Las bodegas-cueva, agrupadas en el altozano de La Vita, fueron picadas en el subsuelo arcilloso, cuya tierra endurece en contacto con el aire, por lo que de manera natural estas construcciones en negativo se auto refuerzan. Algunas de estas bodegas constituyen auténticos laberintos por su longitud y número de dependencias, destacando el lagar como zona donde se pisaba la uva y repisaba mediante la viga, una enorme palanca de madera. El mosto caía al pilo y de ahí se bombeaba o transportaba en odres hasta las cubas, donde fermentaban, para convertirse en vino. Estas bodegas son auténticas joyas de la arquitectura vernácula. Entre ellas sobresale la que el ‘Tío Carponte’ construyó en el siglo XVIII y que alberga una amplia colección de enseres: la Bodega La Vita.
El próximo lunes, día 4 de agosto, el enclave ubicado en la calle La Vita de Gordoncillo se convertirá en escenario para una nueva cita con la VI edición del festival ‘Bajo Tierra. Artes de lo mínimo’. En esta ocasión, la compañía asturiana Kamante Teatro será la encargada de subir a las tablas del singular y emblemático espacio.
La obra y los horarios
Los intérpretes de la comunidad vecina se harán cargo de una de las obras más conocida de Leopoldo Alas ‘Clarín’. De su mano, ‘La Regenta’ se convertirá en protagonista con pases de entre 15 y 30 minutos que tendrán lugar a las 18:00, las 19:00 y las 21:00 horas.
Fue el Ministerio de Cultura el que encargó a Kamante Teatro la preparación de una lectura dramatizada en la Biblioteca de Asturias con motivo del 140 aniversario de la publicación. «Los elogios recibidos y el interés generado nos han animado a desarrollar el trabajo y darle un formato más escénico», expresan desde la compañía: «El hilo conductor es una conversación de dos sirvientes que cotillean sobre la repercusión en la ciudad de Oviedo, de la última obra de Clarín. Así pasan de estar limpiando los vidrios a convertirlos en protagonistas de la propia trama y comenzar a revivir el mapa y paisanaje de Vetusta, la otra Oviedo, en la obra clariniana. La propuesta se desarrolla con un formato mixto, entre teatro de objetos e interpretación, rompiendo constantemente la cuarta pared y teniendo como nota común, el humor».
Todo en una obra «donde los auténticos protagonistas viven sus contradicciones a través de la mirada de los dos sirvientes que se dirigen al público como auténticos vetustenses».