Puente de Almanza sobre el río Cea

Dispone de 10 ojos con una clara geometría de medio círculo

Luis Solera Selvi
30/07/2018
 Actualizado a 17/04/2024
De origen medieval, su impronta actual se corresponde con las rehabilitaciones y reconstrucciones posteriores, aunque se han mantenido las esencias de la pontonería renacentista. | L. SOLERA
De origen medieval, su impronta actual se corresponde con las rehabilitaciones y reconstrucciones posteriores, aunque se han mantenido las esencias de la pontonería renacentista. | L. SOLERA

La singladura de este lobo cazador de puentes se complica en el Alto Cea escudriñando los posibles itinerarios de la Cañada Real Leonesa Oriental pues si bien es cierto que la vía principal -con pocas dudas- se dirige hacia Guardo y Saldaña, ya en territorio palentino, los complicados atajos que en muchas ocasiones adoptaban los pastores hacia los invernaderos en Extremadura se expanden por diferentes coladas y cordeles pecuarios en tierras de León.

En general, el pastoreo intentaba seguir un periplo hacia el SW que solía reunir en Benavente las cabezas de ganado de la cañada que tratamos así como la Cañada Real de la Plata y la Cañada Real Soriana Occidental. Existe un ruta para la cabaña de merinas proveniente de Valdeburón que en muchas ocasiones y debido a problemas climatológicos o porque uno o varios de los puentes del itinerario palentino estaban en ruina, el pastoreo intentaba atajar con una deriva hacia Sahagún de Campos, siempre junto al río Cea, para seguir hacia el SW por Mayorga y Valderas hasta llegar a tierras zamoranas en Castrogonzalo, a la vera del río Esla y con amplias terrazas fluviales ricas en hierbas para el pasto y descanso de los ganados trashumantes.

Este cordel pecuario nos sorprende por la riqueza monumental en puentes antiguos que atesora, pues además del puente de Almanza, nos encontraremos con el del pueblo de Cea, el mítico Puente Canto de Sahagún o el de Valderas, todos ellos en la cuenca del río Cea, añadiendo el imponente paso sobre el río Esla que tiene Castrogonzalo de origen remoto. El destino final de nuestra Cañada, tras cruzar las provincias de Zamora, Salamanca y Cáceres eran los llanos o campiñas pacenses de Llerena, Monesterio y Montemolín, cerca de la raya con Andalucía y siguiendo caminos ganaderos que se asentaron sobre sectores de la antigua calzada romana o Vía Lata, conocida como Vía de la Plata.
 

La pontonería moderna

Una de las grandes controversias en cuanto a la valoración o dignificación de los puentes y otras estructuras civiles se produce por la escasa atención que se les ha prestado por los estudiosos y eruditos de la primera mitad del siglo XX que muy abrumados por la calificación de catedrales, abadías, basílicas o castillos, apenas prestaban atención a las sólidas y eficaces estructuras pontoneras sobre las que pasaban sin darse mucha cuenta y generalmente en automóvil. Ciertamente, los viajeros, funcionarios o historiadores anteriores en el tiempo y debido a sus desplazamientos a caballo o en carruajes de tiro verdaderamente incómodos, valoraban muy bien las cualidades de un puente que tenían que cruzar en sus excursiones o viajes de estudio y solían referirse a ellos en sus cartas y escritos con argumentos prácticos y eficientes. Viene esto a cuento precisamente porque una de las pocas referencias de esta obra civil la hace el insigne maestro Manuel Gómez-Moreno Martínez, arqueólogo e historiador del arte de gran prestigio en la primera mitad del siglo XX pero que en su sólida e interesante obra titulada Catálogo Monumental de España, tomo II León, para el que se fue documentando entre los años 1906 y 1908 sólo nos informa de que se trata de un puente grande, viejo y anodino. Así de simple y deberemos alabarlo pues, al fin y al cabo, se fijó en la obra, caso bastante inusual en otros muchos historiadores de arte de la época.
Una de las pocas referencias de esta obra civil la hace el insigne maestro Manuel Gómez-Moreno Martínez, arqueólogo e historiador, en su obra Catálogo Monumental de España
Bien, este lobo montaraz que escribe un siglo después de Gómez-Moreno lo valora de otra forma pues además de que la obra es más vetusta pues ha añadido un siglo a su historia, considera que es un puente bello, armónico, con una geometría regular, sin líneas abruptas, que se construyó sabiamente para acoger con cierta seguridad las aguas del río Cea, especialmente cuando lleva avenidas de importancia y pese a la complejidad de sus extensos aterramientos en ambas márgenes. Como ocurre con demasiada frecuencia por estos pagos leoneses, se presta poca atención a la mayoría de sus puentes y si en este caso concreto, los responsables de su mantenimiento (Junta, Confederación Hidrográfica, Diputación y Ayuntamiento) se decidieran a hacer un dragado de arenas, limos y lodos que obstruyen casi la mitad de las luces de sus arcos así como se proyectara una buena limpieza de vegetación y arbolado que medra junto a sus piedras, es evidente que volveríamos a poder contemplar una estructura pontonera muy digna y ejemplar, auténtico monumento de relevancia en tierras de León. Por alguna razón que ignora este cánido descubridor de puentes, parece que hay cierta intención institucional en tapar estos dignos e históricos monumentos a base de que se entierren en lodos o más fácil aún, que la vegetación cubra sus costados lo antes posible para que parezcan invisibles, quedando como único mantenimiento el correspondiente a su tablero o calzada a base de sucesivas capas de hormigón asfáltico que van comiéndose la altura de los soberbios pretiles de piedra y ante el riesgo de posibles caídas al vacío, se rematan estos petos con una vulgar barandilla de metal empotrada en las piedras, como así ha ocurrido en este puente.
 

