Una ruta inclusiva por la Calzada Romana del Esla

Un recorrido entre Valdoré y Las Salas que se erige como uno de los trayectos de la conquista en el norte peninsular

Vicente García y Marce Fernández
08/03/2024
 Actualizado a 08/03/2024
La vega de Crémenes y Las Pintas de fondo. | MARCE FERNÁNDEZ
La vega de Crémenes y Las Pintas de fondo. | MARCE FERNÁNDEZ

Camino Real, Vía Romana de la Conquista, Calzada Romana del Esla, Camino de los Carros, Vía Saliámica o Ruta Vadiniense, todas son denominaciones distintas y todas ellas definen e integran la ruta con el término técnico de PR-LE 36, que se comenzará en Valdoré para finalizar en Las Salas, tras un recorrido balizado de unos 11 kilómetros y 200 metros de desnivel, en forma lineal, a través de un ancestral camino que remonta el río Esla por su margen izquierda, y que además de su aliciente histórico también tiene un gran interés desde el punto de vista  ambiental y geológico.


Distintos estudios indican que el camino fue construido en el año 26 a.C., con motivo de la conquista romana del territorio Astur-Cántabro, figurando ya recogido y catalogado en el año 874. La calzada se observa con claridad en muchos tramos, conde se puede observar la roca tallada, el ensillado del camino, o las losas que aun lo cubren en algunos puntos. 


Su mantenimiento y limpieza se ha llevado a cabo por los vecinos de los pueblos, y ya más recientemente por clubes y asociaciones, estas últimas vinculadas a la divulgación y promoción del Camino de Santiago, ya que esta ruta es un tramo del mismo, en su variante Vadiniense, que llega de tierras lebaniegas.

 

Aspectos inclusivos


Las sillas todoterreno pueden progresar en todo a lo largo del trazado sin encontrar dificultades técnicas, por lo que es accesible a personas con movilidad reducida, y en el caso de que un grupo  lo quiera realizar y no disponga de estas herramientas de movilidad, las puede solicitar en el ayuntamiento de Crémenes, ya que disponen de una silla Joëlette y una barra direccional, adquiridas con el fin de promover el turismo accesible en el municipio, en un proyecto realizado en el año 2021,  impulsado por el entonces alcalde, Ángel Alonso, y la corporación municipal. 


Ese material puede ser solicitado por los posibles usuarios para realizar esta ruta y está condicionado a que las personas encargadas de guiarlas tengan los conocimientos adecuados para ello, a fin de realizar la actividad con la mayor seguridad posible.

 

Imagen ruta4
Escobio de Remanganes. | MARCE FERNÁNDEZ

Por otra parte, y también dentro del mismo proyecto de accesibilidad, se creó una APP para el teléfono móvil y que sirve a modo de audioguía, pudiéndose descargar previamente desde Play Store o App Store, con el nombre de  Calzada Romana. Crémenes, disponible tanto para usuarios del sistema Android como para IOS.


Una vez descargada y activada, la aplicación se ubica en el punto concreto en el que el terminal se encuentra, y coincidiendo con los paneles explicativos, activará automáticamente una locución distinta en cada uno de los puntos de interés por los que se pasa, realizando una narración en cada uno de ellos. El contenido de las locuciones son una aportación del historiador Siro Sanz, gran conocedor del pasado de esas montañas de las que también es oriundo. Sanz, también es presidente de la Asociación Ruta Vadiniense, Camino de Santiago, Picos de Europa, por lo que sus descripciones, narradas desde la APP, corresponden con un riguroso trabajo histórico, que proporcionará un recorrido didáctico y ameno a lo largo del trazado de la senda.


La propia APP es inclusiva, para disfrute de todos, ya que, aparte de poder ser leída, su audiodescripción es apropiada para personas con discapacidad visual y también se puede seleccionar en ella que sea descrita, para personas sordas, en lengua de signos.

 

Desarrollo de la ruta


Es indiferente hacer la ruta en uno u otro sentido, habida cuenta de que se realiza de forma lineal y se ha de regresar al punto de partida para recoger el vehículo en el que se ha llegado, en el caso de que no se cuente con un transporte colectivo. De ser un grupo con más de un vehículo, se puede dejar uno en el punto de fin de ruta para volver al punto de origen.


