La exquisita delicadeza de una técnica milenaria

Pilar José Fernández ha conseguido el dominio de una técnica que se cree ya comenzaron a utilizar los chinos con el descubrimiento del papel, un siglo antes de Cristo, y que los árabes trajeron a Europa

Mercedes G. Rojo
22/05/2018
 Actualizado a 15/09/2019
Una obra representativa de la depurada técnica de Pilar José Fernández.
Una obra representativa de la depurada técnica de Pilar José Fernández.
«El arte debe estar siempre presente en la sociedad, nos distingue de los demás seres vivos, de hecho siempre ha acompañado nuestra presencia en el planeta». (Pilar José. Acuarelista).

Hoy traemos a esta sección a Pilar José, magnífica acuarelista que muestra desde hace años su obra bajo la simple firma de su nombre. Pilar José Fernández (Astorga, 1959) lleva años mostrándonos su arte a través de la acuarela, una de las técnicas más complicadas del mundo pictórico debido a la dificultad de corregir o disimular los posibles errores que se puedan producir durante el proceso de ejecución de la obra. Aunque siempre recuerda la pintura en su vida, pues no concibe ésta sin pintar considerando este acto parte de su existencia, su interés por la acuarela es relativamente reciente. Siguiendo la estela de los clásicos comenzó su evolución por el principio; primero el dibujo, luego el carboncillo, la cera, el óleo, el acrílico, hasta que hace aproximadamente ocho años se instaló definitivamente en ella tras un continuo proceso de aprendizaje con los mejores y un continuado trabajo personal de investigación y práctica que la ha llevado a ser reconocida en ámbitos especializados tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, exponiendo por ejemplo en Tirana o Nueva Delhy o siendo nombrada «maître du paysage» en el 1º Salón Internacional del paisaje de Limoges (Francia), en 2016, una de las mayores satisfacciones obtenidas en su recorrido artístico –reconoce–.

A pesar de la gran popularidad de la que desde el siglo XIX goza esta técnica (lo que en ciertos momentos la llevó a un cierto desprestigio dentro del mundo de la pintura por extenderse su práctica entre determinados y pudientes extractos sociales que la usaban como puro divertimento) no es ésta fácil de dominar. La transparencia que producen los pigmentos diluidos en agua, la transformación que experimentan las obras entre el momento de plasmarlas sobre el papel hasta el momento de secado y otras consideraciones técnicas, hace que haya que conocer muy bien el comportamiento de los pigmentos y su combinación para conseguir los resultados deseados y que el aspecto final de la obra se acerque lo más posible a la percepción real de la misma por parte de quien la realiza. Pilar José ha conseguido, sin duda, el dominio de la técnica, una técnica que se cree ya comenzaron a utilizar los chinos con el descubrimiento del papel, un siglo antes de Cristo y que llegaría a Europa, a través del mundo árabe, allá por el siglo XII , para llegar a ser utilizada por artistas tan reconocidos como Rafael, Durero, Van Dyck, Gainsborough, Constable o Turner. Como algunos de ellos, Pilar José destaca sobre todo en el paisaje, al que consigue dotar de una magnífica atmósfera y una exquisitez extrema en sus detalles, en un estilo que actualmente reconoce «se acerca al impresionismo ejecutado de forma rápida, espontánea y fresca como requiere la acuarela, siempre controlando la humedad del papel para evitar las pinceladas rígidas y que sea el agua el medio de transporte del pigmento».

Mujer con una gran inquietud por mostrar su arte a los demás, busca entre sus tiempos también aquel que le permita hacerlo a través de lugares diversos ya que es muy difícil, «casi imposible –dice– que las galerías cuenten contigo». Por ello considera la visibilización de su obra como el escollo más importante en su carrera artística, seguramente como en la de tantas otras mujeres. Y es que siente que, en estos momentos y a pesar del gran talento escondido, salvo honrosas excepciones, la mujer sigue estando muy apartada en el mundo artístico. Sin embargo es consciente de que para cambiar las cosas hay que estar en la lucha y no tirar la toalla, algo que las mujeres se deben a sí mismas y a las futuras generaciones de artistas, una lucha que debe comenzar en nuestra propia provincia, donde considera que la relación e implicación entre artistas e instituciones es, sino nula, muy escasa, por lo que se hace imprescindible aprovechar cualquier oportunidad para hacerse presentes. Por otro lado, y dentro de esas relaciones, no sabe ni entiende cuáles son las verdaderas razones para que siempre sean los hombres los mejor aceptados, los más posicionados en proyectos artísticos institucionales y en las exposiciones que ocupan tanto espacios públicos como galerías. Solo hay que echar un vistazo a nuestro alrededor para verlo, dice.

Pilar José está plenamente convencida de la necesidad de que el arte siempre esté presente en la sociedad pues es lo que como seres humanos nos distingue del resto de los seres vivos. Siempre ha acompañado nuestra presencia en el planeta, evolucionando con nosotros, y en esa presencia – cada vez más– sabemos que estaban presentes hombres y mujeres. Y cada vez más.
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