Esta gestión del patrimonio minero es lo que les trajo a todos ellos —directores de museos, expertos, arquitectos, alcaldes, responsables de ecomuseos o centros de interpretación, térmicas o empresas especializadas— hasta el Museo de la Industria y la Siderurgia de Castilla y León con sede en Sabero (MSM) para participar en el III Encuentro de Patrimonio Minero Común, abordando la tarea de una acción conjunta para, en palabras de uno de ellos, «poner la fuerza de nuestra historia al servicio de la construcción de un futuro en aquellos lugares que contamos con un patrimonio minero que, por desgracia, ya no es utilizable para el uso que fue construido».
Recordó Roberto Fernández, director del MSM, en la presentación del Encuentro que «en 2016 acudimos a Mieres para una primera reunión que creo que resultó bien, tanto que el responsable del museo de la minería de Gallarta se ofreció para acoger la segunda reunión, en 2017, y allí ofrecí al MSM como sede del III Encuentro, pues coincidía con el X aniversario de este centro y me parecía que las reuniones eran fructíferas... Y aquí estamos, con la esperanza de que ésta también lo sea».
En el ambiente flotaba la necesidad de dar nuevos pasos ‘al frente’. Recordó Fernández que «es cierto que nos une el patrimonio minero, la cultura minera, un poso común... pero también compartimos una responsabilidad de futuro, un compromiso con las cuencas en las que estamos asentados».
Y la idea más repetida fue un proyecto común, una mapa del patrimonio minero, una red que les una y les ayude a avanzar todos juntos. En esa labor consideró fundamental el papel de las instituciones y agradeció al director general de Patrimonio de la Junta, Enrique Saiz, la presencia en el Encuentro y la cercanía que siempre ha mostrado con ese MSM de Sabero que la pancarta que presidía el acto definía como ‘La Catedral de hierro’. Saiz agradeció y alabó la labor que Roberto Fernández está haciendo al frente de este MSM que cumple ahora 10 años y donde afirmó que «siempre que vengo me parece que oigo aún los sonidos de los martillos golpeando el hierro, el calor del fuego, en definitiva la vida de este lugar que fue el primer alto horno de España».
Y explicó que precisamente la fuerza de esa historia debe «servirnos para apoyarnos en ella, en la dignidad del trabajo que aquí se hacía y construir el futuro, como ya lo está haciendo el MSM en esta comarca».
Destacó una idea fundamental, la vinculación de los ayuntamientos, pueblos y asociaciones de trabajadores o ex trabajadores con este proyecto común. «No hablo de dinero, el dinero lo tienen que poner las administraciones, hablo de implicación en un proyecto conjunto, de trabajar en la vertiente social de los museos, los centros de interpretación, los pozos visitables... Se lo debemos a la dignidad de nuestros antepasados».
Antes de entrar en el acto señaló que esta cita era un paso más para «convertir a Sabero en un lugar de referencia en la gestión del patrimonio industrial, para que no se vea en él una rémora sino en una fuente de recursos futuros», recordando que la nueva Ley de Patrimonio da «carta de legalidad al patrimonio minero y acoge nuevas figuras».
Sobre inversiones en el MSM y la comarca de Sabero solamente apuntó que «para 2019 está prevista la excavación en estos históricos Altos Hornos con la finalidad de incorporarlos a las visitas».
Y de sus palabras ya se pasó a las acciones previstas en este III Encuentro de Patrimonio Minero Común en el que tras una sesión de trabajo se dio paso a una jornada mucho más lúdica con una visita teatralizada al MSM y las casas de los obreros, las colominas; otra visita a los vestigios mineros de la comarca —el pozo la Herrera, mina La Sucesiva, Juanita, la Imponderable, etc— para convertir a los asistentes en «propagadores del lugar a través del boca a boca» aunque la idea del Encuentro era, precisamente, hacer un «frente común para lograr un conocimiento mutuo y dejar de ir por libre, que siempre es más complicado». Y la primera idea partió del arquitecto encargado de la aplaudida restauración del MSM , al que ya han bautizado como ‘La Catedral del sudor’ (el escultor Ángel Peres) y la Catedral de Hierro. «Lo primero que seguramente se nos está viniendo a la cabeza a todos es la creación de un portal, una página web corporativa de una asociación para la que deberíamos crear un logo y unas siglas, que bien podrían ser PMC, Patrimonio Minero Común. Serviría para conocernos y para darnos a conocer».
Y ahí comenzaron las ideas.