El Museo de San Isidoro inauguró este jueves la muestra temporal ‘El Panteón Real a través de las miradas’; una exposición que, en palabras del abad Luis García Gutiérrez, nace «al calor del acontecimiento» que supone la elección del Calendario Agrícola del Panteón como representante de España en el Museo de la FAO de Roma.
Una pintura de Daniel Zuloaga Boneta cedida por Víctor Miguélez, un bordado de seda del citado calendario realizado por María del Pilar Antón Rodríguez y una colección de sellos cedida por el Grupo Filatélico Leonés forman parte de una muestra cuyo broche de oro lo pone el fotógrafo Fernando Manso, que ha incluido su captura del Panteón Real en el proyecto ‘Susurros de piedra’, en el que lleva embarcado más de una década. «Me dicen que soy el fotógrafo más paciente del mundo, que es una forma de decir el más pesado», bromeó durante la inauguración: «Llevo muchos años con este proyecto porque no me vale cualquier cosa».

‘Susurros de piedra’ busca retratar los rincones más bellos y vulnerables del patrimonio español. Por eso, su creador, Fernando Manso, viaja por las 52 provincias españolas en busca de esos tesoros, a veces, ocultos. Uno de ellos es, precisamente, el que guarece el mudeo dirigido por Raquel Jaén González. «Yo trabajo con una cámara de placas de hace unos 150 años», relató el fotógrafo, que encontró algunas dificultades a la hora de retratar el enclave por motivos lumínicos y tuvo que echar mano de luces artificiales para «cambiar la temperatura del color». «Al final, conseguí que todo fuera con luz natural», continuó: «Con esta cámara de fuelle hago exposiciones muy largas; de hecho, a lo mejor esta imagen tiene 15 ó 20 minutos de exposición».
El resultado de su trabajo es una fotografía con mucha latitud en la que pueden apreciarse casi perfectamente los matices cromáticos. «La idea de ‘Susurros de piedra’ es ir a los museos más importantes de todas las comunidades y llevar esta selección», terminó Manso, que habló también de «dar el salto» a otros países, como Estados Unidos. Por el momento, el fotógrafo tiene por delante el término del proyecto: «Llevo 11 años y todavía solo tengo el 40 por ciento hecho».