Mauricio Antón: "El elemento principal de mi trabajo es la anatomía comparada"

El ilustrador paleontológico bilbaíno inaugura este sábado en la Fundación Cerezales Antonino y Cinia el ciclo 'De vuelta a los orígenes. Nuevas perspectivas y hallazgos en el estudio de la especie humana y su evolución'

Joaquín Revuelta
02/11/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Familia de australopithecus en una recreación del artista e investigador bilbaíno.
Familia de australopithecus en una recreación del artista e investigador bilbaíno.
La Fundación Cerezales Antonino y Cinia inicia este sábado un ciclo de charlas titulado ‘De vuelta a los orígenes. Nuevas perspectivas y hallazgos en el estudio de la especie humana y su evolución’, que contará con la presencia de dos auténticos expertos en la materia como son el ilustrador paleontológico Mauricio Antón y el responsable de Didáctica y Dinamización en el Museo de la Evolución Humana de Burgos, Rodrigo Alonso. El primero de ellos ofrecerá este sábado a las 12:00 horas una charla en la sede de la Fundación con el título ‘En busca del rostro de nuestros antepasados: técnicas de trabajo en la reconstrucción de los homínidos fósiles’, donde hablará básicamente de una actividad que ha venido desarrollando desde finales de la década de los ochenta hasta hoy con indudable éxito, habiendo trabajado para numerosas exposiciones en museos de todo el mundo.

Preguntado por la dificultad que supone ponerle rostro a los primeros hombres que poblaron la tierra, el artista e investigador vasco asegura que se trata de «un trabajo bastante laborioso que requiere de gran precisión técnica y todo ello para llegar siempre a una aproximación, o sea que realmente el objetivo último que sería conocer con exactitud cuál era el rostro de estos parientes extinguidos nuestros es imposible de alcanzar», reconoce el paleoartista vasco, que en su caso considera inseparable su vocación artística de ese afán de reconstruir el pasado. «Ya en mi infancia las imágenes que más me impresionaban eran estas que representaban la vida en la Prehistoria y este tipo de cosas en publicaciones de divulgación científica. Realmente yo quería crear este tipo de imágenes por mi mismo, por lo que ese deseo ya viene de muy atrás, si bien la posibilidad práctica de convertirlo en una profesión al principio me parecía sencillamente inasequible. Tanto es así que en mis primeros años me dediqué a hacer pinturas para exposiciones en galerías de arte y este tipo de cosas», recuerda el artista e investigador, a quien una serie de coincidencias le llevaron, por una parte, a que no le salieran las cosas como esperaba en su carrera artística, y, por otro lado, a conocer a paleontólogos, con los que empezó a hacer sus primeras colaboraciones. «En este sentido hay una pequeña anécdota que representa de alguna manera un punto de inflexión en mi trayectoria profesional, y que aconteció en una de las exposiciones donde yo mostraba mis cuadros surrealistas y unos chavales que estaban visitando la muestra comentaban que algunos de los animales que yo representaba en esos cuadros en realidad eran especies concretas de animales extinguidos. Les pregunté si tenían conocimientos de este tipo de cosas y me dijeron que eran alumnos de José Luis Sanz en la Universidad Autónoma de Madrid. Estos chicos me presentaron al pionero de la paleontología de dinosaurios en España. A partir de esa coincidencia pude iniciar ya un recorrido profesional trabajando con paleontólogos en la reconstrucción de la fauna del pasado», asegura Antón, que dentro de este campo de la paleontología donde se encuentra más cómodo es en la reconstrucción de mamíferos del pasado, en especial de los homínidos. «Es una especialidad que he podido cultivar durante tres décadas, en buena medida porque en España existen equipos de paleontólogos muy potentes que están trabajando en la investigación de este tipo de faunas del terciario y porque hay muchos yacimientos y eso me ha permitido trabajar para museos de ciencias en proyectos divulgativos, exposiciones, etc».Sobre el proceso que sigue a la hora de abordar estas recreaciones, Mauricio Antón explica que el elemento principal en este trabajo es la anatomía comparada. «Digamos que la referencia principal es la anatomía de los parientes actuales de estas especies que queremos reconstruir. Si disponemos de un cráneo, como en el caso de un homínido, se trata de saber dónde insertan en este cráneo determinados músculos, dónde se localizan elementos del tejido blando, cómo está relacionada la anatomía blanda con la osteología. Al conocer cómo funcionan estas relaciones en los animales o en los seres humanos actuales, podemos aplicar esa misma relación a los fósiles que tememos, con lo cual podemos hacer lo que yo denomino ‘disección a la inversa’, que es el ir añadiendo el tejido blando que no se ha conservado, capa por capa, a ese fósil hasta obtener la apariencia externa», destaca el paleoartista vasco.A la hora de reconstruir el entorno en el que vivían estos seres primitivos, Mauricio Antón señala que hay que tomar información de distintas disciplinas científicas. «Por ejemplo, el polen fósil que se encuentra en los mismos yacimientos que los fósiles de nuestros antepasados nos va a indicar qué tipo de vegetación había en los alrededores de ese yacimiento. Los huesos de animales que se encuentran asociados en los mismos yacimientos nos indican qué fauna convivía con estos seres humanos. Trabajando con los científicos que se especializan en cada una de estas disciplinas nos permite elaborar una especie de puzzle y presentar unas imágenes que para el público es como que hubiéramos tenido una máquina del tiempo para viajar al pasado y testimoniarlo, pero que en realidad son el resultado de combinar todas estas fuentes de información», asegura.

Sobre el impacto que las nuevas tecnologías han tenido en la actividad que ha venido desarrollando desde finales de los años 80, el artista e investigador bilbaíno considera que «son herramientas que ensanchan el horizonte de lo que se puede hacer. Lo que pasa es que para una persona que lleva varias décadas en este oficio pues significa una formación continua; es decir, que tienes que aprender técnicas que realmente no son aquellas con las que en principio estabas más familiarizado. Por otro lado, la ilustración digital te aporta una flexibilidad muy grande, por distintas razones técnicas, pero al mismo tiempo acelera la producción y hace que los clientes también esperen una respuesta muy rápida. Hay un componente de estrés mayor», reconoce el artista, para quien propuestas cinematográficas como ‘Parque jurásico’ o ‘El mundo perdido’ han contribuido a la difusión de los temas paleontológicos. «Estas mismas tecnologías que se han desarrollado con los medios y la potencia tecnológica del cine luego se han aplicado a los documentales de divulgación, con lo cual la BBC o National Geographic han seguido los pasos de la industria de Hollywood pero aplicando criterios más científicos. En ese aspecto Hollywood nos ha abierto una vía adicional de investigación y divulgación para mejorar y dotar de mayor realismo a la representación del pasado que le ofrecemos al público», concluye.
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