Se ha dicho de Laura Salguero que su visión es la de una entomóloga por su querencia por lo más pequeño. "Pienso que se debe al hecho de que al reducirlo se vuelve más acaparable y susceptible de una mayor comprensión. De alguna manera al reducir los objetos o los personajes lo puedes entender, lo puedes manipular mejor".
Teatralidad
Su tendencia a mostrar la figura humana con formas de animales es su manera de reivindicar la animalidad del ser humano, que nos lleva en algunos casos a mitos como el del hombre elefante y otros seres monstruosos que convivieron en el siglo XIX y que la artista sugiere con la presencia de un carromato que se asemeja a las barracas de feria donde se exhibían a estos fenómenos de la naturaleza. "Esa teatralidad también se da en la exposición. En cada sala revisito todos esos lugares en los que habita lo exótico y lo que nos maravilla. Una de ellas es un museo, otra representa un mundo como más exótico, pero ese exotismo solo es perceptible si vives fuera de ese entorno, y la sala en la que nos encontramos, que es más parecida a las ferias ambulantes que provocaban una enorme expectación en los lugares por donde pasaban", comenta Salguero, que reconoce que le gusta jugar con esa atracción repulsión "porque en el límite es donde el inconsciente y las emociones son capaces de aflorar. Si se lo das todo masticado y la repulsa es muy evidente, tú no lo sientes. Pero si estás jugando en el límite, ahí es cuando el espectador genera esa tensión que emociona y no entiendo el arte sin emoción".