Manuel Valdés: "Cajal era conservador en arte, adoraba a Velázquez"

El profesor emérito de Historia del Arte de la ULE, ofrece este viernes una conferencia en la Fundación Sierra Pambley dentro del ciclo dedicado al investigador Ramón y Cajal y centrada en su vinculación con las artes plásticas

12/04/2024
 Actualizado a 12/04/2024
El profesor emérito de Historia del Arte de la ULE, Manuel Valdés, pronuncia esta tarde una conferencia en el ciclo dedicado a Ramón y Cajal. | L.N.C.
El profesor emérito de Historia del Arte de la ULE, Manuel Valdés, pronuncia esta tarde una conferencia en el ciclo dedicado a Ramón y Cajal. | L.N.C.

Santiago Ramón y Cajal, uno de los grandes investigadores de nuestra historia, es el protagonista de un ciclo de ponencias y una exposición que durante este mes de abril acoge la Fundación Sierra Pambley, organizado por la Fundación Leonesa Pro Neurociencias y el Instituto Universitario de Biomédicina (IBIOMEC) de la Universidad de León. 

Después de una ponencia inicial de José Vega Álvarez dedicada al Cajal científico y humanista, este viernes (a las 19.30 horas) llega la segunda de las ponencias, tal vez de una faceta menos conocida de nuestro Premio Nobel de Medicina (en 1906), la de su vinculación con las artes plásticas. El encargado de bucear en esta vena artística de Cajal es el gran referente leonés en el mundo de la historia del arte, el profesor emérito de la ULE Manuel Valdés, quien ha titulado su ponencia ‘La paradoja de Cajal’

Señala Valdés que tiene mucho sentido una mirada a la relación entre Ramón y Cajal y las artes plásticas pues, dice, «es muy interesante que un personaje tan sumamente importante como ha sido Cajal tuviera un especialísimo interés por las artes plásticas, pese a que se empeñó su familia, su padre sobre todo, en quitárselo de la cabeza... sin conseguirlo, por supesto». 

Señala el historiador del arte que ha sido una gran suerte que Ramón y Cajal fuera «un gran memorialista, de tal manera que escribió una serie de libros en los que podemos rastrear su pasión por el arte, dentro de sus opiniones sobre todo lo que le sale al encuentro, que es mucho pues fue un hombre de una curiosidad infinita y de enorme intensidad, se metía a fondo». 

Cita Manuel Valdés títulos como ‘Mi infancia y juventud’, publicado inicialmente en 1.901; ‘Charlas de café’, de 1.921 y ‘El mundo visto a los 80 años’, que vio la luz en el año 1.934. «En estos libros va deslizando cuál es su pensamiento sobre las bellas artes y de ello vamos a hablar en la charla de la Fundación Sierra Pambley. 

- ¿Por dónde iban los gustos artísticos de Ramón y Cajal?

- Él era ‘muy conservador’ en matería artística; es un adorador de Velázquez, fundamentalmente; le interesa la pintura de Murillo y la de aquellos contemporáneos suyos que se adaptaban a las exigencias de los salones, los que gobernaba prácticamente la Academia, y desecha todo lo que se produce a partir de 1.880, que casi entramos en las vanguardias históricas, y eso no le interesa».

- ¿A qué se refiere con la paradoja de la que habla en el título de la charla que imparte hoy?

- Tiene que ver con lo apuntado de sus gustos; lo que yo llamo una alianza de contrarios. Todos estos hechos se producen en lo que Juan Ramón Jiménez llamaba ‘La colina de los chopos’, en los altos del hipódromo, donde Ramón y Cajal, Achúcarro y Pío del Río Hortega tenían sus laboratorios y también estaba allí la Residencia de Estudiantes, con el inevitable trío: Dali, Lorca y Buñuel».

- ¿Y ahí se produce la alianza de contrarios?

- Es muy curioso. Observaron por el microscopio las preparaciones que tenía Ramón y Cajal y entonces descubrieron un nuevo mundo. Encontraron que allí había una serie de dibujos abstractos pero muy concretos  desde el punto de vista científico, unas imágenes que interesaron mucho a Lorca, a Dalí, y por medio de ellos a otros pintores surrealistas. Ahí está la paradoja, las vanguardias históricas que nunca le interesaron a Ramón y Cajal se alimentaron de las imágenes surrealistas que se producían en sus microscopios para sus investigaciones, lo que no deja de ser curioso... y paradójico».

Y en la Fundación Sierra Pambley están esta tarde las reflexiones de Manuel Valdés sobre un personajes felizmente recuperado en este mes de abril.

Lo más leído