Sajambre, puerta de Picos

El alcalde de Oseja pone de relevancia el valle "menos conocido" del Parque Nacional, un paisaje "muy diferente" al resto del macizo en el que destaca la majada de Vegabaño, por donde pasa el motor de la zona

Antonio Mendoza
12/08/2018
 Actualizado a 18/09/2019
El refugio de Vegabaño, en el centro de la imagen, ofrece un paisaje «muy diferente» al resto de Picos de Europa. | L.N.C.
El refugio de Vegabaño, en el centro de la imagen, ofrece un paisaje «muy diferente» al resto de Picos de Europa. | L.N.C.
Oseja de Sajambre es uno de los dos municipios leoneses enclavados en Picos de Europa. En este serie para celebrar el centenario del Parque Nacional en el que montañeros, escritores, expertos y conocedores de la zona recomiendan diferentes planes y rincones para no perderse, el alcalde de Oseja, Antonio Mendoza, ‘tira para casa’ y destaca la infinidad de atractivos que posee el municipio, situado en el valle «menos conocido» y que forma una «importante entrada» a Picos.

Pero si algo destaca por encima del gran patrimonio natural y cultural que alberga el municipio –donde también destaca el Museo Escuela de Soto de Sajambre que puso en marcha Félix de Martino y que está abierta los fines de semana y durante el verano–, eso es Vegabaño y su refugio. Una majada grande, enclavada en un hayedo, en la que los que lleguen podrán disfrutar de una de las zonas quizás más desconocidas de Picos de Europa y también «más diferentes al resto» del Parque Nacional.

Alrededor de él discurren varias rutas y, en la actualidad, el refugio –propiedad de la Diputación de León– está regentado por una familia, que vive allí y lo mantiene abierto durante prácticamente todo el año. En la zona, a más de 1.400 metros de altitud, la vida sigue durante todo el año debido a la actividad ganadera de algunos de los vecinos de Oseja de Sajambre.

El motor de Sajambre pasa por hacer más atractivo aún este refugio, con transporte singular o actividadesUna de las grandes entradas por León al Parque Nacional de Picos de Europa, destaca Mendoza, ofrece a los visitantes un paisaje único. «El que llega ya lo ve», asegura, invitando a los lectores a realizar alguna de las rutas de senderismo que llevan a Vegabaño y a su refugio, donde poder pernoctar. En la zona hoy en día está prohibido acampar, al contrario de lo que sucedía en las décadas de los 70 y los 80 del siglo pasado, cuando las tiendas de campaña formaban parte del paisaje de la gran pradera en la que se enclava el refugio, como se puede ver en las imágenes superiores, tomadas en el año 1975 y en las que se ve a decenas de personas acampando en un «sitio mítico» de Picos de Europa desde «hace muchos años», que en la actualidad, sin embargo, no es de las zonas más visitadas del Parque Nacional.

A Vegabaño se puede llegar de forma sencilla desde la localidad de Soto de Sajambre, separada del refugio por unos 50 minutos de camino accesible para todo tipo de público, entre hayas y robles hasta que se alcanza la pradera de Vegabaño, al fondo de la cual está el refugio.

El que llega a Vegabaño ya lo ve, destaca, es un paisaje muy diferente al resto de Picos de EuropaAntonio Mendoza está convencido de que esta zona pasa el «motor» turístico para Oseja de Sajambre, aunque cree que en el municipio «se pueden hacer muchas más cosas y tiene muchos más encantos» y que «estamos intentando ampliar la oferta turística hacia otras zonas del valle».

Eso sí, cree que en Vegabaño «hay que hacer algo» que suponga «hacerlo más atractivo» para los visitantes que cada año llegan a Sajambre con ganas de disfrutar del Parque Nacional de Picos de Europa.

Una de las opciones que ve más factibles es instalar un sistema de transporte «llamativo», algo «que sea novedoso y merezca la pena, que realmente llame la atención» para que Vegabaño tome impulso y atraiga a más visitantes, recordando el funicular instalado en la vertiente cántabra, en Fuente Dé, aunque no tiene porqué ser el mismo sistema el que se utilice en este caso.

Para complementar este sistema de transporte a Vegabaño que Antonio Mendoza confía en hacer realidad para ampliar la oferta turística del valle, propone crear arriba, en la pradera del refugio, alguna actividad. «Para mí deberíamos tener un sistema de transporte singular, un buen refugio y una actividad diferente en la zona», resume, que sirva de impulso turístico para Oseja de Sajambre.

Mientras, aunque a pie, los visitantes pueden disfrutar de una de las zonas menos concurridas y «más diferentes» de Picos de Europa.
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