Siguiendo los pasos de la foto que la abuela llevaba al cuello

El fotógrafo Víctor Justel apenas conoció a su abuelo José Luis Ropero, el primer alcalde democrático de San Andrés y figura clave en el desarrollo de Pinilla; para Justel era la foto que la abuela Puri llevaba al cuello y decidió reconstruir su historia

23/11/2025
 Actualizado a 23/11/2025
Purificación Prieto, ‘la abuela Puri’, que lleva al cuello el camafeo con la imagen de Ropero. | VÍCTOR JUSTEL
Purificación Prieto, ‘la abuela Puri’, que lleva al cuello el camafeo con la imagen de Ropero. | VÍCTOR JUSTEL

«Yo solo conocí al abuelo de niño pues falleció cuando yo tenía 8 años. Y guardas esa imagen que tenemos de los abuelos; aunque sabía que había sido el primer alcalde democrático de San Andrés del Rabanedo, que su vida estuvo muy vinculada al desarrollo del barrio de Pinilla, que mucha gente me hablaba de él, sobre todo la abuela con la que no puedes hablar sin que aparezca en la conversación el recuerdo suyo... y, sobre todo, me llamaba la atención el camafeo que llevaba siempre al cuello, con una foto del abuelo». 

Víctor coloca a su abuelo detrás de una cortina como metáfora de una búsqueda de sus huellas
Víctor coloca a su abuelo detrás de una cortina como metáfora de una búsqueda de sus huellas

Así explica el joven fotógrafo Víctor Justel (León, 1995) el origen de su proyecto ‘Igual que nunca’, premiado en el Certamen León es foto y que puede verse en la actualidad —una selección de sus obras— en el Palacín. 

Fue Víctor uniendo datos. La figura del abuelo, la abuela Puri, los vecinos, la memoria que José Luis Ropero dejó en Pinilla y su trabajo por este barrio, la vinculación de la familia... «De la idea inicial salté a llevar a cabo una investigación sobre el territorio y la identidad colectiva del barrio al que pertenece mi familia, el de Pinilla; con un hilo conductor, por supuesto, la figura del abuelo. Él había sido el primer alcalde democrático del municipio en la candidatura del PSOE, después fue concejal de Cultura en la etapa del PCE, pero sobre todo descubrí en él a una figura clave en la creación de la identidad de este barrio. Yo no pude  conocerle en profundidad, y el propio barrio fue llenando las lagunas pues había sido testigo de su vida, y sigue siendo un reflejo de su influencia, igual que el barrio influyó en su identidad».

Y así se pasó Víctor Justel recorriendo y fotografiando el barrio de Pinilla durante tres años, hablando con los vecinos, con los comerciantes... «He podido sentir la presencia del abuelo en cada rincón del barrio que tanto amaba y que él ayudó a transformar.  A través de relatos, recuerdos y las huellas que dejó en el lugar, el barrio sigue siendo un reflejo de su vida y trabajo. De alguna manera, su legado perdura en la identidad del espacio, y este proyecto tiene la intención de visibilizar esas conexiones entre la historia personal de mi abuelo y la historia colectiva del barrio».

Justel ha preferido centrarse en las gentes del barrio y en el «interior» de las casas de los vecinos. | VÍCTOR JUSTEL
Justel ha preferido centrarse en las gentes del barrio y en el «interior» de las casas de los vecinos. | VÍCTOR JUSTEL

Para desembarcar en el primer alcalde de la Democracia es evidente que tiene que haber en José Luis Ropero un trabajo previo, un comportamiento, un ejemplo y un compromiso. Recuerda Víctor Justel como «además de estar en todos los movimientos asociativos, de tener ascendencia sobre los vecinos, había salido de las filas de HOAC (la Hermandad Obrera de Acción Católica)que tuvo mucha presencia en los movimientos vecinales durante el franquismo».

