Hay tópicos, frases hechas, que dejan de serlo cuando encuentras a alguien que justifique su existencia. "Un genio anda suelto" lo repetimos sin venir a cuento, la mayoría de las veces, pero si te cruzas con el pintor José de León es inevitable pensar que la expresión nació para tipos como él. Y cuando disfrutas de la libertad de su pensamiento y sus ideas completas lalista de los tópicos que se hacen realidad con aquello de que "todo genio tiene un poco de loco", en el mejor sentido de la palabra. Porque hay que estar un poco loco para pensar en alto, como hace él; para hacerte tu casa en tu pueblo con tus propias manos, como hace él; para encerrarte a pintar hasta la extenuación, como hace él; para abrazar a los amigos en la calle con la fuerza de un luchador, como hace él; para ir a conocer todo aquello que quieres conocer y después lo cuentas, de manera deslumbrante, con tus manos, tus cuadros, tu pintura, tus colores vivos… o en blanco y negro, como acaba de hacer con el Covid, del que ha hecho una serie que bien podría ser la versión moderna de ‘los desastres de la guerra’.
Después de recorrer medio mundo, Madrid, Roma, Pekín… José de León pensó que no conocía aquel León que solo vivió con los ojos infantiles del niño que había estudiado en los Maristas. Cogió el caballete y se plantó en el centro de la ciudad, disfrutó de los amigos, de la conversación, del vino y la tapa, del día y la noche… y allí le pilló el Covid. Se encerró, le encerraron, tenía en casa dos botes de pintura de cinco kilos, uno blanco y uno negro, y lo contó todo. Lo pintó todo. El genio que anda suelto se encontró atado. Y lo expresó.
León puede ahora disfrutar del José de León más made in León en estado puro. Como es él. Exuberante, tanto que ha llenado los tres espacios expositivos que el Instituto Leonés de Cultura tiene en la capital: la Sala Provincia, su nuevo anexo de la Sala Polivalente, y parte del CLA (Centro Leonés de Arte), 133 obras realizadas sobre todo con la técnica del óleo sobre lino, madera y tablas y que abarcan temas tan diversos como es la mirada del pintor: ‘Ingeniería cósmica’, El complejo mundo de Cervantes, o, sobre todo, once pinturas de gran formato (de hasta 2x4 metros) centradas en la temática del Coronavirus.
- ¿Cómo fue la experiencia del regreso a León?
- Diversa y algo caótica. Fui (ya estoy de nuevo en Carbajal de Fuentes, mi pueblo) para unos meses y estuve cinco años, del 2015 al 2020. A veces me parecía estar en la movida madrileña, conciertos, copas, resacas, colegas, bares… hasta que llegué al convencimiento de que los bares son dañinos, al menos para el arte, quería regresar a casa pero con la resaca no tenía ganas ni de hacer las maletas. León ciudad te come las energías, prefiero el campo.
- ¿Cómo y por qué decidió venir a León ciudad?
- Es un recorrido que hay que hacer y yo lo hice, con la misma finalidad que viajo siempre: por saber.
- De Madrid a Pekín... y León ¿cómo es la vida en una ciudad pequeña para un artista?
- Tiene su cosa, es un lugar donde al final nos conocemos todos, para bien y para mal. Entre más pequeñas son las ciudades y los pueblos, peor, más retorcimientos, más peleas y más luchas.
Y en ese debate interno del regreso le roba la opinión y la decisión un virus, el del Covid le atrapa y le encierra. "Me vi preso en casa, como todos, tenía dos botes de pintura de cinco kilos, uno blanco y otro negro, y me puse a hacer de manera casi compulsiva, con pequeños descansos, lo que creo que mejor sé hacer, escribir esta historia pintando. Un día tras otro. Una semana más, encerrado, sin ver a nadie… te concentras en la pintura. Y me salió una serie que yo diría, con perdón, una serie goyesca, una especie de los desastres de una guerra o algo parecido, que fue aquella pandemia. Es una serie intensa y muy vivida, con mucho karma, mucho aura, que decía Walter Benjamin" .
Y se muestra convencido que esta serie marca un antes y un después en su pintura, en la que ha vuelto a retomar el contacto con el campo, con la naturaleza, con su pueblo (Carbajal de Fuentes). En la presentación de esta exposición sorprendió José de León a los asistentes con una oferta: "Cederé mi obra a quien me ofrezca un espacio digno para mostrarla de manera permanente". No cree el artista que sea nada que no encaje en su filosofía y su forma de entender la vida. "Mira, esta obra reciente, por ejemplo, no es solo mía, también es de los leoneses, de León que es la ciudad que la ha desencadenado de alguna manera y yo soy alguien que tiene la virtud de poderla contar con mi pintura. Ahora llega ese punto en el que piensas: paisanos, esta obra ya está aquí, ¿qué hacemos con ella? ¿tenéis algún sitio para guardarla y mostrarla y que sea un aliciente más de esta ciudad? Pues ahí está, a disfrutarla".
- ¿Habrá respuesta?
- A ver, no tengo mucha confianza en nuestros políticos y, sinceramente, sería una pena pues igual un día me vuelvo loco y se la doy a un palestino o un alemán o yo qué sé.
- Tu apellido dice ‘de León’.
- Bien visto.
La exposición podrá verse hasta el último día de febrero en la Sala Provincia y su anexa Sala Polivalente (calle Puerta de la Reina, 1, León) y en el Centro Leonés de Arte (avenida Independencia, 18, León), en horario de martes a viernes de 17.00 a 20.00 horas, sábados de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00, y domingos y festivos.