Ruta de los Puentes por la reserva natural Saja-Besaya

Las localidades de Cabezón de la Sal, Torrelavega y Reinosa conforman un triángulo rodeado por los ríos Saja y Besaya, que presenta una gran biodiversidad

Vicente García
21/07/2023
 Actualizado a 21/07/2023
Bosque con variedad de árboles. | VICENTE GARCÍA
Bosque con variedad de árboles. | VICENTE GARCÍA
Se trata de una ruta alejada de la provincia de León, pero es un recorrido muy interesante para todos aquellos que deseen pasar un buen rato de contacto con la Naturaleza.

El río Nansa se encuentra en el occidente de Cantabria y a continuación el Saja y el Besaya. Entre ambos hay un gran espacio natural donde se encuentra el Parque con el nombre de los citados ríos y es ahí donde se desarrolla la ruta. PRS 111 es el nombre oficial de esta ruta que se denomina también Sendero de Rozas en la parte corta o Monte Río de los Vados. Se llama ruta de los Puentes porque se deben cruzar 15 puentes de madera en diferente estado de conservación. Comienza en la Campa de la casa del Parque, lugar desde donde pueden empezar otras muchas rutas también interesantes.

Aunque es una ruta sencilla no es indicada para llevar niños porque es muy larga y tiene tramos con barro y fuerte pendiente. Los más andarines pueden hacer la ruta corta. La señalización es muy buena, no tiene pérdida, aunque coexisten dos tipos de indicaciones: la más antigua y algo deteriorada con carteles de madera tallados y la más moderna con indicaciones de color verde del Parque. Ambas son muy útiles para no perderse.

La ruta fue organizada por el Club Yordas, en especial por María Jesús Fernández, Gloria Fidalgo y Vicente Diez quienes realizaron un programa muy detallado del recorrido y, aunque fuera un día lluvioso, se pudo realizar sin mayores dificultades.

La ruta


La ruta comienza en la Casa del Monte de la Campa de Ucieda, al comienzo del parque Natural de Saja y Besaya, donde hay una construcción que sirve de bar y un parque infantil así como área recreativa. Se trata ya de un espacio singular, precedente de lo que va a ser el resto de la ruta, con árboles corpulentos, arroyos frescos y cantarines en una tupida pradera de fresca hierba.

Se debe seguir una pista asfaltada que va paralela al río y poco más de medio kilómetro después se encuentra un desvío con puente de piedra y carteles de la ruta y el parque, siguiendo por la derecha a lo largo de una pista mucho más deteriorada que la anterior y cuesta arriba a lo largo de los dos kilómetros y medio que se va a seguir, cuando la ruta debe dejarla para tomar un sendero que sale a la izquierda subiendo unos escalones y mucho más estrecho y embarrado si ha llovido.

Casi al finalizar esta pista se pasa por un edificio llamado el Andrinoso y al hacer un giro hacia la derecha se ven los carteles e indicaciones para la ruta de los puentes que dirigen hacia la izquierda. Se sigue a lo largo de ese sendero por el interior del hermoso bosque y, tras una subida, se sale a una zona de pendiente más suave con vistas a todo el valle por el que se va a andar. El sendero llanea un poco, hay algunos árboles en el camino y más tarde asciende para bajar e introducirse de nuevo en el bosque para ir hacia los dos primeros puentes rústicos de madera sobre el regato de la Toba. Desde allí una suave subida y en el camino un anuncio, el del «roble tumbao» al que se debe bajar para verlo y tras contemplar el gran roble en el suelo se vuelve al camino por el bosque para bajar a otro arroyo que va al mismo regato y cruzar otros dos puentes de madera finalizando así la zona de Bujulices, para poco después, salir del bosque a zona abierta y empinada que sube hasta el Jou de la Collá, donde más abajo hay un antiguo chozo de pastores. En este punto cabe la posibilidad de tomar un camino que desciende haciendo la ruta màs corta.Siguiendo por el camino se entra de nuevo en el bosque que desciende hacia un nuevo puente sin barandillas, y más tarde se sube, caminando largo trecho en el que en una parte más llana se pueden intuir los restos de casas y muros de delimitación de fincas y huertas del antiguo poblado de las Rozas, casi engullidos por el bosque. Se sigue por el sendero hasta llegar al río Bayones para cruzar el puente siguiente con barandilla. A partir del río el camino comienza a hacer una serie de toboganes de subida y bajada por los diferentes arroyos que bajan hacia el río, alguno de ellos muy rústico.En el camino se encuentra una gran haya, el Haya de la llana de Olar, espectacular por su porte y elevación, que destaca con gran majestuosidad entre el resto de los árboles que la rodean.A continuación se siguen cruzando arroyos por el llamado Monte de las Palancas en constantes subidas y bajadas, en alguno de los casos el puente solamente son varias tablas sobre las rocas, pues aunque hubiera habido puente, solamente quedan las tablas sueltas.

Dos últimos puentes después el recorrido continúa con toboganes continuos para llegar a una zona encharcada que se pasa por unos escalones de piedra con barandillas a ambos lados. Desde este punto se baja, primero entre árboles, más tarde con un poco de praderío y finalmente en camino a media ladera para llegar a la Braña Zarza, donde se sale a la pista en la que un cartel indica que quedan 3,4 Km para llegar a la Casa del Monte.

En el recorrido posterior, a pesar de caminar por una pista, la belleza del entorno no es menor que lo que se lleva hecho hasta el momento, pues la vegetación y en especial los árboles son corpulentos y majestuosos. Se cruza un puente de cemento, siguiendo por el camino hacia abajo aunque sin demasiada pendiente.

La pista pasa al lado de algunas construcciones y casi al final está asfaltada, poco a poco se llega, primero al cruce donde se giró a la derecha y se vuelve por el mismo camino de la ida hasta la casa del Parque, donde finaliza la ruta.
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