En las imágenes se presentan lugares comunes para todos los leoneses, pero que se han ajustado al desarrollo urbano de formas poco convencionales. El dibujo es correcto para contar las historias de la ciudad que quiere mostrar su autor, se trata de un modo de destacar los desmanes que se han ido sucediendo a lo largo del desarrollo urbano de la ciudad de León. El autor, Ramón Pallarés, dice: «Se trata de un recurso narrativo que trata de reflejar esos espacios habituales de la ciudad de León con la gente haciendo su vida normal, cuando hay fiestas, cuando hay carnaval, en la semana santa»...
Son arquitecturas no convencionales, forzadas por múltiples causas y remarca: «Yo no me he empeñado en que salga la catedral o la parte turística bonita, quiero señalar, si hay una parte crítica, es que he cogido lo que es urbanismo mal resuelto». No busca la belleza en sí, aunque reconoce que «hay una cierta belleza en eso, porque a veces cuando hay una ruina, un solar. La ciudad está todo el tiempo haciéndose, pero a la vez está destruyéndose todo el tiempo».
La imagen que ilustra el programa de la exposición muestra el muro y las ruinas de una casa que se cayó hace años y ahí sigue con la torre de la catedral al fondo.
Hay una cosa que pasa mucho y lo sabe porque es arquitecto, son lo cambios en las ordenanzas que quedan medianeras en edificios altos, en edificios bajitos, esos conceptos de tramas urbanas que tienen distinta ordenanza se resuelven muy mal, es un desastre, pero eso los que vivimos aquí y lo vemos todos los días ya no notamos que está mal y nos parece lo cotidiano, lo normal: «Casi siempre son escenas normales de la calle que tienen detrás un tema de estos: ruina, suciedad, abandono, de choque de tramas..., de mal urbanismo».
Alguien planifica las normas y otros las aplican y en este contexto hay un punto especulativo y remata: «Al final se entiende la ciudad como un negocio, no como un lugar para vivir y la ciudad debería ser algo muy bello para todos, que es donde todos vivimos y al final es el negocio de unos pocos que son los que se benefician de esas cosas y los demás salimos perdiendo».
Se trata de una exposición que muestra una visión de la ciudad que vivimos en el día adía y a la que nos estamos acostumbrando con sus virtudes y defectos. Esos defectos que Ramón coloca en sus láminas.
La inauguración ha sido un éxito de público y la exposición de Ramón Pallarés podrá contemplarse en el Camarote Madrid a lo largo de este mes. Una visión muy particular de los destrozos arquitectónicos en nuestra ciudad, a los que nos hemos ido acostumbrando.