"Papá ¿sabías que en el Guernica hay escondida una paloma? "

El escritor Óscar M. Prieto y su hijo León conversan sobre la pintura con motivo de un premio escolar

Óscar M. Prieto
21/06/2023
 Actualizado a 21/06/2023
El concurso era el del Maratón del Colegio Joaquín Costa y el tema este año era el de la inclusión.
El concurso era el del Maratón del Colegio Joaquín Costa y el tema este año era el de la inclusión.
Solsticio. El día saca la máxima ventaja a la noche, la luz escapa de la oscuridad. Miércoles, último miércoles (por un tiempo, al menos), pero hoy no me subo a una columna. Hoy paseo de la mano, me siento en el banco de un parque, vuelvo a casa en bus, hablamos antes y después de leer el cuento. Hoy, como verán, no escribo una columna, transcribo una conversación, reflexiones que surgen, escribo un regalo, cumplo una promesa, aunque podríamos decir que se trata de una entrevista, de la primera entrevista que concede a un medio y de la primera en la que soy yo el entrevistador, probablemente, también la última. Aceptemos que este miércoles nos despedimos con una entrevista, porque fue así como surgió la posibilidad de compartir este texto con ustedes.

Cenábamos los dos. La cena es el momento propicio de compartir el pan, de reconocerse y de contarnos lo que nos ha dejado el día y lo que se ha llevado. Le comenté que esa mañana me habían hecho una entrevista. No dijo nada, pero sus ojos preguntaban: ¿Qué es una entrevista? Cuando alguien es importante, le hacen preguntas, porque quieren conocer sus respuestas y después sale en el periódico. Ha entendido pero una nueva duda salta ahora desde su boca: «¿Quién es importante?» Es generoso conmigo y me deja unos instantes de silencio para que pueda pensar bien la respuesta. Es más difícil responder a un niño que pregunta que a un universitario, no por tonto, al contrario, los niños son más listos, para ellos preguntar es una actitud vital. Después de varias tentativas llegamos al acuerdo de que importante es la persona que hace algo bueno por los demás. Me concede entonces: «Claro, tú eres importante porque escribes libros y eso es bueno para los demás. Por eso te han hecho la entrevista». No puedo menos que reconocerle: estoy pensando que tú también eres importante, porque has ganado el primer premio de dibujo de tu colegio, has hecho algo bueno para los demás. ¿Quieres que te haga una entrevista? Vale. Así surgió. Cenando. Y mis preguntas y sus respuestas se irán sucediendo a lo largo de los días.

Llega con su madre de pintar en Madrid Río conejitos de escayola con acuarelas. ¿Qué te gusta más, pintar al aire libre o en casa? Se lo piensa. «Al aire libre hay bichos, pero en casa a veces hace calor. Pito, pito, gorgorito… pin, pan, fuera. Me gusta más en casa». Se fía del dedo que rifa y decide. Su color favorito es el naranja; le gusta la pintura de manos, porque además de pintar se mancha, y mancharse es divertido; antes pintaba con todos los colores porque quería llenar, ahora elige los colores porque disfruta al dibujar; antes pintaba formas abstractas, pero ahora pinta personas porque son regalos para la gente; prefiere pintar de día a pintar de noche, porque hay más luz y, además, «¡Papá, de noche estoy durmiendo!». Le gustaría pintar un volcán, no cualquier volcán, el volcán de Japón.

