Los topos vieron la luz en la noche del 'sábado rojo'

El 9 de abril de 1977, Sábado Santo, el presidente Adolfo Suárez comperece en TVE y anuncia de manera solemne que "el Partido Comunista de España ha sido legalizado". Aquel llamado 'sábado rojo' sacó a la luz a muchos leoneses

Fulgencio Fernández
09/04/2017
 Actualizado a 19/09/2019
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"Aquella tarde veníamos unos cuantos camaradas de dar un mitinn en Ciñera. Aún éramos ilegales aunque sabíamos que un día u otro lo íbamos a conseguir. La noticia nos alcanzó inesperadamente a todos". Quien esto cuenta es VíctorManuel Bayón, uno de los históricos del PCE en León. Y es significativo que también él confiese que lo desconocía porque fue un hombre muy cercano aSantiago Carrillo, el segundo gran protagonista de esta noticia (después de Adolfo Suárez). De hecho era asturiano, de Mieres, pero él mismo cuenta en su biografía —titulada ‘Crónica de una lucha’— que «fui enviado desde París por el propio Santiago Carrillo para montar, en la clandestinidad pues estamos hablando de 1965, la red del PCE en León». Y lo hizo con eficacia pues aquella noche que fue legalizado esta red tenía 1.868 militantes y pocos tiempo después, en las Municipales de junio de 1979, el PCE logró 61 concejales, cuatro de ellos en León capital, encabezados por el abogado Roberto Merino. También logró alcaldías tan significativas como las deVillablino, Fabero, Igüeña, Cacabelos y Puebla de Lillo.

Llegué a León, enviado por Carrillo, con dos nombres: Pertejo y Valerio de la SierraSin embargo, en este 40 aniversario, parece oportuno viajar —desde las páginas de la hemeroteca— no sólo a los ‘grandes nombres’, sino a los entresijos de esa red de la que hablaba Bayón, de aquellos que se la jugaron en muchos pueblos de la provincia y en la propia capital. El propio Bayón recuerda en sus memorias que cuando llegó a León. «Sólo traía un par de consignas de El Partido y dos nombres con los que entrar en contacto para empezar a trabajar: Gerardo Pertejo, de Villacedré, y Valerio de la Sierra, de Lillo del Bierzo. (De este último, Valerio) traza en la página siguiente un perfil el profesor de la Universidad de León Arseno Terrón, paisano suyo, como ejemplo de cómo trabajaban y cómo eran estas gentes). Y a aquellos dos nombresse fueron sumando otros muchos, comunistas, contactos de todo tipo: «Recuerdo a Casiano, que para ver cómo trabajábamos explicaría que su hijo, de doce años, nos llevaba la propaganda a Ponferrada y a Barruelo de Santullán, en la cuenca minera de Palencia, donde había muchos partidarios». Y se fueron sumando los Ángel Villa, José Luis Iglesias, Raúl Pertejo, Antonio Larín, Joaquín Colín, Teodoro Suárez, el pintor Jular... (ver el documento policial de la desarticulación del PCE y CC.OO. en León en los años 1970 y 1971).

Los pisos refugio, como el de Tano y Pacita Llamas, y la multicopista son historia del PC LeónJuan Cidacos, en la revista Resistencia del año 2006, recuerda aquella etapa y aporta otros muchos nombres. Así a los primeros contactos de Bayón, a los nombres de Pertejo y Valerio, suma los enlaces en Villablino, Santa Lucía o Fabero: Pepe El tapicero, Sergio o Saturno, son los citados. Sin olvidar a gente que, por ejemplo, ofrecía refugios seguros: «Tano y Pacita Llamas, un matrimonio que vivía en la calle Los Osorios, ofrecía un refugio seguro para los liberados».No podía faltar el recuerdo de las famosas multicopistas, fundamentales para la propaganda y la agitación social. Acudieron para su compra a un comerciante de reconocida trayectoria antifranquista, José Solís, y otro de la misma condición les hacía llegar el papel: Chomón.

Algunos de estos personajes se convirtieron en verdaderas leyendas clandestinas, como el albañil López Larín, corresponsal de Radio Pirenaica en León, vecino del Barrio de la Inmaculada, donde contaba con la ‘complacencia’ de uno de aquellos llamados curas rojos: Julio Arguedas, que se suma a la lista de los recordadosFrancisco Beltrán, en Ponferrada; Javier Sotuela, en Matarrosa; Eladio Fernández, en Santa Lucía de Gordón o jóvenes procedentes de movimientos católicos, como la HOAC: Joaquín Colín y Javier Cantalapiedra, gente «muy interesante para El Partido para tener penetración social».

Al ser legalizado el PCE ya tenía en León 1868 militantes y en las municipales sacó 4 concejales en LeónLarín, fallecido en 2016, recordaba aquellos tiempos en un reportaje en la vieja La Crónica: « Creo que fue ese año de 1965 cuando vino ‘Carlos’ (Victor Bayón) como responsable del Partido. Conocí a Ángel Villa, de RENFE, a través de Casiano (a) “Quintana”, y a Félix, Manolo y Paco, hijos de Casiano... a Gerardo Pertejo y a Nazario, hermano de Juan y Pedro Carpintero, que ya estaba en el Partido como muchos otros. Manolo Llamazares, que llevaba unos prismáticos a las asambleas por si nos espiaban los de la Social. A Santiago, que trabajaba con Félix de soldador en una empresa vasca...». Larín enviaba sus crónicas a Radio Pirenaica como «un albañil de León».

El trabajo de esta gente —aliñado con intensos y eternos debates— fue dando sus frutos y se iba sumando mucha gente de diversos sectores: Desde la Universidad de Valladolid llegó David López Valdueza, y ya militaba uno de los más recordados, fallecido prematuramente: José María Guerra, Tato. Y se incorporaron algunas jóvenes que dieron gran dinamismo: Isabel Urueña o Pepa González (desde UJCE), Nana Montañés, un nombre ligado al mejor CCAN;y nombres destacados de la vida social, cultural y universitaria de León: Roberto Merino, Joaquín González Vecín, Gonzalo Suárez, Conrado Vidal, César Roa, Vaquero Peña o el doctor Saltomira., protagonistas después de la etapa democrática. Desde Francia llegó Rodríguez Barrero...

Y un muy largo, muy largo, etcétera, pero no es un diccionario, sino un recuerdo de aquellos ‘topos’ que hace cuarenta años justos pudieron salir a la luz. Aunque no se les reconozca su lucha.
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