El suceso ha llenado muchas páginas de prensa en Asturias —donde se produjo el crimen— y León —donde fue detenido el presunto autor—. El suceso fue la muerte a puñaladas de la transexual brasileña Paloma Barreto, hasta 19 puñaladas y un barco de sangre. El presunto autor, un travesti de 19 años de nombre Lys, fue detenido en la estación de autobuses de León cuando pretendía escapar hacia otra ciudad.
Entre las noticias que iban explicando o tratando de esclarecer el crimen se colaban explicaciones como «Barreto se ganaba la vida de ciudad en ciudad», « Lis se anuncia en portales web para captar clientes. En una de estas páginas, una de las guías de «escorts» los anuncios de Paloma Barreto y Lis están seguidos, uno detrás de otro», «Paloma había fijado su residencia en Alicante y se movía por todo el país usando el ‘sistema de plazas’, como llaman las trabajadoras sexuales al alquiler de habitaciones para ofrecer sus servicios».Sistema de pisos o plazas
Se referían las noticias a «al sistema de pisos o plazas» en Asturias, pero perfectamente trasladable a León pues la misma página a la que se refieren en las noticias funciona en León y resulta sorprendente porel número de anuncios que ofrece o alguna de las sugerencias; por ejemplo, en las galerías de fotografías de los anuncios no es nada raro encontrar una imagen de ‘oferta’ de consumo de cocaína..Además, los números, la cantidad de anuncios, es muy significativo. Tienepestañas de contactos con: mujeres (siempre en León, Ponferrada y algunas localidades de la provincia), gays , hombres, transexuales y travestis, lesbianas, parejas liberales...
Para hacerse una idea de su dimensión señalar que, por ejemplo, contactos con mujeres en León tenía esta misma semana casi 27 páginas de anuncios con cerca de 30 anuncios en cada uno. Las cuentas son fáciles, bien es cierto que al ir avanzando las páginas hay anuncios que se repiten.
Casi el mismo número de páginas que «de mujeres» hay de transexuales y travestis, otro de los más numerosos.
Pisos repartidos por toda la ciudad, algunos con varias mujeres, hombres, transexuales... en cada uno, otros individuales. Los primeros son los que están en el «sistema de pisos o plazas», que controla una organizacióny va ofreciendo a chicas quecomo Paloma Barreto van recorriendo España de ciudad en ciudad.
Es evidente que esta «nueva» (aunque no tanto) modalidad de prostitución va creciendo y ganando terreno a los clubes de alterne.
Los pisos se han multiplicado. En un reportaje de 2011 en La Crónica de León no había oferta de estos pisos por Internet y se hacían a través de las páginas de contactos o relax en los periódicos . En aquel reportaje se examinaban los que aparecían en Diario de León, el que más espacio les dedicaba entonces, y el número total no alcanza el 20% de los que hoy aparecen en esta página de internet, la más conocida, y además hay alguna otra. Hoy, por ejemplo, el citado periódicoleonés apenas publica unos pocos anuncios de relax, algo similar a lo que viene ocurriendo a nivel nacional.
Bajan los clubs de alterne
Esta irrupción de los contactos a través de Internet coincide con el cierre de un buen número de clubs de alterne en León. Mirando solo hacia la ciudad, en la actualidad quedan tres: el famoso Latin Lover, el Delicatessen, que ha tenido varios nombres, y el Valentino, que se ha reciclado y combina su actividad con conciertos al uso, fundamentalmente en las noches de los viernes.Pero han desaparecido varios: dos en Gran Vía de San Marcos, uno de ellos después de un incendio; uno en el Pasaje de Ordoño, después de un tiroteo y otro curiosamente ubicado a muy pocos metros del cuartel de la Guardia Civil de la capital.Y en la provincia han ‘desapercido’ otros muchos, algunos después de muchos años de actividad, como el de Villalquite o más recientemente el de La Estación en Valdearcos, después de una redada acusado de aprovecharse de mujeres traídas desde Paraguay aprovechando su precaria situación económica y gracias a la colaboración de un par de testigos protegidas.
Ahí esta el gran problema. No es cuestión de números que abren o cierran sino de las sospechas más que fundadas de la existencia de mafias, de casos que se acercan mucho a la esclavitud —o lo son— y la ineficacia de un sistema que parece estar mirando hacia otro lado, pues pocas ‘ilegalidades’ (alegalidades, argumentan) están más a la luz del día: anuncios en prensa e internet, clubes de alterne con los mayores y más llamativos carteles...
A estas mujeres las engañas con el trabajo que van a hacer, les hacen contraer unas deudas que nunca podrán pagar, las amenazan con hacer daño a su familia (muchas tienen hijos) o destruir sus bienes...
En León el número de clubes de alterne ha bajado de más de treinta (hace 10 años) a 11 en la actualidad, pero se sospecha que muchas de las trabajadoras han pasado a pisos, lo que conlleva el riesgo de que puedan depender de mafias o grupos organizados.
En un curso de la Universidad de León sobre ‘Feminismo: historia, presente y retos ante las nuevas estrategias patriarcales’ , la profesora Ester Torrado fue muy contundente en sus opiniones: «El foco nunca se pone en todos los puteros que han abusado de esas mujeres de origen nigeriana, ni en los proxenetas o empresarios del sexo. Se invisibiliza el fenómeno para no poner en peligro los fines lucrativos». Y a la vista de las cifras apuntadas el dinero que mueve el negocio puede ser mucho más elevado de lo que parece.
La calle Sáenz de Miera
Para los leoneses los casos más sorprendentes, y tristes, serán seguramente los de las mujeres y travestis que ejercen la prostitución en la calle, en la Avenida Saenz de Mira. Pueden verlas al ir a la gasolinera o a comer unas hamburguesas, al salir del Palacio de los Deportes, de la Estación de Autobuses...Han estado en el centro de varias noticias muy tristes. Una que fue hallada muerta en el río, una fallecida como consecuencia de los efectos secundarios de ‘operaciones’ con escasas garantías sanitarias o, sobre todo, la liberación de seis de ellas, de origen nigeriano, que estaban esclavizadas, asustadas, hasta el punto de hacer con ellas prácticas de budú. Al propio policía que las liberó le impresionó el miedo que se dibujaba en sus caras.
Ya en 2010 la concejala Teresa Gutiérrez quiso poner en marcha un Plan que sancionaba a los clientes, pero ya reconocía que «no tiene sentido hacer una ordenanza que después no se pueda cumplir».
Allí siguen, a la orilla del río. Cuatro o cinco africanas, otras cinco o seis de Rumanía y Bulgaria, tres travestis brasileños, dos españolas —una de ellas en continuo estado de estrés— y hasta una leonesa a la que «de vez en cuando no me queda otra salida, ya lo he intentado todo, pero cuando la vida te aprieta es muy complicado que te suelte».
E.T.G., cliente habitual, y amigo de casi todas se muestra convencido de que «ellas son las que menos culpa tienen, viene cada elemento...».
La vida más oscura a la luz del día.