Máximo Gómez Rascón es Director del Museo de la Catedral y Delegado Episcopal del Patrimonio Diocesano desde hace casi cincuenta años. Toda una vida dedicada a la conservación del patrimonio artístico y cultural le ha llevado a recibir reconocimientos, como el Premio Alfonso IX en 2017. Hace unos meses, publicaba un libro sobre el trascoro de la Catedral leonesa que todavía no tiene fecha de presentación oficial.
En un pequeño despacho, habiendo entrado ya en calor, el canónigo no tiene inconveniente para hablar de la publicación: «No es sólo una divulgación actual, sino que tiene un sentido bastante profundo». Aunque la de León sea una Catedral de alto reconocimiento nacional, su trascoro parece pasar desapercibido. «Todo el mundo habla de su relieve, pero la Catedral lo deslumbra todo», cuenta Rascón. «Incluso, algún autor de principios de siglo decía que ese montón de piedras había que quitarlo de la Pulchra Leonina porque la deterioraba», confiesa entre risas. Con este libro, el autor quiere mostrar lo que considera «una auténtica obra monumental del renacimiento leonés».

No fue hasta dos siglos más tarde, en el XVIII, cuando se produjo finalmente el traslado desde el presbiterio a la entrada de la Catedral. En ese momento, entraba en juego la construcción de una nueva pieza: el zócalo o pedestal. De esta, el autor habla entusiasmado: «El pedestal muestra cómo se integró la mitología helenística dentro de un tema puramente cristiano». El libro desglosa, parte por parte, todas las imágenes talladas en el trascoro.
«Faltaba un análisis profundo en el que se viera integrado el humanismo cristiano y la importancia del texto bíblico acompañando la iconografía», explica Rascón, que ha estudiado las distintas escenas, como la expulsión de Adán y Eva del Paraíso o el adulterio de David. La conexión entre texto y figuras no había visto la luz hasta esta publicación y son fruto y reflejo de la evolución de la institución eclesiástica a lo largo del tiempo.
Para el canónigo, de este trascoro, «lo más importante no es la forma, sino el tema». El apellido de su libro, ‘Poema del Humanismo Cristiano escrito en piedra’ sugiere acertadamente a lo que se refiere. «Es un ejemplo de la maestría de los artistas que trabajaron aquí», añade. Y aunque puede resultar denso para quienes no están familiarizados con la religión, «es una lección bíblica magníficamente importante».
La restauración de la pieza no tiene fecha pero sí está prevista, según indica Rascón, que asegura «ganará espectacularidad». Su publicación servirá de gran ayuda; pues se trata del único libro para saber leer el trascoro.