Si vamos a la mitología, la misma nos cuenta que un grifo era una criatura, cuya parte frontal es la de un águila gigante, con plumas doradas, afilado pico y poderosas garras. La parte posterior es la de un león, con pelaje amarillo, musculosas patas y cola. Hay variadas versiones sobre su poderío y su utilización, tanto por griegos como romanos y otras culturas. Pero al final, un cilindro de hierro los atravesaba. Los antiguos romanos, los nobles y patricios por supuesto, ya tenían cañerías en sus casas y un grifo rudimentario al final de las mismas. Los primeros grifos datan de esa época… Se necesitaba un aparato que regulara el caudal. Estos primeros grifos consistían en un cilindro perforado, que se insertaba transversalmente en la tubería y se usaron también durante la Edad Media. El inglés Thomas Gyll perfeccionó el invento en 1800 introduciendo el grifo de rosca, con el mismo mecanismo que los actuales. Al girarla, la rosca presionaba una arandela de goma sobre la base del grifo. Le dio a la cabeza el hombre, y consiguió abrir y cerrar el caudal del agua según la necesidad, y no sabíamos ni el nombre del que lo inventó… con saber abrir y cerrar el grifo nos vale; lo peor, es cuando el agua vaya escaseando aún más, y a ver cómo nos las apañamos, pero esa es otra historia. En sus inicios, en España se usaba el término “canilla” para referirse a la llave del agua. La palabra “grifo” se comenzó a usar cuando la boca de la fuente de agua se empezó a construir en esta forma de animal mitológico.Más tarde se inventaron los grifos de retención y de desagüe, los grifos automáticos y los grifos de aforo. Pero la idea es lo único que cuenta, y la del grifo fue sin duda una de las más geniales y sencillas de la historia del ingenio. Sebastián de Covarrubias, en su Tesoro de la lengua castellana (1611) escribe: “La espita que se pone a la cuba o tinaja para ir sacando por ella el vino llamamos canilla”. De hecho, canilla, espita y grifo remiten a objetos materiales parecidos, y son modos diferentes de denominar esa realidad. De las tres voces, la más antigua es “canilla”, utilizada ya a finales del siglo XIII, por ser una pequeña caña cortada a bisel lo que solía introducirse en la cuba para extraer de ella el líquido de manera mesurada. El nombre “grifo” es el más reciente para aludir a la llave, generalmente de bronce, que se coloca en la boca de las cañerías, calderas o cualquier depósito de líquidos a fin de facilitar su extracción ordenada.
Fabricar un grifo es un proceso complejo de diseño, fundición, mecanizado…El latón es una aleación de cobre y zinc muy utilizada para productos de decoración por su acabado brillante. Está presente en cerraduras, válvulas, artículos de fontanería o instrumentos musicales. El latón fundido se introduce en los moldes que se han elaborado previamente y se somete a frío para conseguir que las piezas se endurezcan. Las piezas que salen de los moldes pueden tener pequeñas imperfecciones o muescas, por lo que es imprescindible someterlas a un proceso de mecanizado. Durante esta fase los distintos tipos de máquinas (tornos, fresadoras, matrices…) perfilan la forma de la pieza hasta conseguir el aspecto definitivo. En este momento ya se pueden ensamblar las partes que componen el grifo por lo que se realiza el primer testeo de calidad. Se comprueba que el latón no tiene poros o imperfecciones mediante agua a presión. Y hay que comentar alguna curiosidad… Las huellas y nombres de muchos de estos diseñadores y artistas de grifería artística, se han borrado con el paso del tiempo, convirtiéndoseenanónimos. Pero se dice que algunos de ellos, por ejemplo, el que realizó el perfecto y conocido cisne, se dedicaba al arte y se inspiró en el ballet de los años 50. Y como no podía ser de otra manera, el resultado de estas colecciones antiguas, es la expresión pura de una gran belleza, para abrir un grifo diferente. Todavía quedan algunas por las casas de los indianos, hoteles antiguos que han dejado la grifería sin tocar, y otras instalaciones antiguas con modernidades de aquellos años.