En uno de los primeros números de la calle Suero de Quiñones puede ver el paseante un cartel llamativo. En él se indica una parada de autobús de Renfe, que supone el inicio del trayecto hacia la estación de la Universidad. Debido a las obras de la estación del centro, los pasajeros del ferrocarril deben emprender su viaje desde esta parada para recorrer las viejas vías del Tren de La Robla, que tanto marcó las rutas migratorias de leoneses y leonesas en busca de un futuro por las tierras vascas.
Frente al cartel, al otro lado de la calle, un edificio de color claro se erige ante el observador. Se trata de la conocida como
Casona de los Pérez, que data de principios del siglo XX . Su localización no puede resultar más paradójica; y es que el interior de la casa alberga precisamente el
Museo de la Emigración Leonesa.

Este martes, se han abierto sus puertas para dar paso a la presentación de tres nuevas salas disponibles al visitante. Una de ellas, la galería o fumador, fue el escenario escogido para el evento. La directora del museo, Nuria Alonso, y la concejala de Acción y Promoción Cultural, Evelia Fernández, se encargaron de dar los detalles del nuevo recorrido. «Con la apertura de estas salas, la visita será mucho más emotiva de lo que ya era», decía la directora. La concejala agradeció a Alonso su trabajo en la institución impulsora, la Fundación CEPA, y calificó el museo como «un centro de referencia en nuestra ciudad para conocer nuestro pasado y nuestra historia». Aprovechó la circunstancia para recordar que «entre todos, hacemos ciudad». La sala de fumar ha sido hasta ahora un espacio destinado para exposiciones temporales. Hace unos meses. era utilizado para la exposición del altar del Día de los Muertos. «Es una sala muy particular, con un papel oriental y vidrieras de Basurto Miyar González con motivos deportivos», en palabras de la directora.La sala de la música es utilizada como uno de los despachos de la Fundación CEPA. Un piano y muebles de la casa original se presentan ante el visitante. Todos ellos, elaborados por el carpintero leonés y primer dueño del hogar, Miguel Pérez Vázquez. En su techo, las cuatro esquinas están ocupadas por figuras talladas de Eutherpe, la musa protectora de la música y la armonía.

La última habitación abierta al público es la sala del comedor, donde se celebran las reuniones de patronato. Una amplia mesa, varias sillas a su alrededor y una imponente chimenea adornan el espacio. Alonso lo califica como «la joya de la Corona» y explica de su aspecto que «cuando Don Miguel acudió al Convento de la Clarisas en Medina de Rioseco, se enamoró de su comedor». Cuatro retratos cuelgan de las paredes; todos ellos elaborados por el pintor leonés Francisco Suárez. Sus protagonistas son las tres generaciones que más han marcado a la fundación:
Pablo Díez Fernández, empresario emigrante a México; sus dos sobrinos,
Cesáreo y Pablo González Díez; y
Carlos Fernández González, actual presidente. Cuatro miembros de una misma familia que dan cuenta de la estrecha relación entre León y México.
Durante buena parte del siglo XX, numerosos fueron los españoles que huyeron del ambiente bélico europeo y de la Guerra Civil hacia el otro lado del charco. Desde el museo, distinguen el asentamiento de leoneses y leonesas en México por «el efecto que el emigrante tendría en la vida económica y social de su nuevo país de residencia».
Uno de los retratados en el comedor de la casa, Díez Fernández fue fundador de la Cervecería Modelo, hoy denominada
Grupo Modelo. El leonés acabó por abrir la que se considera «una de las industrias mexicanas más importantes del siglo pasado» en 1922, tres años antes de que el futuro anfitrión de la Casona le encargase el proyecto al arquitecto Manuel de Cárdenas, artífice del ensanche leonés, restaurador de su catedral y docente para la Institución Libre de Enseñanza entre otras muchas hazañas.
Y es que, aunque el museo pretenda mostrar las historia de aquellos hombres y mujeres cuyos antepasados emigraron a México, el edificio que lo atesora puede comprenderse como una pieza museística por sí mismo. Inspirada en el estilo señorial español, la Casona de los Pérez no es hogar de un solo carácter y presenta decoración en art decó e inspiraciones japonesas. Incluso, «el tipo de suelo cambia casi en cada sala», según indica Alonso.

Con la apertura de estas tres nuevas salas, el visitante podrá pasear por una reliquia bien conservada que, además, presenta una exposición dividida en varias temáticas. ‘Más allá de las circunstancias’, situada en la planta semisótano, expone los motivos por los que los migrantes acabaron por trasladarse y las vicisitudes del viaje. ‘Familia y patria’, en la planta bajo cubierta, muestra cómo la preservación de las tradiciones permitió que muchos leoneses se consideraran hijos de dos patrias. 'Identidad compartida’, en la misma planta que la anterior, permite conocer los nexos culturales entre León y México. ‘Trabajo’, en la primera planta, aborda las claves del éxito en el emprendimiento profesional, tomando como ejemplo casos emblemáticos de leoneses.
Además de la entrada libre a todas las salas abiertas, cada día de la semana habrá una nueva programación de visitas guiadas que sólo supondrán un euro adicional sobre el precio de la entrada regular. Los lunes, habrá dos turnos: a las 17:15 y a las 18:30. De martes a domingo, los turnos mañaneros serán a las 10:30, a las 12:00 y a las 13:30. De martes a sábado, por la tarde habrá visitas a las 16:00, a las 17:15 y a las 18:30. La duración será de una hora. «Sólo se podrá acceder a las nuevas salas en las visitas guiadas porque son nuestro lugar de trabajo», explicaba Alonso. El museo también ofrece la posibilidad de realizar visitas de forma telemática. A través de su página web, los internautas pueden acceder a una visita virtual por diez euros. La Agrupación Leonesa de México espera poder incluir el enlace en su página próximamente.
Termina la presentación de la emblemática casa y del museo que rememora la vida de tantos leoneses que hubieron de huir en busca de un futuro mejor con maletas más cargadas de sueños y deseos que de ropa. Las puertas quedan abiertas, pues como señalaba su directora: «Es una maravilla para esta ciudad y los tesoros que tenemos, los tenemos que enseñar; son un poco de todos».