Entiende Maribel Verdú que «tal vez» ella sea una de las causas de las buenas expectativas de la obra —León es la segunda parada de la gira después del estreno en Bilbao—porque «llevo toda la vida en esto, empecé con trece años y cumplo 46». No en vano es una de esas actrices de la que se repite su condición de musa, gracias a papeles como los de ‘Amantes’, ‘El año de las luces’ o la oscarizada ‘Belle epoque’".
Hacía tres años que Maribel Verdú no hacía teatro, desde el estreno de Los hijos de Kennedy, también en Bilbao. El regreso supone un ‘descanso’ e medio de algunas películas como El faro de las orcas, de Gerardo Olivares; Abracadabra, de Pablo Berger. «Siempre está ahí, en mi mente, el teatro, y siempre regreso».
- ¿Son tan cansadas las giras como se repite?
- Para mí no, son la salsa. Soy carne de gira. Soy feliz trabajando fuera de Madrid;en lugares como hoy en León tengo el día entero para ir a dónde sea, para descubrir restaurantes, salir con mis chicas, en este caso Natalia… en Madrid todo son compromisos.
- ¿Mis chicas?
- Sí. Me encantan las giras y me encantan las obras de al menos cuatro actores y necesito que, cuando menos, haya una chica.
- ¿De monólogos ni hablar?
- ¿Monólogos? Me corto las venas. Me gustan los viajes compartidos.
- ¿Y no la agobian por la calle?
- No, tengo la suerte de no ser cantante, ni deportista y encima soy mujer, es decir, no hay unas adolescentes que me gritan y me piden un hijo...
Una sátira social
Calificada como una sátira social, de ‘Invencible’ dice su sinopsis que es la historia de «una pareja con un estatus social y cultural elevado que se ve obligada, por la crisis económica, a trasladarse a un barrio más humilde de la periferia. Deciden entonces relacionarse con sus vecinos para adaptarse a su nuevo entorno. Lo que en un principio parece una declaración de buenas intenciones acaba convirtiéndose en una pesadilla».
Risa, dolor, angustia...
Y su protagonista, Maribel Verdú, explica que es muy complicada de resumir en palabras. «Todo tiene mucho más trasfondo de lo que se ve a primera vista. Ir a ver esta obra es como «sacar un ticket para la montaña rusa o el tren de la bruja. En ella la trama pasa por todos lados y, además de mucha risa, después va apareciendo el dolor, la angustia, la intriga. Se podría decir que recorre por todo tipo de paisajes y cuando parece que estás viendo lo más fuerte te das cuenta de que queda mucho por descubrir».
Su personaje, Emilia, dice Verdú que no comparte nada con ella, «más allá de una cierta obsesión por el orden. Me gusta pues siempre busco hacer papeles en los que en nada me vea representada y en este caso ocurre, no soy nada Emilia, no soy beligerante porque me da una pereza discutir que me muero;no soy sabionda, ni compleja… pero adoro su papel, tal vez porque me permite ser lo que no soy».
Es teatro, una hora y cuarenta minutos de teatro con esa Maribel Verdú que hemos seguido en tantas películas y ahora llega con n esta obra de la que la crítica ha señalado que uno de sus méritos es, sin duda, que está «contada desde la comedia, pero ha mostrado la crudeza de las relaciones entre personas de diferente estatus social y cultural».
Una cita esperada para la que en la tarde de ayer apenas quedaban una decena de entradas.