En un ambiente similar tuvo lugar una de las romerías con más solera de la provincia, que se viene celebrando desde el siglo XIV en la localidad leonesa de Maraña, que volvió a honrar a su patrona, Nuestra Señora de Riosol, en una jornada festiva que desde primeras horas de la mañana congregó en las inmediaciones de la ermita a numerosos fieles que acompañaron a la Virgen durante el recorrido en uno de los entornos más bellos de la provincia leonesa. Lugareños y veraneantes confraternizaron en una romería que tuvo como marco el alto del puerto de Tarna. El estreno del nuevo pendón de Nuestra Señora de Riosol y la tradicional carrera de caballos a través del monte fueron dos de los principales alicientes de esta celebración.
Nuestra Señora de Carrasconte, patrona de Laciana y Babia; la Virgen de Trascastro, muy venerada en los pueblos del municipio de Peranzanes y alrededores; la Virgen de la Casa o de Peñafurada (a medio camino entre los pueblos de Posada de Omaña y Tremor de Arriba, ya en el Bierzo), o la Virgen de las Angustias, en la localidad berciana de Molinaseca, protagonizaron este lunes sendas demostraciones de fervor popular en una jornada de exaltación y de reivindicación de las señas de identidad que distinguen a los diferentes pueblos de esta provincia.

Santa Cristina de Valmadrigal rememoró este lunes su tradicional ‘danza del paloteo' en una jornada festiva en honor a Nuestra Señora la Virgen de Gallegos. El grupo de baile, con el mismo nombre, inauguró la festividad con dos ‘lazos’ a la Virgen durante la procesión, como se llama a cada una de las canciones que van dedicadas todas ellas mediante un lazo.
Bajo un intenso sol, los danzantes golpearon sus palos al ritmo marcado por la dulzaina y el tamboril. Después de misa, como manda la tradición, el lazo se tiró al cura y el grupo de danzas descansó hasta por la tarde, cuando las danzas volvieron a la plaza.
El guirria, un peculiar personaje que sirve de animador y coloca los lazos a los vecinos y visitantes, hizo su función y fue inaugurando los bailes realizados por los catorce danzantes, que bailaban en turnos de ocho. Todos los lazos finalizaron con fuertes aplausos y las felicitaciones se repartían entre los que danzaron por primera vez y los que repitieron después de doce años.