Características del puente

Aunque es de origen medieval, su impronta actual se corresponde con las rehabilitaciones y reconstrucciones posteriores aunque -en cierto modo- se han mantenido las esencias de la pontonería renacentista, poco común en las obras históricas que aún se sostienen en la península. Por lo que he podido comprobar, se trata de un puente largo, con 133 metros de longitud, que pudiera parecer excesivo con respecto a sus cauces en estiaje pero que, por propia experiencia, se decidió alargarlo con incorporación de nuevos vanos para poder desalojar las aguas altas de las avenidas que se suelen producir cada pocos años y que -como sabemos por su historia- producían constantes daños o ruinas en la estructura.

Dispone de 10 ojos con una clara geometría de medio círculo y anchura o luces que oscila entre 9 y 11 metros aunque algunos se encuentran muy reducidos por colmatación de arenas y lodos. Las pilas son fuertes y sólidas reforzándose en ambas caras por tajamares en cuña y espolones de sección cuadrangular que llegan hasta la rasante y crean descansaderos o refugios para los viandantes que lo cruzaban cuando coincidían con el paso de ganados, carros o reatas de caballerías.

En general, está construido a base de piedra caliza en sillares homogéneos, de buena talla y colocación. Las bóvedas de cañón guardan su curvatura original salvo las de los primeros arcos de su margen izquierda que por presiones de los camiones con exceso de masa que lo cruzan han ido deformando la curvatura, acentuando la abertura de estos arcos hasta conseguir su nuevo asentamiento y firmeza.

En estribos también parece que hay diferencias. El derecho, corto y perdido, sufrió una drástica modificación para empotrar un colector de aguas de hormigón que deja perplejo a cualquier visitante que pretende admirar un viejo puente renacentista. Esta cabecera, que es la que da al pueblo, tampoco se puede inspeccionar con detenimiento al encontrarse acotada por fincas contiguas y con mucha vegetación.

Se aprecia un muro de encauzamiento que se correspondería con un viejo cuérnago de un molino abandonado. En el estribo izquierdo existen unos pocos metros de muro de acompañamiento que enlazan con el talud del cauce, sin aletas y en la explanada se ha creado una especie de playa fluvial ajardinada.

En cubierta y sobre la línea que marcan las claves de los arcos se sitúa una potente imposta, en ligero relieve como motivo decorativo sobre la que descansan los pretiles sin que se observen imbornales o desaguaderos. Quizás, no fueren necesarios pues aunque el tablero es horizontal, mantiene ligera pendiente hacia ambas cabeceras que servirían para desalojo de aguas de lluvia hacia extremos. El ancho de la calzada disponible es de aproximadamente 3,60 metros y aunque angosto, permite el tránsito de vehículos alternativamente, sin limitaciones de peso o anchura de ejes.

Cómo llegar: Nuestro puente se encuentra en la carretera provincial LE-232 a la altura del PK 33,500 antes de entrar en Almanza. Para los que tienen prisa, señalar que la autovía más cercana es la A-231 que podremos tomar hasta Sahagún, con salidas 50 y 55 para seguir hacia el N por la provincial LE-232 que nos llevará hasta nuestro destino en Almanza, localidad rica en arte y monumentalidad digna de visitar por turistas y curiosos. Salud y buena ruta.

Enlace al blog Cazando Puentes: http://loboquirce.blogspot.com/2018/07/puente-de-almanza-sobre-el-rio-cea.html

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