Horacio Fernández es un autor chileno que en 2019 realizó en esta misma galería una exposición junto con su hermano Rodrigo con nombre artístico Rodrigo Nevsky. En esta ocasión vuelve con una compañera que sigue su estela de arte abstracto, aunque ella utiliza los blancos puros y los colores fríos, mientras que las obras de Horacio tienen una calidez contrastada que utiliza un amplio espectro de la paleta de color.
Julita Luco es nueva en esta galería, aunque su obra ya ha recorrido espacios en nuestro país y en el suyo, Chile. Julita define su pintura así: «Mi pintura es el reflejo de mi vínculo con el mar. Cada obra que creo está impregnada de los recuerdos y sensaciones de mis baños en sus aguas. En cada pincelada, busco capturar la intensidad de esos días de sol radiante, donde el mar se muestra en sus tonos más vibrantes: turquesas profundos y azules intensos. No pinto solo paisajes, pinto lo que siento al flotar, al sumergirme y al escuchar el sonido de las olas. Mis obras son un testimonio de ese lugar mágico que me inspira. A través de mis cuadros, revivo la experiencia de ser parte de ese mar y, a la vez, invito a los demás a sentir esa misma conexión». Sus cuadros tienen unos profundos colores del azul del mar combinados con el blanco de la espuma, aunque también presenta en esta exposición otro de sus temas favoritos como son las plantas acuáticas que combina con los colores dominantes en toda la muestra, el blanco y el azul. Reconoce que la Naturaleza es su taller y se considera Artista visual y pintora. «Mi pintura es luminosa, intensa, explosiva, intuitiva, suelta y alegre, con una gran fuerza emocional, siendo una particularidad visual de mi trabajo el manejo del color», dice.
Julita maneja técnicas, tales como el óleo, el acrílico, los pigmentos, el carbón y otras especialidades mixtas. La naturaleza desde la luz es el enfoque que la artista quiere ofrecer al observador. Se encargan de conseguir ese objetivo tonalidades que juegan con el espacio y que dan peso a su obra. Por su parte Horacio continúa en su afán reivindicativo defendiendo al Planeta y en su exposición muestra, a través de acrílicos sobre lienzo, el tema del cambio climático y las consecuencias que tendrá en el futuro. Por ello sus obras más relevantes lleven nombres que invitan a la reflexión como ‘Amazonas’, ‘Sahel’, ‘Ecosistema’, ‘Glaciar’, ‘Desertificación’ o ‘Incertidumbre’.
En la obra de Horacio Fernández se puede escuchar una voz que nos resulta familiar, el sonido inicial de la naturaleza que nos atrae y para introducirnos en la contemplación de esa obra. Al acercarnos, a sus lienzos es evidente la importancia del color como elemento básico y estructurador, que aplica sobre el soporte con una técnica de arrastre y superposición de capas conformando un entramado matérico. Con gran maestría, el artista teje una estructura pictórica en la que horizontalidad y verticalidad, confieren el equilibrio, y se ven dinamizadas mediante la utilización de una amplia gama de colores vivos y contrastados. De este modo se materializa la esencia dual de la Naturaleza, que se balancea entre orden y caos.
Sobre su utilización del color Izaskun Monfort dice: «El color se impone también con un profundo carácter retórico, dejando en evidencia las conexiones simbólicas de sus tonos, que como ocurre en la música, son capaces de despertar infinidad de sensaciones en el espectador. De esta manera, el artista convierte cada una de sus creaciones en experimentos, a través de los cuales investiga sobre las capacidades estéticas y metafóricas del arte abstracto. En el juego de la percepción visual, Horacio nos enseña las discrepancias que existen entre el hecho físico y el efecto psíquico».
Izaskun Monfort es la comisaria de la exposición y entendida en la obra de este autor y finaliza así su exposición sobre la misma: «El paisaje abstracto se convierte por lo tanto en el hilo conductor de su trabajo, aprovechando todas las capacidades expresivas inherentes al género, así como su naturaleza conceptual. Características que le permiten adentrarse en el campo de la sensibilidad y dejar en evidencia la importancia que tiene esta forma de aproximación a la hora de aprehender sobre nosotros y lo que nos rodea. Guiado por un imperativo pulsional, busca en el color el medio para reproducir los estados anímicos del alma y a su vez captar la esencia inaprensible de la naturaleza exuberante de América del Sur. Impresiones que logra captar con una sutileza que las palabras no pueden alcanzar, configurando un corpus de trabajo sólido, atractivo y profundamente evocador».
Dos artistas que se unen en esta exposición de la galería Alemi y que estarán hasta el 15 de diciembre.