Poesía experimental

Bruno Marcos comenta la exposición titulada ‘Constelaciones’, que clausurará el próximo domingo el Musac

Bruno Marcos
31/05/2017
 Actualizado a 17/09/2019
Bartolomé Ferrando. Debate 1996. Vista de la exposición ‘Constelaciones’. Musac 2017.
Bartolomé Ferrando. Debate 1996. Vista de la exposición ‘Constelaciones’. Musac 2017.
Fue Guy Debord el que formuló la ecuación por la cual la acumulación de capital en muy alto grado produciría una imagen y añadió que a esa imagen la llamaríamos espectáculo. Nada más opuesto a ese espectáculo que esta gran muestra de poesía experimental titulada ‘Constelaciones’, que clausurará el próximo cuatro de junio el Musac, sin embargo sorprende en este caso ver que, tal vez por hacer la excepción a la regla debordiana, esta acumulación de ciento setenta piezas de poco valor económico forman, en su conjunto, una imagen verdaderamente espectacular, la de toda esa laboriosidad surgida de poetas que, en un mapa sin organización, salpican hojas en blanco con letras que bailan, perforan libros o reúnen colores con pájaros, naipes o tipografías, de manera espontánea, sin que nadie se lo pida y sin horizonte de beneficio material alguno.

En esta exposición se exhiben ciento setenta piezas de noventa y seis autores, casi todas de pequeñas dimensiones y de materiales pobres, montadas en las habitaciones particulares de artistas y poetas prácticamente desconocidos en su gran mayoría, ideadas y dirigidas a muy pocos, si no al propio autor o a otros como él, pertenecientes a la secta secreta de la ilusión creativa.

La poesía visual ha encontrado en su existencia la dificultad natural de ser una práctica híbrida, a medio camino entre la imagen y el poema. Finalmente está en los dos sitios y en ninguno, no ha sido aceptada del todo ni por el arte ni por la poesía. Incluso en los casos más destacados ambas puertas se resisten a ser franqueadas por los poetas visuales, es raro encontrar una antología que incluya a Joan Brossa entre los poetas del siglo pasado así como una historia del arte que cite a Francisco Pino como artista del siglo XX.

La ambición del presente proyecto expositivo ha sido grande al intentar abarcar en su estudio la producción de todo el territorio nacional y querer mostrar el repertorio completo de unas prácticas que, por desregladas y desatendidas, han sido muy libres y, por tanto, ajenas a tipologías y clasificaciones sencillas. Los trabajos seleccionados van desde los de huella de Mallarmé, o Apollinaire, hasta el surrealismo objetual, la palabra expandida o la tridimensionalidad en instalaciones plenamente contemporáneas.

Contiene la exposición obras de autores históricos como Max Aub, Joan Brossa, Cirlot, los premios Velázquez Esther Ferrer e Isidoro Valcárcel Medina, la premio nacional Elena Asins, poetas importantes de Castilla y León como Felipe Boso, Francisco Pino, José Miguel Ullán o Gustavo Vega, además de la presencia de un sinfín de editoriales que apostaron por esta poesía visual, entre las que cabe destacar nuestra exquisita colección ‘Plástica & Palabra’ de la Universidad de León, que ha iniciado una nueva etapa con el nombre de ‘Caligramas’.

Poder recorrer con la mirada una muestra tan extensa es un auténtico lujo teniendo en cuenta que presenta una actividad, la poesía experimental, de difícil acceso y de la que pocas veces se ocupan las editoriales y las instituciones culturales. Es una buena noticia, además, que una gran exposición como esta, de producción propia, vaya a ser exportada y se vea después en el Centro de Creación Contemporánea de Andalucía en Córdoba.

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