Viajando por ciudades y países, los edificios singulares captan mi atención de forma especial. El objetivo de mi cámara busca elementos arquitectónicos que pasan desapercibidos a nivel visual, pero que mi hermano, gran apasionado de la arquitectura, me transmitió hasta el punto de conseguir sentir el alma intrínseca de los mismos.
En mi último viaje a Madrid, volví a visitar una de las construcciones más presentes en mis recuerdos, el edificio de Telefónica de la Gran Vía. El primer rascacielos de aire neoyorquino y considerado una de las joyas de la arquitectura del siglo XX, me atrapa por su forma de aunar arte, tecnología y comunicación. Siempre sucumbo ante su escalera helicoidal, que a modo de gigantesca escultura de hierro y acero deja de ser elemento decorativo y funcional, para formar parte estructural del edificio.
La escalera, perfecta fusión de arquitectura y arte, en el fotograma del recuerdo.
Fotografía y texto: Julia González Liébana
La escalera del recuerdo
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29/08/2019
Actualizado a
19/09/2019

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