Manuel Quijano: "Papá, tú estás loco’, es lo que me dicen mis hijos"

El veterano cantante y compositor leonés se adentra en la música electrónica con la próxima publicación de un CD con temas que se mueven entre el electro latino y el reggaeton

Joaquín Revuelta
11/09/2016
 Actualizado a 19/02/2019
Papá Quijano en su refugio de La Lola, en el que a menudo surgen sus composiciones. | MAURICIO PEÑA
Papá Quijano en su refugio de La Lola, en el que a menudo surgen sus composiciones. | MAURICIO PEÑA
Manuel Quijano o Papá Quijano, como desde hace algunos años se le conoce en los ambientes artísticos de la ciudad, nunca deja de sorprender. La música de discoteca constituye el nuevo territorio a explorar por parte de uno de los baluartes de la música latina en León, que tiene en el bolero su máxima expresión y a sus hijos Manolo, Óscar y Raúl, los integrantes de Café Quijano, como sus embajadores en todo el territorio nacional y al otro lado del charco. Insto a Manuel para que me hable del nuevo proyecto que muy pronto verá la luz en formato disco, con una primera entrega a la que seguirán cuatro más, pero Papá Quijano prefiere tomarse su tiempo y relatar a este cronista algunos episodios que contribuyeron a que germinara su pasión por el lenguaje musical.

"Tengo que decir que nací en Armunia hace muchísimos años y mi afición a la música viene porque había un vecino que estudiaba Veterinaria y tocaba la guitarra, el laúd, la bandurria y la mandolina en la tuna de la Facultad. Escuchándole me di cuenta de que era el tipo de música que me gustaba. Te estoy hablando de finales de los años cuarenta", recuerda Manuel, cuyo mayor inconveniente en aquel periodo es que no había gente que se dedicara a la enseñanza musical, "y si la había, como vivía en Armunia, un pueblo, no me enteraba". A esa carencia de docentes se sumaba el hecho de que una guitarra costaba un dinero y en la casa familiar "hambre no se pasaba pero necesidades sí que había, porque mi difunto padre era ferroviario y sus horas libres las empleaba como zapatero artesano".

En los sesenta y setenta llegué a dar clases dos días a la semana en once colegios de la capital Manuel Quijano confiesa que en su familia no existía tradición musical, aunque a su padre le gustaba el flamenco y el tango, y a su madre no se le daba mal entonar las canciones de entonces mientras hacía las camas. Trabajando como aprendiz en Renfe adquirió por 250 pesetas en San José su primera guitarra y con ella pudo ampliar sus conocimientos del instrumento gracias a unas clases impartidas por un familiar de Blanco Bardal. "De guitarra sabía poco, pero algo más que yo, por lo que el siguiente paso fue irme a estudiar música a Valladolid y Madrid", recuerda Quijano, quien a principios de la década de los sesenta comenzó a impartir clases de guitarra en centros públicos y privados de la capital, una actividad que prolongó a lo largo de 35 años. Este cronista tiene constancia de ello porque fue alumno suyo a principios de los años setenta cuando estudiaba en los Colegio de los Carmelitas en Armunia, cuyas instalaciones acogen hoy al Colegio Internacional Peñacorada. "En León llegué a dar clase dos días a la semana en once colegios. Como seguía trabajando en Renfe me dejaban salir, aunque, eso sí, me descontaban las horas. A mí me compensaba porque ganaba más dinero dando clases de guitarra que operando con tornos, fresas, taladros..., que era mi cometido como ferroviario", asegura.

Formador de grupos

Numerosos grupos musicales de entonces como Los Torbellinos, Los Topos, Los Arañas... pasaron por las manos de Papá Quijano, que agradece la permisividad que sus padres tuvieron hacia su vocación musical, aunque recuerda todavía el consejo que le dieron y que venía a decir que "el hambre pasa de largo por la casa del ferroviario", por lo que durante un tiempo intentó compatibilizar oficio y vocación.

Con relación a mis hijos, ellos están jugando la Champions League y yo en Regional Manuel Quijano se siente reconocido como músico, aunque su mayor legado son sus hijos, que aprendieron a hablar escuchando la música de Los Panchos en el estudio de música que tenía en la casa del barrio de El Crucero. "Mi ilusión es que los chicos hubieran sido oftalmólogos, porque mi mujer trabajaba en Navarro Óptico. Pero a ninguno de ellos le dio por la medicina. Salieron tres músicos y un superartista que es Jorge, el pintor", declara con orgullo Papá Quijano, que al fin se decide a comentar algunos aspectos de su nuevo proyecto musical. "Estamos con un proyecto de música electrónica, esperando que este primer CD tenga una buena acogida para poder seguir con el proyecto. El electro latino, el reggaeton tienen ahora mucho mercado y se trata de aprovecharlo", asegura Quijano, que asume su nueva tarea compositiva "como un mal necesario". "‘Papá, tú estás loco’, es lo que me han dicho mis hijos", sonríe Quijano, que espera que el primer disco pueda estar en el mercado a finales de este mes de septiembre. "Ellos tienen su vida y aunque sea a regañadientes tienen que aceptar la mía. Con relación a mis hijos ellos están jugando la Champions League y yo en Regional, pero me voy arreglando".
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