Rafael Saravia: "No quiero hacer nada que no sea a favor de la dignidad del creador"

El leonés presenta en el Palacio del Conde Luna su último poemario, ‘El abrazo contrario’ (Bartleby Editores). El poeta confirma su intención de no seguir coordinando las jornadas culturales que tienen como acto central la entrega del premio Leteo

Joaquín Revuelta
28/09/2017
 Actualizado a 12/09/2019
Rafael Saravia entregando el año pasado el premio Leteo a la actriz y dramaturga Angelica Liddel. | DANIEL MARTÍN
Rafael Saravia entregando el año pasado el premio Leteo a la actriz y dramaturga Angelica Liddel. | DANIEL MARTÍN
El Palacio del Conde Luna será este jueves el escenario de la presentación del último poemario de Rafael Saravia, ‘El abrazo contrario’, que ha sido publicado por el prestigioso sello editorial Bartleby Editores. El acto, que dará comienzo a las 20:15 horas con entrada libre, contará con la presencia del autor, que estará acompañado por los poetas Juan Carlos Pajares y Antonio Gamoneda, este último autor de frontispicio del libro del presidente del Club Leteo y máximo impulsor del premioLeteo que el próximo mes de octubre escribirá su capítulo final con la entrega del galardón al poeta y escritor rumano Mircea Cartarescu.

‘El abrazo contrario’ ha necesitado un lustro para su publicación, donde el autor recurre a los temas que vertebraron ya sus anteriores publicaciones (la conciencia social, el amor, la muerte), a los que incorpora en esta ocasión una toma de conciencia por los materiales que nos conforman, como el ecosistema a conservar por parte del hombre. «Mi libros son pequeñitos en cuanto a contenido de páginas y hasta ahora había venido publicando cada dos años. ‘El abrazo contrario’ ha necesitado algo más de tiempo no porque haya nacido con voluntad de una profundidad concreta sino por el paso del tiempo y el ir destilando las cosas que son más o menos importantes en la vida y que me ha llevado a ir descartando muchos de los poemas que tenía escritos y que veía que no estaban a la altura del pensamiento que me apetecía desarrollar».

Rafael Saravia reconoce que en su obra poética hay temáticas que van a estar ahí toda la vida, que son además los grandes temas que han abordado todos los escritores, como el amor, la muerte, el tránsito por la vida, si bien en el caso de ‘El abrazo contrario’ ha querido hacer mayor hincapié en una vía que para él resulta novedosa y que tiene que ver con la conciencia del hombre con la naturaleza que le rodea. «Lo abordo desde un enfoque más intimista, más desde el conocimiento personal del individuo en contacto con elementos naturales como es la piedra, la nieve o el roble, que para alguien que procede de la zona de Cistierna le resulta casi icónico», considera el autor.

El libro se divide en tres partes y esa conciencia ecológica articula la última de ellas titulada ‘De ramas de luz’, mientras que la primera, ‘Barrios de sal’, resulta ser más contestataria y la más ligada a la actualidad que Saravia introduce con una cita de Pasolini. La segunda, ‘Tejer fronteras’, es más genérica al abordar el amor desde diferentes acepciones, como el amor bucólico, el amor idílico, el amor erótico, el amor filial...

Uno de los alicientes que presenta ‘El abrazo contrario’ es el prólogo (aunque el Premio Cervantes prefiere denominarlo frontispicio) escrito por el poeta Antonio Gamoneda y que Saravia tilda de «sorprendente» por el componente subversivo que encierra un  poema largo que va acompañado de una nota aclaratoria sobre su construcción y en el que en tono de farsa «no deja títere con cabeza», señala el poeta.

Gamoneda fue el primer autor al que el Club Leteo concedió el premio Leteo, que este mes de octubre se cierra con la entrega del galardón al poeta y escritor rumano Mircea Cartarescu. Saravia vive esta despedida con cierta nostalgia, pero también con la sensación de que se ha cumplido el objetivo de situar a León en el mapa literario internacional. «Llevo un tiempo solo en la organización de las jornadas, contando con la colaboración de amigos como Nacho Abad, Alberto R. Torices, Miguel Paz, pero ya desde otro lugar. Para mí cada vez resultaba más difícil y menos estimulante, porque estas cosas te estimulan una temporada y después vienen otros retos», reconoce el presidente del Club Leteo, que también se ha encontrado con la dificultad de la financiación de unas jornadas que lograba sacar adelante gracias a la generosidad de sus más inmediatos colaboradores. «Desde hace cinco años empecé a profesionalizarlo y a pagar a todo el mundo que colaboraba. Pero no tengo presupuesto suficiente y he llegado a la conclusión de que no quiero volver a hacer nada que no sea a favor de la dignidad del creador», comenta Saravia, que estipula en 25.000 euros la cantidad necesaria para que las jornadas puedan funcionar adecuadamente y que no ha conseguido arrancar a las instituciones públicas y privadas. Tampoco ha encontrado respuesta en el ámbito universitario para que otros tomen el relevo en la dirección de una plataforma que tiene ya bastante prestigio.

De los 17 autores distinguidos con el premio Leteo, Saravia considera claves los nombres de Antonio Gamoneda, «porque fue el primero y el que sembró la ilusión en el colectivo»; Fernando Arrabal, con el que durante años mantuvo unos fuertes vínculos de amistad; Paul Auster, que logró reunir a 850 personas quedando más de un centenar fuera, y Juan Gelman, con el que convivió casi un mes en su casa de México.
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