El corazón de Juan Marigorta palpita con ritmo melódico desde su adolescencia; momento en el que empieza a hacer algo de caso a esa pulsión musical que revolotea alrededor de sus oídos como un moscardón. Desde entonces, ha dejado que el sonido de sus cuerdas vocales y las de su guitarra le acompañen a lo largo y ancho de una vida que le llevó a formar lo que en 2017 se convertiría definitivamente en Zabriskie.
Sobre su origen, cuenta el guitarrista y vocalista leonés que «hay una posición artístico-creativa que es el germen de todas la bandas». Bandas que «empiezan a componer canciones tratando, de algún modo, de emular a sus artistas favoritos». Un proceso que describe como «natural». «Es decir ‘vamos a hacer canciones y a darlas a conocer’», añade: «Y te rodeas de amigos... ¿Qué mejor plan que ese?».
Los amigos de los que habla son Alberto de Gabriel (guitarra), Carlos Arede (bajo) y Álex Modia (batería). Los cuatro se citan este sábado (desde las 22:00 horas) en el Palacio de Exposiciones, donde compartirán escenario con Lion’s Black Roars y Dridri Dj en un concierto de entrada gratuita celebrado en el marco del Tour del Talento de la Fundación Princesa de Girona. Dos días antes, el estudio de grabación de Marigorta hace de nuevo las veces de local de ensayo.
"Fue una alegría enorme saber que fuimos de los 15 más votados por el público de toda España"
El color rojo da la bienvenida a un habitáculo al que se llega bajando las escaleras de uno de los portalones del barrio de Pinilla. Los cuatro músicos dan rienda suelta a sus temas agarrando bien los instrumentos. Guitarras por doquier, teclados, amplificadores, altavoces y una vieja radio son parte del decorado de este rincón de la capital provincial, que tiene por banda sonora la música de Zabriskie y la de todas la bandas con las que trabaja Marigorta.
No es el único que compagina su faceta como músico con un oficio diferente que, sin embargo, no difiere del ámbito musical. «Hasta la fecha, el grupo no deja de ser un fondo de inversión a todos los niveles y todoso tenemos otros trabajo», señala el vocalista: «Yo tengo un estudio de grabación de sonido y una productora audiovisual con la que hacemos vídeos musicales y los compañeros también son profesores de música». Los cuatro han dejado ligeramente relegada esas vertientes prosaicas para formar parte del circuito ‘Girando por salas’; concebido para ofrecer un espacio en la escena a formaciones emergentes, a las que se brinda la oportunidad de tocar en locales de fuera de su tierra natal.

Este año, 729 artistas, entre grupos y solistas, se inscribieron en la iniciativa. De todos ellos fueron seleccionados 26 y, procedentes de León, entre ellos sólo están Zabriskie, que mantienen una relación anterior con el circuito. «Hubo una edición especial, que se celebró en el año del Covid, en la que no había conciertos al uso», refleja el vocalista: «El concepto era grabar una actuación y eso no era excluyente para volver a presentarse porque, normalemente, si te seleccionan una vez ya no puedes participar en más».
El anuncio de su selección en la edición de este año lo recibieron como un «subidón enorme». «Tuvimos que pasar varios filtros y uno de ellos era el voto del público», relata: «Fue una alegría enorme saber que fuimos de los 15 más votados por el público de toda España». La alegría se trasladó hace justo una semana a la sala Diobar de Barcelona, donde los leoneses celebraron el primer concierto del circuito, que se prolongará hasta el 29 de mayo, haciéndoles viajar próximamente a Málaga y el Puerto de Santa María.
Para Zabriskie, esta selección supone «inyección de muchas cosas». «Del concierto en Barcelona, sin apoyo, igual hubiésemos vuelto con 800 euros menos», expresa sobre unos beneficios que muchas veces no alcanzan para desplazamiento, dieta y hospedaje: «Con estas ayudas que ha dado el gobierno (a través del Inaem) nos permiten ir un poco más tranquilos en ese sentido». Pero ‘Girando por salas’ no es sólo un fuerte económico; sino también «una plataforma de difusión muy potente».
"Hay grupos que a nivel de sala lo tienen muy difícil; como que sólo hay hueco para unos pocos"
Así lo considera Marigorta, que tiene claro que «salir a tocar fuera no es fácil para una banda». El músico se muestra algo pesimista ante el panorama musical en España. «Es muy complicado asomar la cabeza... Nosotros lo hacemos por amor al arte de forma literal, pero hay gente que no tiene tan fácil dedicarse a esto de una forma más intensa», indica: «Ahora parece que todo se mueve en torno a los festivales, pero hay muchos grupos que a nivel de sala lo tienen muy complicado; como que sólo hay hueco para unos pocos». Aun así, su percepción cambia a pequeña escala y considera que la agitada actividad musical que caracteriza a León «se mantiene». «Hay un montón de bandas, hay un buen nivel, hay muchos sitios donde tocar y muchos conciertos a la semana», apostilla, asegurando que ve a la capital leonesa «más viva que nunca».
Tras el concierto de este sábado, Zabriskie seguirán girando por salas; espacios de los que Marigorta destaca un encanto especial. «Suena a tópico, pero la experiencia se engrandece aunque sean sitios más pequeños», dice: «Un espacio grande tiene otras cosas, pero partes de una posición más fría en la relación entre artista y público y es complicado establecer esa conexión». Haciendo honor con su sonido a esos «paisajes oníricos» de la película de 1976 de Michelangelo Antonioni por la que se bautiza la banda, los leoneses rodarán del norte al sur y del sur al norte, escalando siempre en ese rincón de Pinilla donde desengrasan habitualmente los instrumentos.
Desde la calle no se les escucha. Están bien insonorizados. Ya en el interior del estudio, se miran cómplices. A la voz de Marigorta se suman algunos comentarios. «Toma Maikel, pon eso por ahí», se refieren al técnico de sonido, que les escucha dando su aprobación. «Buenas noches, León», ensayan también el saludo. El bajo, las dos guitarras y la batería ponen la guinda a la tarde, que se ha teñido de pronto de la luz roja del local. Y el color conjuga de forma curiosa con el sonido, revelando un hecho indiscutible: es una pena que estas imágenes no se puedan escuchar.
