Raúl Márquez: "Lo importante es emocionar al público"

El Villamajazz, que este sábado disfruta de su segunda jornada, cuenta con la participación de Raúl Márquez, referente del violín ‘manouche’ en España

Emilio L. Castellanos
09/09/2017
 Actualizado a 12/09/2019
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Raúl Márquez acabó en el manouche como consecuencia de una evolución natural. Tras un período de formación clásica en el Conservatorio (que compatibilizó con estudios de escultura), acabó topándose con el flamenco (en cuyo marco ha tenido oportunidad de colaborar con nombres tan ilustres como Sara Baras, Joaquín Cortés, El Cigala, Antonio Canales, Jorge Pardo o Gerardo Núñez, entre otros) y las músicas étnicas que le sirvieron como plataforma hacia el swing, un género del que en España es uno de sus principales referentes y que le ha permitido ahondar e investigar en su particularidad. Este sábado y el domingo participará en el Villamajazz, –»un sitio al que hay que ir», confiesa –, con sendos proyectos ‘marca de la casa’ en los que, además de hacer alarde del virtuosismo que demuestra en el manejo del violín –»un instrumento que necesitaba salir de la música clásica y que ofrece muchas posibilidades para la investigación y la experimentación»–, saca a relucir la agitación que siempre ha dominado su trayectoria. «Lo mío con la música es vocacional y cuando te gusta tanto lo que haces tienes que estar plenamente dedicado a ello. Si no... te aburres». Ahora mismo mantiene activos proyectos como Tributo a Grappelli, el grupo Menil o la Swing Machine Orchestra, una formación de cuerda de gran formato en la que conviven doce músicos y que hoy actuará en Villamañán, en el transcurso de una sesión que arrancará en la medianoche en la confluencia de la Calle Mayor con la Calle La Amarguray que contará con la participación también de Elvis Gypsy Project, una iniciativa del guitarrista vallisoletano Alberto Blanco que propicia el encuentro entre el swing y el repertorio de Elvis Presley. Antes, la jornada del Villamajazz habrá arrancado con el tradicional concierto vermú del trío leonés Tri Full Jazz en la Plaza La Leña (13:30 horas) y proseguido con la actuación en la Plaza Mayor de Aguardiente Swing (20 horas), grupo alicantino por el que en el Villamañán se guarda auténtica pasión. Márquez retornará este domingo (13:45 horas), a la Plaza Mayor de Villamañán con una formación, Jazz Trío, ideada exclusivamente para la ocasión.

«Los músicos tenemos que conectar con el público porque lo estamos perdiendo». Y eso lo permite el jazz manouche, una música que encontró en los gitanos europeos de principios del siglo XX su principal correa de transmisión y que encierra un componente festivo que contagia al público. «El jazz se puede bailar, por supuesto». Tiene claro Márquez que la gente quiere pasárselo bien y él trata de que sus propuestas colmen tales deseos. «Hay que tener claro siempre que los músicos no tocamos para nosotros sino para el público. Y por eso hay que conocerlo bien, chequear sus gustos, insistir mucho en lo que se va a hacer para que disfrute... Lo importante es emocionarlo. Evidentemente, siempre debe existir un componente de experimentación que no hay que olvidar y que debes compartir, pero primero hay que enganchar al público, que se interese por lo que estás haciendo». El manouche es una música de siempre. Raúl Márquez mantiene fidelidad a su esencia sin renunciar por ello a la innovación. Y así queda demostrado en el repertorio de la Swing Machine Orchestra, una formación que se aproxima a algunos de los clásicos del jazz desde una perspectiva swing sin perder de vista el contexto contemporáneo que enmarca su desarrollo. Dice Márquez que la orquesta carece intencionadamente de un director concreto, «entre todos nos organizamos», y se rige por un sistema cooperativo. «Estamos muy motivados. La clavees que no lo pasamos bien y confiamos en el proyecto».

El violín tiene unas características específicas que Raúl Márquez, dado el dominio que ejerce sobre él, engrandece. El le da relevancia y protagonismo. Aunque inusual en el jazz más habitual, en el swing, por la importancia que adopta la cuerda, acaba convirtiéndose en uno de los centros de interés de la acción musical. «Es un instrumento que, adaptándolo a un plano adecuado, disfruta de un sonido especial. Además, te permite aproximarte a otro tipo de músicas».

«El músico no toca en casa sólo para él. Necesita del público. Es el que da respuesta a tu labor», afirma Márquez, alguien que se mueve como pez en el agua en el ambiente de la música en vivo y que estrecha numerosos lazos cómplices con su audiencia. «Tengo necesidad permanente del público. Tengo que acercarme a él para decirle esto que toco es para ti. Y por supuesto también para mí porque yo gozo haciendo música».La calle fue para él la mejor de las escuelas. «Aquella experiencia me dio muchas claves para llegar al público».

Valorado como uno de los mejores violinistas manouche de España, Márquez no se siente presionado o responsabilizado ante el halago. «Lo importante es la propuesta que haces. Creo que es un buen momento para hacer cosas. Muchos nos hemos empeñado en mover cosas y sacarlas a la luz, en reinventarnos, en empujar proyectos... En mi caso, la pasión es uno de mis grandes motores. Se nos pasa el tiempo y, por ello, hay que aprovecharlo al máximo».
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