San Isidoro de Sevilla y la enciclopedia mecánica

Por José Javier Carrasco

02/05/2023
 Actualizado a 02/05/2023
La inventora Ángela Ruiz Robles.
La inventora Ángela Ruiz Robles.
Cuenta la leyenda que en 1063, el rey Fernando I, después de hacer tributario suyo al rey de Sevilla al-Mutámid, consiguió de él la promesa de que le haría entrega de las reliquias de Santa Justa. Pero aunque la comitiva que acudió a Sevilla no dio con ellas, el obispo de León, San Alvito, que formaba parte de la embajada, tuvo un sueño en el que San Isidoro le reveló dónde se encontraban sus restos. La vuelta a la corte con las reliquias del santo se hizo por la Vía de la Plata. Próximos a León, en medio de una ciénaga, decidieron vendar los ojos de los caballos, reacios a avanzar, que las transportaban. Cuando entraron en la ciudad, los animales, con los ojos aún tapados, se encaminaron resueltos hasta la iglesia de San Pelayo, que cambió su titularidad por la de San Isidoro. San Isidoro, que definía al hombre como «un animal racional, mortal, risible y capaz de instrucción», escribió las ‘Etimologías’. En esta obra agrupó, sistematizó y condensó todos los saberes del momento con el fin de trasmitir los conocimientos atesorados por la antigüedad a la España visigoda del siglo VII. San Isidoro la dividió en secciones a las que dio título, pero fue San Braulio, obispo de Zaragoza, quien la estructuró en los veinte libros y cuatrocientos cuarenta y ocho capítulos con que ha llegado hasta nosotros. La socorrida Wikipedia de la Edad Media.

Si las ‘Etimologías’ reúnen el saber antiguo, la ‘Enciclopedia de Diderot y d´Alambert’ pretendía agrupar y difundir los conocimientos del siglo XVIII. El prospecto de la obra, escrito por Diderot, se publicó en 1750 y provocó una agria disputa con los jesuitas. En 1751 aparece el primer tomo. El gobierno decide prohibirla el año siguiente por considerarla una amenaza para la monarquía, corromper las buenas costumbres y promover la irreligiosidad. Su circulación, que había vuelto a reanudarse, se suspende de nuevo en 1759 al suprimirse los permisos de publicación (D´Alambert abandona entonces el proyecto). La obra definitiva comprendía veintiocho volúmenes aparecidos entre 1751 y 1772. Un total de más de setenta mil artículos y más de tres mil ilustraciones. Exponente de una ideología laicista, pragmática, materialista y burguesa, es el modelo de las modernas enciclopedias del siglo XX, sin embargo más conservadoras e indudablemente con menor repercusión que ella.

Ángela Ruiz Robles (1895-1975) es alguien que también tiene que ver con enciclopedias. Aunque, en su caso, escolares, y no como escritora, sino como inventora imaginativa de la enciclopedia mecánica, patentada en 1949. Nace en Villamanín en una familia de clase media (su padre era farmacéutico). Estudia y ejerce el magisterio en León, pero la mayor parte de su vida transcurre en Ferrol. La enciclopedia mecánica, incluía como novedades un sistema de pulsación mecánica mediante aire comprimido que hacía aparecer hojitas de plexiglás con los contenidos, acompañadas de otras, donde realizar anotaciones, que podían borrarse, así como la posibilidad de incorporar sucesivamente placas con nuevos contenidos o la de guardarla en un estuche. El primer prototipo, hecho en 1962, pesaba cuatro kilos y medio y el alto coste impidió su fabricación. Un ingenioso y pesado artificio, hoy anacrónico, pero bastante avanzado para aquel tiempo, que contribuyó a que su inventora diera nombre, en mayo del año 2022, al Premio Nacional de Investigación Ángela Ruiz Robles de Transferencia de Tecnología.
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