
Fue la empresa Adaro la que en 1914 presentó la primera lámpara de mina fabricada en España En el apartado específico de la iluminación cabe señalar que «en el año 1914, Adaro presentó la primera lámpara de mina fabricada en España, superadora de otras de fabricación extranjera. En las cuencas mineras bien se conoce el valor inmenso de esas lámparas, indispensables para el trabajo minero, su iluminación y su seguridad, que acabaron con el uso de velas, candiles e hicieron pasar a la historia la figura del penitente».
Se trata por tanto de una exposición con ‘aroma’ asturiano, otra tierra minera. La empresa heredera Adaro Tecnología S.A, sigue siendo «una compañía familiar, que ha sabido adaptarse a los tiempos gracias a una continua innovación. Pionera en nuestro país en la construcción de lámparas de seguridad y referente obligado cuando se intenta hacer un bosquejo de lo que han supuesto sus productos en la historia minera, no solo pasada, sino actual, puesto que el nombre Adaro continúa estando presente en la lampistería de minas del siglo XXI».
En la historia de esta empresa un nombre fundamental es el de Luis Adaro y Magro, ingeniero de minas cuya efigie corona el monumento conocido con el nombre de La Carbonera. Pese a su vinculación conGijón él había nacido en Madrid, en 1877. Uno de sus siete hijos, Luis Adaro Porcel, siguiendo las orientaciones paternas,se fue a Suiza y después a Alemania, y en la Escuela de Ingenieros de Altemburgo, durante tiempo considerable, efectuó labores prácticas, que continuó en Düsseldorf y otros centros industriales. Y equipado con un valioso bagaje técnico, retornó a España, a Gijón, poniéndose al frente de la empresa de la que su padre había sido fundador, denominada Adaro y Marín; según escribe el abogado asturiano José Antonio Fernández-Carabín y González; quien recuerda la importancia de aquella lámpara presentada en 1914 e incide en la importancia de la desaparición de la figura del penitente:«Portador de una pértiga encendida, en explotaciones como la de Villanueva del Río, entraba en la mina para detectar la presencia del gas, cubierto de sacos empapados en agua para evitar, en caso de explosiones, las quemaduras».