Las localidades perdidas en el fondo del valle resultaban inexpugnables y eran un buen refugio para aquellos que deseaban esconderse tras la guerra civil y sobre todo conociendo bien el terreno como muchos de los guerrilleros que batallaron en los montes leoneses.
El catedrático Secundino Serrano, gran investigador de la guerrilla antifranquista leonesa, hablaba así del grupo guerrillero del noreste: «El grupo de Sabero, encabezado por Ramiro de Cabo Arenas Ramirón (Vozmediano, 1903), minero, socialista... (Condenado a 30 años a raíz de la revuelta de 1934). [...] Una serie de hombres, todos combatientes en el frente asturiano, se unirán a los tres grupos, reuniéndose por cuestiones de vecindad e ideológicas. Hacia 1940 el grupo más numeroso era el dirigido por Ramirón, que tenía como segundo a Calixto López Abad (Olleros, 1914), minero, cenetista, apodado Zara, Zaranda y Zarandona. La tónica general era la supervivencia y el deseo general de huir al extranjero. Por tanto, se limitaban a conseguir alimentos de los rebaños de la zona, de algún asalto y, sobre todo, gracias a familiares y amigos. Al grupo de Sabero se le atribuyó la muerte de Agustín García Valladares, hecho acaecido el 17 de octubre de 1941. En la partida se iba a producir inmediatamente la primera fisura importante al surgir dos tendencias: la primera, partidaria de la actitud pasiva, encabezada por Ramirón, y la segunda, favorable a una mayor combatividad, encabezada por Calixto López Abad. Ramirón, derrotadas sus tesis, se retiró del monte, escondiéndose: moriría poco después de muerte natural. Un privilegio entre los huidos».
Así cuenta un poco la relación de estas personas con el territorio en el que habitaban y su lucha por la subsistencia. Es importante reseñar que los caminos entonces no estarían tan limpios y adecuados como se encuentran en estos momentos para realizar la ruta.
El recorrido, aparte del interés por conocer la vida de los guerrilleros propone subir a una modesta peña desde donde se contempla perfectamente la localidad de Vozmediano y se alcanzan a ver muchas de las montañas del entorno, por lo que pudiera ser un buen punto de observación.
La ruta en general es cómoda y sencilla si se exceptúa el descenso desde la cumbre de la Peña Salgueredo, que se puede complicar bien por las piedras del camino, bien si se baja entre los brezos, pero al llegar al bosque se encuentra bien el camino y el descenso resulta mucho más cómodo y sencillo, aunque largo.
Desarrollo de la ruta
Comienza la ruta en la localidad de Vozmediano, una localidad con su encanto montañés indiscutible. Se aparca en algún hueco libre sin interrumpir el tráfico desde el inicio al final de la localidad, al principio hay un camino con amplia salida y al final al lado de un barco también se aparca bien. Solamente se debe seguir el camino paralelo al río que sube hacia el arroyo Soberón. Un camino amplio que poco después de salir de Vozmediano tiene un desvío a la izquierda, el antiguo camino a Voznuevo, realizado en una ruta anterior. Simplemente se va a continuar recto, al lado del arroyo, pasando junto al depósito de agua y más tarde un paso canadiense. Se cruza después el arroyo para seguir hasta que se encuentra un desvío donde se debe tomar el camino de la derecha, donde comienza la subida que se va a hacer poco a poco cada vez más empinada.
La primera parte de la ascensión es la que mayor desnivel afronta, casi 200 metros y, en la parte superior, se encuentra una fuente que forma parte de un pequeño arroyo. A partir de entonces la subida se suaviza para alcanzar la collada del Campo de 1528 metros, con vista excelente a las Pintas, la zona del Pico Moro, los Janos e incluso, más alejados, los montes de Palencia con el Espigüete y, al otro lado, Peñacorada.
Aparte de las montañas, la visión de los valles es magnífica, con los hayedos subiendo coloridos hasta media ladera y el espinazo de la roca desnuda de la sierra de los Caleros en medio de las vegas y los hayedos como el de Valdefelechoso.
Tras contemplar esta vista tan magnífica se vuelve unos metros hacia atrás entre la hierba tomando un camino que sube en diagonal convergente con el anterior realizando el recorrido por un camino recientemente desbrozado que se anda muy bien.
Pasado un buen trecho se ve un hito a la derecha del camino y una flecha en una piedra, los indicativos de que se debe bajar el pedrero para ver las cuevas de los maquis. El descenso se hace por un camino entre piedras de diferentes tamaños que resulta un poco escabroso, para llegar al fin a la primera de las cuevas donde se refugiaban los maquis.
El recinto es pequeño con una puerta bien disimulada en el terreno por la que se entra a gatas. El interior es una losa y buenas paredes con bancos a los lados, un refugio muy limitado si eran varios los que lo compartían.
Tras ver las cuevas se sube de nuevo para continuar por el camino hasta llegar a un punto en el que se puede ascender algo por la cuerda del Soberón, aunque sin llegar a la cumbre perdida de brezos.
Lo que sí se va a subir es la modesta peña Salgueredo, con una vista excepcional a Vozmediano y una cruz de piedra en su parte más elevada. Tras contemplar el panorama en el que se ven las montañas del Bodón y Peña Valdorria se desciende volviendo atrás el camino para bajar por una vereda empedrada que se camina mal, pero si se sigue por la zona de brezos y los senderos y trochas se pierden resulta mucho peor. Es preciso finalizar lo mejor posible este descenso para entrar en el robledal donde los brezos cambian a helechos y buscar la Fuente Amarga para tomar el camino de bajada entre los robles y poco a poco seguir hasta encontrarse en la parte más elevada de la localidad, descendiendo por el camino hasta la carretera y de allí al lugar donde se inició la ruta para darla así por finalizada.
