Con esta sucesión de hechos explicó el primer ponente del Curso Historia y Memoria, inaugurado este lunes en Cistierna, cómo el franquismo practicó la “damnatio memoriae” sobre la II República. Ésa fue la principal y constante actitud del régimen totalitario que devino tras la sublevación militar de julio de 1936. Una vez ganada la guerra se celebró la victoria que para legitimar y consolidar el ‘nuevo estado’ se dedicó de forma sistemática no solo a borrar el legado de la primera democracia española sino a demonizarla haciéndola origen y causa de todos los males de la patria.», explicó el historiador Jesús Castrillo Yagüe en la ponencia impartida después de la inauguración oficial en el ayuntamiento de Cistierna y la explicación del director del curso, Javier Rodríguez, sobre los peligros de la desmemoria, la tergiversación y la necesidad de la implicación de los historiadores de aportar la memoria de los hechos.

El siguiente paso en este relato sería la promulgación de la «Ley de amnistía de 1977 supuso de facto una tabula rasa en virtud de la cual todas las responsabilidades de los artífices de la represión quedaban extinguidas mientras que las víctimas quedaron revictimizadas pues muchos de sus victimarios seguían figurando en el imaginario colectivo como ‘héroes de la patria’ o ‘personajes ilustres’ ya que calles, centros educativos, deportivos, … llevaban sus nombres y muchos edificios y organismos públicos sus emblemas, anagramas y símbolos».
De ahí la importancia que el historiador concede a la aprobación de la ley de Memoria Histórica, que en su exposición de motivos explica su razón de ser: «Es la hora, así, de que la democracia española y las generaciones vivas que hoy disfrutan de ella honren y recuperen para siempre a todos los que directamente padecieron las injusticias y agravios». Ampliada y completada en 2022: «La sociedad española tiene un deber de memoria con las personas que fueron perseguidas, encarceladas, torturadas e incluso perdieron sus bienes y hasta la propia vida en defensa de la democracia y la libertad».