Los cuatro elementos

"Siempre viste muy bien presumir de jazz, pero como rimaba uno muy grande: 'el rap es una forma de vida y no un perfume' y así entendemos nosotros el jazz"

Gio Yáñez
14/08/2016
 Actualizado a 13/09/2019
El cartel del festival, que se desarrolla del 14 al 20 de agosto en distintos lugares de Ponferrada.
El cartel del festival, que se desarrolla del 14 al 20 de agosto en distintos lugares de Ponferrada.
Es muy posible que hoy domingo estés leyendo este impromptu y aún tengas tiempo de tomar un vermú en La Obrera y asistir al pistoletazo de salida de Km.251 Ponferrada es Jazz a las 13:00 horas. Allí te encontrarás al maestro saxofonista Kiko Berenguer, actuando a dúo junto a su guitarrista. Estupenda manera de comenzar una semana única. Puede que pienses que es bueno que vuelva a haber festival de jazz en Ponferrada, pero déjame que te sorprenda y crispe los nervios de muchos: nunca lo hubo. Hubo ciclos de, muestras de, sí; pero no festivales. Escuché a mis colegas de Asl (Artistas Sin Límite) mencionar el término de los ‘cuatro elementos’ por vez primera a raíz de un videoclip que grabaron en Palencia, dentro del Festival ATC (Apoya Tu Cultura), donde estuvieron repartiendo ondaza. Dí con los mismos sin muchas vueltas: MC (rap), DJ, Graffitti y Break. Cuatro elementos como pilares de una cultura que siempre he admirado por lo claro que lo tienen y por el amor incondicional que profesan a su arte: respeto por la tradición, pero con la vista al frente; los pasos progresivos para ir conociendo todas las habitaciones de la casa y su cartel de bienvenida a cualquier no iniciado. Y...¿qué tiene que ver esto con el Km.251? Pues mucho. Yno ya por el hecho de que uno de los tres grandes conciertos centrales destile hip hop: Eladio Díaz Control Z, que viene con Dj y Mc junto a un cuarteto de saxofón, guitarra, bajo y batería. Sino por el espíritu que encierra todo lo relacionado con este festival y que lo sitúa a mil jodidas millas tarantinescas de todos los vanos intentos anteriores por marcar cita con la musa: el jazz. Desde el principio, y hablamos de hace unos cuantos meses, quizá años (como comentaba Miguel A. Varela, quién sabe si ya en Oporto) tuvimos claro que no íbamos a hacer algo al uso. Para mí, visto desde fuera, la fórmula, siempre me había parecido la misma hasta ahora: planear dos o tres conciertos, hacer un cartel y a correr. Quedar «muy bien» hablando de lo mucho que se conoce a los artistas participantes, soltar aquello de renombre internacional, cuatro frases hechas de esas que no sé si gustan, pero aletargan y medallita. Pero nuestra apuesta iba en otra dirección, la opuesta. La dirección a la que sin saberlo, mis colegas de Asl apuntaban.

¿El jazz tiene un número determinado de elementos? No. Tampoco el hip hop se reduce a un número, pero seguro que ya entendéis por dónde quiero ir: al cariño por el detalle, a conocer bien de lo que se está hablando, al respeto y al amor por una música y su cultura y todo lo que ella conlleva. Siempre viste muy bien presumir de jazz, pero como rimaba uno muy grande: «el rap es una forma de vida y no un perfume» y así entendemos nosotros el jazz. Así Miguel me pasa el disco de Victor Antón Group, y tras escucharlo concienzudamente, coincidimos en que además de gustarnos y de ser música original compuesta por el guitarrista, siendo de la comunidad (Zamora), es imperativo que podamos disfrutarlo en vivo. Km.251 siempre estará al servicio de los compositores. Algo parecido, pero a la inversa sucede con Control Z. Yo le paso la música a Miguel y volvemos a coincidir: pulgares hacia arriba. Para nuestra figura central del cartel no fue necesario más que la telepatía: Abe Rábade. Maestro entre maestros y heredero del trono de Tete Montoliu. Es desde hace años uno de los gigantes de nuestro jazz que tanto Miguel como yo, que tuve el lujo de estudiar con él, adoramos. Nos parecía fuera de nuestra liga (presupuesto ajustado, festival que comienza...) pero él, como grande que es, rápidamente se convirtió en aliado con su total disponibilidad a participar poniéndonos mil facilidades. Y nosotros locos de contentos, habíamos cerrado un cartel espectacular para la primera edición.

Pero la filosofía de los cuatro elementos, inconscientemente, estaba presente, no lo olvidemos. De esta forma entraron en juego la poesía, la fotografía, el cine, los documentales, la cantera local, la parte pedagógica, el jazz en la calle, el intercambio de alumnos, el vino...¡y se montó una buena! Sólo Quinito podría ser capaz de condensarlo en una foto, como así hizo para el cartel. Ahora sí hablábamos de un festival, un todo inseparable de cada una de sus partes, y que refleja, dentro de nuestras humildes posibilidades, las muchas tonalidades que componen este cuadro de la cultura del jazz. Disciplinas que impregnan otras disciplinas, influencias que vienen y van. ¿Cómo no íbamos a adoptar como nuestro el imaginario de los trenes, viviendo en Ponferrada, habitando el mismísimo Km.251?

Estáis invitados a vivirlo desde hoy por toda la ciudad: en los museos, en la calle, en restaurantes y cafés, en los parques, en los conciertos. Y por supuesto en mi rincón: La Casa del Jazz, que albergará un taller de improvisación para todos los instrumentos y para curiosos, impartido por el contrabajista asturiano Alejandro San Pelayo et moi. Que a su vez servirá también para coordinar el funcionamiento de las jam sessions que tendrán lugar con alumnos de la casa y de la Escuela de Jazz y Música Moderna Compasión de Pola de Laviana (Asturias) que están invitados por el festival a conocer nuestra tierra y formar parte activa de esta aventura. Como incorporación de última hora os adelanto la presencia del baterista italiano Bruno Tagliasacci, del que también disfrutaremos en las jams y del que sugiero que toméis nota porque lo volveréis a ver pronto. Hasta aquí puedo leer. Me pongo pesado siempre con esto, pero una vez más, las bondades de la enseñanza musical moderna, y en concreto del jazz propician encuentros únicos como los que vamos a presenciar estos días no os lo perdáis. Es mas, no os perdáis nada si podéis; hay muchas horas de trabajo y cariño puestas en este kilómetro y son para ti, que te gusta el jazz, como decía el Maestro Cifu. Y también para ti, que quizá aún no lo sepas, pero también te gusta el jazz.
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