Una biografía, un puzzle que pudo ir reconstruyendo Justel pues, señala, «las tradiciones, los valores y los espacios que definieron al barrio en su época de esplendor aún se mantienen vivos  en la memoria de quienes crecieron allí, pero hoy se encuentran en peligro de extinción. La pérdida de identidad del barrio es, en muchos sentidos, la pérdida de lo que queda de mi abuelo. Su legado, que estuvo tan  profundamente ligado a los aspectos fundamentales de este espacio, está comenzando a desvanecerse». Y lamenta una de sus preocupaciones: «Pinilla está perdiendo su identidad, tal vez como ha ocurrido a otros barrios, pero no lo hace en favor de una identidad nueva, no la tiene; han cambiado muchas cosas y no solo desde que el abuelo trabajó por este barrio, más cerca, desde que yo iba a clase allí, en el Antonio Balbuena». Y pone el ejemplo de esas imágenes de la parroquia que iban de casa en casa, que se pasaban los vecinos y que ha recuperado en una de las fotos de la exposición. «Al margen de los sentimientos religiosos, cada cual tiene los suyos o ninguno, era una forma de convivencia, de relacionarse, que se ha perdido; pero sobre todo me preocupó ver el declive comercial. Cuando yo iba al Balbuena había varias librerías, mercerías, unos cuantos bares en La Casona... han ido cerrando y no volverán a abrir».

En esa pérdida de identidad se incluye la historia del barrio, ya que el propio nombre de la calle y la glorieta, Carlos Pinilla, debe tener los días contados por la aplicación, si llega, de la Ley de Memoria Histórica ya que el personaje fue un destacado dirigente franquista, gobernador civil de León y otras provincias. También albergó Pinilla a muchos de los desalojados del pantano de Riaño, pues se trata de un barrio moderno, que se desarrolla entre 1945 y 1970 en terrenos de León y San Andrés del Rabanedo, un hecho poco habitual este de pertenecer a dos municipios. 

Y en este barrio, en este ambiente y la creación de una identidad destacó el trabajo de José Luis Ropero —el abuelo de Víctor Justel— al que muchos vecinos llamaban Roperín, apodo a medio camino entre lo menudo del personaje y el cariño que se ganó entre el vecindario. Curiosamente su nieto Víctor fue un practicante de lucha leonesa de prometedores inicios al que lastró su poco peso, lo que suponía una evidente desventaja frente a sus rivales; algo que él recuerda con el vaso medio lleno de ser un digno Roperín.

Para completar el retrato de su abuelo José Luis Ropero, primer alcalde democrático de San Andrés, Víctor Justel fotografió durante tres años a las gentes de este barrio. | VÍCTOR JUSTEL
Para completar el retrato de su abuelo José Luis Ropero, primer alcalde democrático de San Andrés, Víctor Justel fotografió durante tres años a las gentes de este barrio. | VÍCTOR JUSTEL

De cómo era el personaje puede dar una pista muy certera el inicio del texto de la exposición, de Pedro Trapiello, recordando a aquel primer alcalde democrático de San Andrés del Rabanedo: «Conocí a un hombre recto. Ese hombre labró lo suyo en esta política cazurra (...) No conocí a nadie más que llevara como él la rectitud hasta sus extremos. Hablo de José Luis Ropero, Roperín, obrero con honra de clase nutrido en la Hoac, comulgante de lo integro y lo moral, razonador del comunitarismo, instruido y persuasivo sin dárselas, menudo y brioso, madrugador, humilde, siempre en bicicleta hasta siendo alcalde de San Andrés del Rabanedo allá en los balbuceos iniciales de esta democracia...». 

Y recuerda una de las anécdotas más repetidas de la rectitud de un gobernante, casi conmovedora en los tiempos que corren. Siendo ya alcalde solicitó una licencia de obras, cosa que extrañó mucho, y ‘desde dentro’ enviaron una brigada que le arregló aquellas ventanas para las que había pedido permiso. «Ropero se fue al ayuntamiento para ponerse una denuncia contra sí mismo por obra ilegal». 

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