Sala Región del ILC (19.30 horas) después de haber ido apareciendo en las páginas de La Nueva Crónica de León

El libro lleva el mismo título de aquel serial, ‘Escultores leoneses en mi camino’ y recoge en 248 páginas, con cientos de fotografías, a 52 escultores leoneses. 52 artículos que, en primicia, publicó a lo largo de 48 semanas. «Son 52 suspiros de tinta protegidos por un corazón de papel. Todo un lujo», explica Gregorio Castañón, quien recuerda aquella andadura. «Fue más de un año escribiendo bajo el polvo de los caminos solitarios. Pisando el barro, deprisa, sin esperar que los ladridos de los perros intimidaran mis buenas intenciones o dejando que el sol, que alimentaba los campos de girasoles en época estival y acariciaba, más tarde, los membrillos del otoño, me acompañara con su luz. Una aventura extraordinaria que, por fin, consiguió subirse al podio tras un punto final: este libro», que este jueves presenta acompañado del director del periódico, David Rubio, y con el acompañamiento musical de Nacho Álvarez.

Resume el autor el proyecto como «una gran historia cultural que yo quiero regalar a la ciudad y provincia de León. Un libro para disfrutar con tan amplio panorama artístico, sí, pero también pensando en que ha de ser de futura utilidad (de consulta) para conocer lo que aquí, por León, en este primer tercio de un siglo de luces y sombras, hacían 52 escultores leoneses, los mismos que, por uno u otro motivo, aparecieron, con su buen hacer y hasta de forma milagrosa –diría yo–, a la orilla de tan largo camino».

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