A veces responde al instante, otras, sin embargo, se toma su tiempo, incluso días. «¿Te acuerdas que me preguntaste…?» Cuando se sienta a dibujar, es el único momento, que deja de correr y de saltar, porque para dibujar tiene que concentrarse. Cuando dibuja siente que es divertido, no, mejor, «siento un átomo secreto que lo tengo en mi mente en el que pienso todo el día». No le gustaría un mundo sin colores, porque sería gris. «No quiero ni siquiera imaginarlo. Así que los pintores soy muy importantes». Le gusta pintar porque así puede imaginar cosas nuevas que no existen. Le gustaría ser pintor, pero también inventor, porque el pintor y el inventor pueden crear lo que no existe. Le hablo de Leonardo Da Vinci, que fue inventor y pintor, y quiere saber más sobre Leonardo. Le pregunto si no le gustaría ser escritor como su padre. Me dice que no, «porque sólo se escribe en azul».Una tarde, al volver de la piscina, le pregunto sobre su dibujo premiado. El concurso era el del Maratón del Colegio Joaquín Costa y el tema este año era el de la inclusión.  Hay un niño en silla de ruedas, un señorito plantando un árbol, personas ayudando a los lesionados –«¿Papá, te das cuenta? Entonces todos los que ayudan a otros son importantes, deberían hacerles una entrevista. Sí, tienes razón, León»–. Todos los que ha dibujado tienen un corazón. Hay hormigas, estrellas circulares, abejas, sí, porque le gustan las cosas pequeñas, minúsculas. León, pero ¿te acuerdas que estuviste a punto de romper el dibujo? Sí, porque me confundí y en lugar de una «i» escribí una «y». «Pero lo solucioné convirtiendo la ‘y’ en una orquídea. Y aprendí que los errores no tienen por qué ser malos, que se pueden transformar en algo bueno. Y también aprendí que hay que hacerles caso a mamá y a papá». Esto último me lo dicen mientras comemos un helado de pistacho.Sentados en la terraza de la heladería, me cuenta que en el cole, con Patricia, han estudiado a Miró, a Picasso y a Dalí. Su escultura favorita es ‘El pájaro lunar’, porque está hecha de lunas y también es de metal. «¿Sabías que Miró pintaba descalzo?» Me pregunta. No lo sabía. Sonríe al ver que él también puede enseñarme cosas que yo no sé. Fueron al Museo Reina Sofía y le impresionó el Guernica. Iba a ser un cuadro alegre, pero tiraron una bomba en un pueblo, «no me acuerdo cómo se llamaba», y por eso es un cuadro triste. «Papá ¿sabías que en el Guernica hay escondida una paloma?» No lo sabía. Otro triunfo. «Es blanca y está escondida en lo negro. A Picasso le gustaba pintar palomas». León ¿y tú sabías que Picasso había recordado en un papel una lágrima roja, para ponerla en el ojo del niño que está bajo el toro? No lo sabía y él no la vio. No la vio porque Picasso se la dio a su amigo Bergamín para que la colocara y con las tragedias de la vida se perdió.

«¿Por qué no me preguntas sobre los planetas? También hemos estudiado los planetas». Le pregunto y me habla de Mercurio. Me enseña algo que tampoco sabía, que los cráteres de Mercurio tienen nombres de pintores. Mercurio era un dios y el miércoles es el día de Mercurio. A él también le gustaría tener unas sandalias con alas, porque le encantaría volar. La noche de un domingo en la que no puede dormirse, me dice que si fuera inventor inventaría algo para poder dormirse. Al rato añade. «No, ya está inventado. Mercurio tenía un palo que si te tocaba con él te dormías». Le cuesta dormirse. «Papá ¿sabías que en el planeta Mercurio hay dos amaneceres?»

Hay tantas cosas que no sé y que aprendo de mi hijo. No sabía que cuando se oyen truenos es que hay fiesta en el cielo, que son cohetes, y la lluvia es el confeti. El día del maratón hay fiesta en el colegio, pero León lleva un disgusto. En el escenario donde entregan los premios están las mesas con los trofeos que son réplica de la Copa de Europa. Pero el premio que le han dado a él es un cuaderno de dibujo y unas pinturas. Como buen atlético siente que se le debe una copa de Europa.

«Creo que ya podemos terminar la entrevista». Vale, sólo una pregunta más. ¿A quién es a quien más quiero de todo el universo, incluido Mercurio? «¡A León!».

Ps: «A los doce años dibujaba como Rafael, pero necesité toda una vida para aprender a dibujar como un niño». Pablo Picasso.
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