Raquel Presumido: "Encontraremos la manera de volver a la vida en el campo, las ciudades son asfixiantes"

Hija de leonesa y asturiano, vinculada a Rodiezmo, un territorio que late en las historias de los 17 relatos de ‘Ratones en la despensa’, que el viernes se presenta en San Feliz

05/05/2025
 Actualizado a 05/05/2025
Raquel Presumido ha publicado 'Ratones en la despensa'
Raquel Presumido ha publicado 'Ratones en la despensa'

Docente de sólida formación, asturleonesa con raíces en Rodiezmo y Oviedo, lectora, de familia vinculada al mundo del teatro, acaba de protagonizar una sorprendente irrupción en el mundo del relato corto con un libro cargado de imaginación, memoria y referencias a su territorio vital y literario, fronterizo... Ella es Raquel Presumido Arias y este primer libro de relatos se titula ‘Ratones en la despensa’; de él ha escrito Tino Pertierra: «Destila talento para cultivar la inquietud». Una mirada muy personal al mundo rural, que conoce, en el que viaja de la realidad a la fantasía a bordo de un vehículo infalible: la buena literatura. El viernes lo presenta en San Feliz de Torío. 
   
– En tus ‘biografías’ se lee ‘escritora asturleonesa’ ¿La definición va más allá de ser hija de un asturiano y una leonesa? ¿Crees que existe en esa franja de tus vivencias —La Tercia— un territorio específico, fronterizo, con características comunes? 
– Sí. La etiqueta «asturleonesa» para mí es la que más se ajusta a razón de mis vivencias. Nací en Oviedo pero gran parte del año lo he pasado desde muy pequeña en Rodiezmo, en la frontera entre León y Asturias. Yo pongo un ejemplo siempre para explicar mi condición fronteriza: Cuando estoy en la piscina de Villamanín en verano me quejo de que se llena de asturianos, y cuando estoy en la playa en Asturias me quejo de que está llena de leoneses.

– ¿Ese territorio asturleonés podría ser un territorio literario, el territorio de Raquel Presumido Arias? 
–  Creo que es un territorio literario con muchísimo potencial narrativo. Las fronteras son ‘no lugares’, lugares liminales, a caballo entre una cosa y la otra. Un territorio de paso donde no existen dicotomías y las realidades se confunden, del negro al blanco se va pasando por una escala de grises. Me parece el mejor escenario para ubicar el tipo de historias que deseo contar. 

– Ese territorio podría tener una ‘capitalidad’, por así decirlo, en Rodiezmo, el pueblo de tu madre y de muchas vivencias personales.
– Sí, desde luego. Siempre tengo en mente Rodiezmo y los valles de la Tercia y Arbas a la hora de escribir. Es el lugar donde he ido creciendo y su entorno natural es algo que tengo grabado en la mente. Cada vez que voy y paseo por allí puedo observar algún matiz simbólico nuevo, alguna poesía de esas que crea la realidad sola. 

– ‘Ratones en la despensa’, el libro de relatos que ahora publicas, ¿es un viaje, una mirada más bien, a ese territorio concreto y también al mundo rural en general?
– Es un viaje al fondo de mis miedos, recuerdos, imágenes que me conmovieron, posibilidades terroríficas que se me pasaron por la cabeza... Están emplazadas en entornos rurales (pueblos con nombres inventados pero que remiten al mío) por la sencilla razón de que es lo que conozco bien y es lo que he vivido. No se me suelen ocurrir historias en entornos urbanos o, al menos, no de momento. 

– Por los 17 relatos de ‘Ratones en la despensa’ desfilan cuentos, leyendas, tradiciones y personajes de ese mundo rural, con una forma de contarlos que llamas, o llaman, literatura oscura ¿Qué es exactamente?
–  Podemos hablar de que todos los relatos se enmarcan dentro del género insólito. Es decir, todo lo que ocurre es inusual, raro. Dentro del género hay historias más realistas o más fantásticas. Por ejemplo, un hombre que se muda al cementerio o una mujer a la que se le acusa de ser bruja son dos historias que podrían ocurrir en la realidad. Sin embargo son, cuanto menos, situaciones insólitas. 
Por otro lado, un hombre que es tragado por una botella o unos jóvenes que viven en el fondo de un pantano son historias fantásticas, que no podrían ocurrir en el plano real en el que vivimos. 
Ambos tipos de historias beben directamente de mi experiencia vital.

 – Oscuro suena a taciturno, triste tal vez ¿Lo es tu libro? 
–  A pesar de que hay muchas muertes, sufrimiento, sensaciones asfixiantes, miedos, locuras... considero que no he escrito un libro triste. No soy una persona triste; sensible al dolor y a la belleza sí. En los relatos se puede ver esta vulnerabilidad ante la dureza de la vida pero también el humor y la ironía que hay en esa dureza.
 
– Hay un personaje muy concreto y recordado, Nemesio, ¿que nos puedes decir de él? 
–  Nemesio Castañón fue un vecino de Rodiezmo muy particular. Fue minero. Tenía problemas respiratorios. Siempre estaba sentado en la entrada de su casa enganchado al oxígeno con unos cables en la nariz mientras fumaba un Farias y bebía vino apoyando el vaso en la bombona. Escuchaba rancheras a todo volumen. Tallaba madera y había hecho una maqueta de casi todo el pueblo. Quiero decir, la historia está hecha, ¿no?

– Otro asturleonés, como Raquel Presumido y también vinculado a Rodiezmo, es Rodrigo Cuevas ¿Qué piensas de él? 
–  Me encanta. Claro que he coincidido. Además lo he visto varias veces en directo y tiene un show emocionante y divertidísimo. Creo que la clave está ahí, en el humor. Salpicar el arte de ironía y retranca le da mucho poder. Tomarse demasiado en serio es aburrido, creo yo.

– ¿Está desapareciendo la generación cuya historia, e historias, has llevado a ‘Ratones en la despensa’?
– Sí, desde luego. El rural tal y como lo entendían mis abuelos ya no existe. Para bien o para mal. A mí me parece que más para mal que para bien. Sin embargo, soy optimista y creo que va a haber un éxodo urbano inminente, donde se vuelva a la vida en el campo. Las ciudades son asfixiantes. Encontraremos la manera de volver. 

– En unos días presentas el libro en León (San Feliz de Torío) ¿Es de alguna manera especial esta presentación, la primera en tierras leonesas?
– Sí, el viernes 9 de mayo a las 19:00 h en la Casona de San Feliz de Torío. Me hace mucha ilusión, es mi primera presentación de ‘Ratones en la despensa’  en León. Me presenta mi querida amiga, la ilustradora leonesa Camino Viejo, con quien trabajé conjuntamente en mi poemario ilustrado Sola’.  Y otras sorpresas añadidas.

Archivado en
Lo más leído