«Escribiendo ‘Mil ojos esconde la noche’, la tinta de los bolígrafos reventados manchaba mis manos, navegaba mis venas (por eso desde entonces tengo la sangre azul ), invadía mis vísceras más íntimas; y así la escritura se me volvía corazón en vilo, hígado intrépido, pulmón bronquítico de belleza, polla que meaba farolas de aquel París leproso, fecundándolo de exabruptos y metáfora». Son las palabras a las que echa mano el escritor y crítico liteario de País Vasco, residente en Zamora la mayor parte de su vida, Juan Manuel de Prada.
«Escrita a mano en su totalidad», la novela se divide en dos tomos. A ‘La ciudad sin luz’ sigue la prosa de ‘Cárcel de tinieblas’, publicada en marzo de este año, fecundando un volumen a dos partes que supera las 1.500 páginas. De Prada dice además de su padre que es «autor consorte» de todas sus obras, encargado como está de trasladar su «caligrafía no siempre límpida», sus «morcillas delizadas entre líneas, como lombrices de incógnitos» a la pantalla.
Su primera parte no tardó en causar asombro y la segunda destiló desde el principio buenas dosis de expectación. «Quizá el más brillante prosista de su generación. Con ‘Mil ojos esconde la noche’ regresa –historia, literatura y refinada mala leche– el Juan Manuel de Prada que nos entusiasmó con ‘Las máscaras del héroe’», escribe Pérez Reverte aludiendo a la novela de mismo protagonista: el antihéroe Fernando Navales. Mientras, Álex de la Iglesia señala de la publicación que «es Prada, brutal, sin límites» y que, en ella, el autor «acaba de un zarpazo con el buenismo infantilón que nos ahoga y nos muestra descarnado su soberbio talento», confesando que posiblemente sea «lo mejor» que ha leído «en décadas».

Y es que, en ‘Mil ojos esconde la noche’, el autor transita por el París ocupado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial en un viaje literario por cuyas páginas pasan personalidades como Picasso, Gregorio Marañón, Victoria Kent y Ana Martínez Sagi, entre muchos otros. Todo apoyado en una echaustiva investigación que llevó a De Prada a recurrir a documentos policiales, administrativos e íntimos a la contra de la idea –defendida por el propio autor– de que «en España, la mayor parte de los ‘investigadores’ jamás visitan archivos, conformándose con épicas y denodadas búsquedas en Google».
Desde las 19:30 horas de este martes la segunda parte de la monumental novela se convierte en protagonista de La Casona de San Feliz de Torío. Enmarcado en el programa ‘Bienvenido Mr Libro’ puesto en marcha por el responsable del sello Eolas, el encuentro abre las puertas del espacio en una jornada de acceso libre hasta completar el aforo.