«La música popular ayuda a la gente a aliviar sus preocupaciones»

Los vallisoletanos Arizona Baby, en el mejor momento de su carrera, presentan esta noche su último disco en EspacioVías

David Acosta
26/12/2014
 Actualizado a 15/09/2019
Rubén Marrón, Javier Vielba y Guillermo Aragón son los componentes de Arizona Baby.
Rubén Marrón, Javier Vielba y Guillermo Aragón son los componentes de Arizona Baby.
No ha sido un año cualquiera para Arizona Baby. La banda vallisoletana ha publicado en este 2014 que ahora termina un álbum, ‘Secret Fires’, que claramente marca un punto de inflexión en su trayectoria. Arizona Baby demuestra que su música es mucho más que folk, tal y como los leoneses podremos comprobar en el concierto programado en Espacio Vías a partir de las 22:00 horas. Javier Vielba es el cantante y guitarrista de este grupo de barbudos. Nos atiende antes del evento.  
     
– Oiga, crítica y público coinciden en que ‘Secret Fires’ es el mejor disco de Arizona Baby hasta la fecha…

– Pues eso es buena señal. Los artistas suelen decir que su mejor álbum es el más reciente, el que están promocionando en ese momento. Si es la crítica y el público quienes lo dicen, nosotros encantados.

–  Da la sensación de que este trabajo ha sido más ambicioso que los anteriores. ¿Querían ustedes sorprender?

– Sí, sin duda. Los dos discos anteriores se hicieron de manera más fortuita. El primero fue autoeditado y se grabó con escasos medios en el estudio de un amigo. En el segundo yo estaba viviendo en Londres y no era fácil coincidir con los compañeros para ensayar y grabar. Todavía no habíamos fichado por Subterfuge Records y el presupuesto fue muy limitado, de hecho grabamos todas las canciones en sólo dos días. Sin embargo con ‘Secret Fires’ hemos podido preparar todo mejor y ser más ambiciosos con más tiempo de preproducción y más horas en el estudio. Fue una grabación más sosegada en la que pudimos probar cosas y abarcar más registros pero sin perder nuestra esencia...

– ¿Arizona Baby evoluciona y se hace mayor?

– Bueno, los discos anteriores, también por su falta de medios, resaltaban más nuestro aspecto folk, algo más campestre, orgánico, rústico... Sin embargo en ‘Secret Fires’ hay más arreglos, más color. Y eso da otros estímulos y una sonoridad más profunda. Este álbum sugiere muchas más cosas.

– ¿Tenía usted ganas de quitarse el cliché de ‘cantante folk’?

– Sí, esa imagen de campo, el olor a vaca y esas cosas, pues están muy bien (risas), pero me apetecía mostrar otros aspectos. No reniego de lo que hemos hecho hasta ahora ni tampoco de ninguna de las etiquetas que nos hayan podido colgar, pero hemos demostrado que tenemos más que dar, el público puede rascar la superficie y encontrar más aristas en las canciones de Arizona Baby. Nosotros somos un grupo de música popular moderna, con todo lo que eso conlleva.

– Lo que estoy por pedirle es el nombre del complejo vitamínico que toma, porque lo suyo es un no parar. Trabajos con Arizona Baby, con Corizonas, también en solitario bajo el nombre de El Meister, productor de discos para otros artistas… Parece que la definición de ‘currante de la música’ se le queda pequeña…

– Es que esto es lo que me gusta. Mi forma de descansar y desconectar de un proyecto es ponerme con otro. Mientras hay gente que se va a pescar o a jugar un partido de fútbol, yo desconecto de Arizona Baby poniéndome a trabajar en canciones mías, de Corizonas o produciendo para otros. No se me ocurre otra cosa mejor que hacer, aunque por supuesto también saco tiempo para estar con la familia o tomar unas cañas con los amigos. Pero sí, se podría decir que más que vivir de la música, yo vivo la música.

– Crisis, corrupción… ¿Son tiempos para que los grupos tomen partido en la realidad que nos rodea?

– Cuestión interesante. Yo creo que el arte termina por reflejar cada momento. En tiempos difíciles siempre han aflorado movimientos artísticos muy valiosos y con influencia en la sociedad. Ahí está el punk, el movimiento hippie, la canción protesta… Las crisis provocan reacciones, también en la música. Si no estuviéramos en crisis, por ejemplo, no existirían discos como el último de Nacho Vegas o canciones como ‘Ánimo, valiente’ de León Benavente. Si vives cerca del mar, al final haces canciones sobre el mar. Y si vives en un entorno de protestas en la calle, gente llorando porque lo ha perdido todo y políticos descojonándose en las noticias, pues eso también quedará reflejado en tu obra. Una de las funciones de la música siempre ha sido la de aliviar a la gente, ayudar a las personas a sobrellevar sus preocupaciones y sus miedos. Es como las canciones de amor, o mejor dicho, de desamor, siempre fuente de inspiración de grandes composiciones.  

– Vallisoletanos tocando en León. En esto de la música no hay rivalidades que valgan…

– (Risas). No, nosotros no tenemos problemas con eso, incluso tengo familia en León. Yo soy muy del noroeste.

– ¿Y qué pueden esperar los leoneses del concierto de esta noche?

– Pues mire, yo creo que estamos en nuestro mejor momento como banda, tanto en lo musical como en la complicidad que tenemos entre nosotros. Estamos en pleno subidón con el disco y también con los conciertos que ofrecimos este año en EEUU, que nos dieron una energía brutal y mágica. En el concierto de esta noche tocaremos el nuevo álbum casi al completo, además de algunos clásicos de nuestro repertorio que no nos podemos saltar y alguna que otra versión. Ahora mismo estamos muy rodados y sonamos muy contundentes. Hace poco una chica irlandesa nos dijo que le había encantado nuestro “fucking punk-rock”, así que imagínese. Disfrutamos mucho con nuestro directos, son una gozada gracias también a Javi Nieto, nuestro técnico de sonido. Es un buen momento para ir a vernos.

– ¿Un deseo para 2015?

– Que todo mejore en nuestro país y que defendamos lo realmente importante. Que nos dejemos de gilipolleces y vivamos cada instante como algo precioso, que a veces se nos olvida que hoy estamos aquí y mañana quizá no. Hay que reivindicar la importancia de cualquier manifestación artística, cultural y colectiva. Cantar y bailar todos juntos, a ver si sale un poco el sol.
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