Ruta inclusiva de Viadangos a Casares de Arbas

Las rutas con raquetas son las más adecuadas en estos momentos en los que la nieve está blanda y los espesores pueden superar los dos metros

Vicente García y Marce Fernández
26/01/2024
 Actualizado a 26/01/2024
Subiendo al collado con la barra. | MARCE FERNÁNDEZ
Subiendo al collado con la barra. | MARCE FERNÁNDEZ

Se trata de un recorrido muy frecuentado cuando hay nieve y es habitual ver grupos organizados por las empresas de turismo activo realizándolo con raquetas, y otros con esquís de travesía, ya que el valle de Gistreo es destino recurrente para los que pretenden hacer tanto un pequeño paseo de iniciación a las raquetas de nieve como para los que demandan una ruta más exigente, pues también da acceso a distintos itinerarios para alcanzar cumbres interesantes para el montañero o el esquiador de travesía más avezado, como las del cordal que va desde el pico Negrón a Cueto Negro, en la parte superior de la estación de esquí de Pajares, que constituyen, por tanto, el sistema montañoso entre la autopista del Huerna y el puerto de Pajares.

En esta ocasión se realizará la ruta partiendo de la localidad de Viadangos de Arbás y finalizándola en Casares, haciendo así la ruta de forma lineal. En caso de no contar con un vehículo de transporte se puede regresar a Viadangos de Arbas siguiendo el trazado del sendero denominado PRC LE-75 de las Tres Marías, lo que aumentaría en cuatro kilómetros la ruta que se describe en esta ocasión, una ruta que ha aparecido en estas mismas páginas, aunque en dirección opuesta. 

Para hacer esta actividad en modo inclusivo hay que valorar su idoneidad en función de la existencia o no de nieve y el estado de la misma, ya que no es posible llevar las sillas todoterreno si la nieve no cuenta con la dureza suficiente para permitir que ruede en la mayor parte del recorrido. También hay que realizar un estudio previo sobre el tipo de nieve en la que se desarrollará la marcha, ya que ello condicionará los elementos de seguridad que se deben tener en cuenta para minimizar los riesgos del conjunto de los participantes, labor que han de realizar los guías con anticipación suficiente al momento de hacer la ruta.

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Puente del Glaciar. | MARCE FERNÁNDEZ

Para lo que no hay problema es para que puedan participar personas con discapacidad visual, guiados por el método de la barra direccional, con la única salvedad de que los pasos han de ser más cortos, a fin de no pisarse entre los tres que van en la barra al tener que llevar raquetas de nieve.

Esta misma ruta se puede realizar también en otras estaciones del año, ya sin nieve, y aunque el escenario es bien distinto también es atractivo, dado que transcurre por buen firme, pues la singularidad del paisaje y el caminar escuchando los cencerros del ganado, que pasta en esas praderas, lo hacen muy gratificante. Es precisamente el respeto a la actividad ganadera el único factor que se debe tener en cuenta al caminar cuando las vacas, las merinas o las yeguas son las que pueblan de manera cotidiana esos pastizales de altura

 

La ruta

El punto de inicio es la localidad de Viadangos de Arbas, que se cruza hacia la zona del cementerio donde empezará la ruta y, donde en caso de contar con nieve suficiente, sería el lugar indicado para calzar las raquetas y comenzar a progresar, dejando siempre a la derecha el estrecho río y llevando la izquierda la pared rocosa de Las Hoyas, comenzando en suave y progresivo ascenso.

El río que transcurre a la derecha se cruzará más adelante en el denominado Puente del Glaciar, un nombre evocador que evidencia la conformación del valle en el que se camina y que se reconstruyó de forma reciente sobre otro anterior de troncos de madera y del que aún se pueden ver sus restos. El puente nuevo ofrece mayor seguridad y tras él, el camino se interna ligeramente en un bosque de pinos para desembocar al poco en el fondo del valle, donde se deben sortear los regueros hasta llegar a una caseta de hormigón y que está al lado de un cruce de caminos. 

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El valle de Casares y las Tres Marías. | VICENTE GARCÍA

Se cogerá el que asciende a mano izquierda a través del pinar y que sube hasta la collada de Gistreo, finalizando allí el ascenso progresivo realizado para llegar al punto más alto de la ruta y que anuncia el descenso que transcurrirá a continuación, dando vista ya a las Tres Marías y al valle de Casares. Desde la collada se podría ascender fácilmente la cumbre del Alto del Cobachonal, de 1685 metros de altura, pero se dejará para otra ocasión, ya que en el caso de las rutas con raquetas los tiempos de desarrollo se incrementan y el tener un margen razonable de horas de luz es imprescindible por si surge alguna contrariedad.

Al poco de comenzar el sentido descendente del camino impresiona la vista del Palero, la cumbre de las Tres Marías que oculta a las otras dos y que muestra su imponente cara norte y donde se observa también un pequeño refugio y unos corrales ganaderos por los que el camino pasará a continuación, siguiendo en todo momento el recorrido en dirección a una línea de alta tensión que discurre cerca y dejando a la derecha el valle por el que discurre el río Casares.

La ruta no ofrece confusión alguna, en su mayor parte se observa la señalización del sendero PRC LE-75, y se sigue siempre en descenso con dirección al pueblo de Casares, cuyas casas ya se comienzan a atisbar y con la vista puesta en el entorno de las aguas de su embalse, no obstante, siempre es recomendable descargar la información del recorrido desde los sitios web especializados para auxiliarse con un dispositivo GPS o llevar la cartografía de la zona. Al final se entra en la localidad de Casares de Arbas, donde finaliza la ruta.

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