Hace diez años que no exponía en León. En estos años su vida ha dado un cambio muy brusco, pues se mudó de Salamanca, esa ciudad que le había acogido desde el tiempo de su formación y en la que se encontraba muy bien adaptado, a Madrid y el cambiono resultó demasiado positivo. Aunque el slogan es de Madrid al Cielo, lo suyo fue “Madrid me mata”.
Tras esos años de cambio se presenta en Ármaga con las obras surgidas en este tiempo que se pueden integrar en tres fases correspondientes cada una de ellas en una serie. Fernando nos comenta acerca de ello: “Son obras que pertenecen a esta época que estoy viviendo en Madrid ya que hay piezas de los primeros años, otras del 2020 y toda la exposición tiene un carácter retrospectivo”.Una primera serie se centra en obras creadas con objetos e integradas conexplicaciones de carácter irónico. Son como artefactos del primer periodo, y la razónpor la que crea estas obras la explica: “cuando yo me fui a Madrid la pintura que hacíatenía más relación con esto”.
Sobre este cambio que para él es una crisis, utilizando esta palabra como la utilizabanlos griegos, lo que da sentido a su transformación y nos dice: “A mi edad nadie se iría a Madrid en condiciones normales. Fui a Madrid y entré en un proceso de replantearme la pintura, pero no por el hecho de estar en Madrid, sino porque fue un choque,pensaba que estaba en condiciones de vivir en una ciudad con la energía que teníaMadrid y la situación me desbordó y la primera pintura en la que hago una renuncia alo figurativo, no es una renuncia del todo voluntaria, es que no salía, entro en unaespecie de bloqueo y exploro otras vías, tanto es así que en algunos casos yo ironizocon la pintura y la convierto en una especie de artefacto por el que ha pasado eltiempo y no queda nada debajo de cada cuadro, en realidad son cuadros, hay una serie de relatos...una pintura de Van Gogh que han encontrado en una excavación destruida... veo la pintura como objeto. El período estuvo bien porque a mi me sirviópara encontrar nuevas maneras de afrontar las cosas y me devolvió en cierto modo alpunto de partida”.
Es un momento en el que se encuentra algo perdido y lo va plasmando en sus obrascomo comenta: “Es como el tentetieso que tengo ahí pintado, estaba yobalanceándome y en el balanceo aprendí causas nuevas y al final volví a quedarme de pie. Ese es un poco el trayecto”.La segunda fase de la que sale una segunda serie coincide con la situación del país, la pandemia y acerca de ello y las obras creadas en esta época nos cuenta: “vivo la pandemia en Madrid y, como mucha gente, tenía que quedarme en casa porque no podía ir al taller, en esta parte hice una serie completa, de la que sólo hay cuatro cuadros colgados aquí y está hecha con los materiales que tenía por casa, que eran obviamente pocos, papel de pintar, de suelo, porque había una tienda cerca de mi casa y me compré un rollo de tapar el suelo. Por la mañana trabajaba en mis historias y por la tarde extendía el rollo en el salón y esta obra para mi fue muy especial, fue el paso, el regreso, un poco hacia la curación, porque en ese momento yo estaba muy conectado a lo que sentía, conectado de una manera muy íntima a todo lo que estabapasando, más que verlo como un espectador yo estaba inmerso en lo que sucedía,muchos de estos cuadros reflejan, no sólo mi estado de ánimo, sino el estado de ánimo de la sociedad, con el agua al cuello, por ejemplo, porque llego a Madrid cuandola crisis de refugiados en el Líbano, la gente venía por el mar y yo tenía esas imágenesde gente sumergida en el agua y empezaron a aparecer en mis cuadros en el aguacabezas, objetos, libros... un poco la sensación de tragedia”.
En la última parte regresa a la pintura y tiene que ver con los viajes en trenes vacíos durante la pandemia que iban tres en cada vagón, y relata: “yo iba pintando en mis cuadernos de dibujo, empecé a dibujar cosas y parte de esos dibujos los he trasladadoa cuadros”. En esta serie hay escenas urbanas con personajes sin rostro y entre elloshay enanos, los enanos del caos, seres pequeños que están gritando, seres de un coloro de otro, intentando levarnos a un lugar o a otro a esa especie de agujeros queempiezan a aparecer en el suelo que está como succionándolos.Sobre el título de la exposición comenta: “Barajaba dos títulos, uno era “Los años feroces”, pero luego me quedé con el de “perros, casas y profetas”, primero el temade los perros por la propia pandemia, para salir había que tener un perro, de hecho yotengo un perro que es de la pandemia, los perros se han convertido en un sinónimo dela soledad, las casas por estar encerrados en ellas, también por la carestía actual de lascasas, en Madrid la casa es el drama, y por último profetas porque ahora todo elmundo nos está anunciando el fin del mundo, el apocalipsis, y es un título que recogemuy bien de lo que muchas de estas piezas hablan”.Sobre sus exposiciones en nuestra ciudad nos cuenta: “A mi León siempre me acoge muy bien, me dicen “el pintor berciano”, en Salamanca soy el pintor leonés. En León me siento bien acogido, llevo años trabajando con Ármaga y me encuentro muy bien,me siento como en casa y espero que la gente conecte con lo que he querido decir yque, más que eso, se vea reflejada en mis cuadros. Yo como pintor no hablo de mí,hablo de lo que nos pasa a todos, intento que la gente se vea reflejada en mis cuadrosy que digan, yo me reconozco aquí”.
Acerca de los cambios realizados por la galería tras los diez años en los que no había expuesto, aunque en la inauguración de la exposición colectiva tras la reforma en laque expuso tres obras se expresa así: “La galería se ha ampliado y está muy bien paraacoger la obra que he presentado, ha quedado maravillosa y mi exposición resultaideal. Es que Ármaga es mucho Ármaga”.La exposición de Mourelo erstará hasta el 30 octubre.