En la zona de Matallana y alrededores hay una serie de valles que antaño se dedicaban a la explotación minera y aún tienen restos de un pasado dedicado a la extracción del carbón. Uno de ellos es el valle donde se asienta la localidad de Orzonaga, pues allí hubo varias explotaciones mineras ya abandonadas. Se da la circunstancia de que la ladera que da al Sur es un bosque de robles, mientras que la que está orientada hacia el Norte es un hayedo, o faedo, mientras que en la parte alta más cercana al valle del Fenar han plantado pinos que en algunos momentos se enfrentan a varias encinas. En esta ocasión la ruta se centra en el hayedo que se va a recorrer tanto a la ida como a la vuelta
Se trata de una ruta sencilla y cómoda que se puede realizar en un tiempo no excesivo, dependiendo de las paradas y juegos de los niños. Es interesante por su variedad botánica, porque se camina entre robles, hayas y pinares y se pueden encontrar ejemplares de flores y frutos muy variados dependiendo de la estación del año en que se haga. Una ruta muy interesante para realizar en el otoño y en primavera, por el colorido de las hayas.
Se puede pasar por el hayedo haciendo varios recorridos, bien a Matallana, al Fenar, volviendo a Orzonaga y al punto de inicio. Algunas de ellas ya han aparecido en estas páginas anteriormente.

Desarrollo de la ruta
Comienza la ruta en la carretera de la mina que une la zona del Fenar con la localidad de la Vid en la que se puede apreciar la magnitud de la explotación a cielo abierto si se fuera más allá. Sin embargo el cese de la minería del carbón le ha quitado tráfico a esta vía por lo que se enuentra bastante deteriorada. El lugar de inicio se puede ubicar en el cruce de la pista que viene de Orzonaga, cerca de la que continúa, cruzando la carretera de la mina, hacia Llombera. En ese lugar hay varias plazas de aparcamiento, aunque también se puede realizar medio kilómetro más atrás, en la fuente, que se puede aprovechar para aprovisionarse da agua. Esta otra ubicación para el inicio aumentaría en 1 Km la ruta, aunque es poco interesante al ser tramo de carretera.
Para iniciar el recorrido se toma la pista hacia Orzonaga, en ascenso que en alguna zóna se encuentra rodeada de robles, aunque los momentos sin vegetación tienen muy buenas vistas hacia el hayedo de Llombera y la vega del arroyo de Tablizo.

Al finalizar la cuesta se encuentra un camino que asciende por la izquierda que no se va a seguir, sino que se continúa hacia Orzonaga y un momento después se deja la pista para tomar un pequeño desvío señalizado que se interna en el hayedo.
El camino del hayedo se sigue bien y es importante no salirse de él, aunque en algunos tramosse encuentre bastante estropeado debido a los vehículos de trial que lo destrozan y embarran.
Las hayas son árboles que tienen una serie de características que hacen que los hayedos resulten bastante acogedores, y en otoño las hojas se tornan de muchos colores que dan belleza al entorno, aunque el suelo cargado de hojas puede crear problemas al andar en zonas muy inclinadas. Algunos accidentes metereológicos han hecho que varios ejemplares se hayan caido y se encuentren con sus raices al aire, cosa que atrae a los niños, así como el manto vegetal, tanto de musgos como de hojas y líquenes que rodea el hayedo y sobre todo la magia y el colorido que encuentran en el interior del bosque. Tras una primera hermosa y larga subida, se abren claros con vistas a Orzonaga y a la cumbre del pico Polvoredo. A continuación se entra de nuevo en otro tramo del bosque para bordear la ladera y más tarde subir hasta llegar a la parte más alta, donde se puede ver el espinazo de la montaña totalmente despejado de vegetación, el llamado Canto de la Perdiz y en su parte más elevada, el Collado Cimero, desde donde se desciende ligeramente.

Al finalizar este tramo en descenso el camino es rodeado por pinares de repoblación y un poco más adelante y a la izquierda se encuentra el refugio del Tomicón, recientemente restaurado por la Junta Vecinal de Robledo de Fenar, próximo a la collada del mismo nombre, desde donde no es conveniente bajar directamente al arroyo de Orzonaga, sino por las pistas de los pinares, desde las que se puede bajar tanto a Orzonaga como a Matallana o a las localidades del valle del Fenar.
Sin embargo la ruta va a volver por el mismo camino, recorriendo de nuevo el excelente hayedo que es el principal aliciente de la visita a la zona en este otoño.