En el caso de realizar la ruta con personas con discapacidad es aconsejable comenzar desde el aparcamiento del restaurante Ventasierra, ya que la subida más significativa se afronta nada más empezar y las personas encargadas de conducir la silla adaptada se encuentran con fuerza suficiente para ello.


Tras activar en alguno de los teléfonos móviles la APP, que hará de intérprete de la ruta, se cruzará la carretera atendiendo a la señalización del sendero, comenzando poco a poco la cuesta que se interna a través del robledal.


Una vez llegados cierta altura, se irán abriendo claros entre los robles que permiten ver el rio Esla junto a la carretera que va a Riaño y en el suelo se identifican ,ya sin dificultad, restos del firme de la calzada romana.

 

Imagen RUTA1
Vista con dron de la excursión. | MARCE FERNÁNDEZ

Se alcanza el primer punto de interés que tiene un nombre que despierta la atención y curiosidad de los senderistas: el Pajar del Diablo, donde la locución nos explica el origen de ese término y al mismo tiempo se contempla la pendiente, casi vertical, que separa este lugar del meandro que el río forma en ese punto. A la derecha se contmplan unas peñas de cuarcita en la que habita una gran colonia de buitres leonados, a los que no es difícil ver descansando en el borde de los riscos en los que anidan.


La pendiente se muestra más pronunciada hasta finalizar en el collado que forma un enorme corte entre las rocas, por donde encuentra paso la calzada y cuyo nombre es La Entrecisa. Otro panel explicativo invitará a detenerse en el punto y a escuchar las explicaciones que  hablan del método que utilizaron los romanos para conseguir abrir este paso en las rocas y que  muestra el descenso hacia la vega de Crémenes, con la calzada en un primer plano y unas fantásticas vistas que se detienen, al fondo, en las Peñas Pintas y sus 1985 metros de altura. 


Ya culminando el descenso a la vega, la calzada desaparece para ser un camino entre las praderas, a la vera del Esla, que se mantiene a izquierda y sin ya encontrar ninguna pendiente que se aleje del río, cruzando la localidad de Villayandre.


Se llegará al puente de Crémenes y se continuará andando un pequeño tramo por la carretera de Argovejo, hasta la ermita de la Virgen de Pereda, donde otro panel advierte de atender a la locución que habla de un antiguo monasterio que hubo en este lugar en el siglo XI.


Tras la ermita, el camino sale a la izquierda desde la carretera de Argovejo, y se sigue la señalización de la senda bajo una vegetación propia de la ribera, llegando en poco tiempo a otro panel, con su explicación correspondiente, que habla de un castro prerromano, cuyo asentamiento se encontraba sobre el camino que se sigue, sobre un cerro de piedra caliza.


La senda se estrecha y empieza a transcurrir casi tocando el río, las formaciones de la roca, que van constituyendo una gran pared a la derecha, se vuelven cada vez más sugerentes y se comienzan a entrelazar con hayas y sabinas que trepan por sus canales otorgando una gran singularidad a esta zona, especialmente en otoño, donde el rojizo de las hojas del hayedo contrasta con el verde de las sabinas, entre las rocas de tonos blancos, grises y anaranjados.


Un pequeño puente sobre el río indicará que se llega ya al refugio de pescadores y que, por tanto, falta poco para llegar al final de la ruta, no sin antes pasar por otro punto de interés.


La calzada se hará ya patente desde hace un buen tramo, junto a la roca tallada para permitir el paso de personas y carros, hasta el panel interpretativo del paraje de San Roque, donde la locución nuevamente interpreta la historia del lugar, para ya dejar a la izquierda el área recreativa, lugar en el que se cruzará el puente del Esla para entrar en la localidad de Las Salas y finalizar allí la ruta.


Existe también la posibilidad de continuar el camino, ascendiendo el curso del río, hasta llegar a la carretera de la localidad de Remolina, a poco más de un kilómetro, y finalizar en la base de la presa del embalse de Riaño. En ese pequeño trayecto también se puede ver algún tramo de la calzada histórica.
 

Archivado en
Lo más leído