Con motivo de su presencia en León, La Nueva Crónica ha mantenido una larga entrevista con el artífice de las bandas sonoras de títulos como ‘El Lute. Camina o revienta’. ‘El Lute. Mañana seré libre’, ‘La pasión turca’, ‘Si te dicen que caí’, ‘Amantes’, ‘Celos’ o ‘Intruso’, todos ellos dirigidos por Vicente Aranda; ‘Días contados’ o ‘El rey pasmado’ de Imanol Uribe; ‘El caballero del dragón’, de Fernando Colomo, o ‘El perro del hortelano’ y ‘Tu nombre envenena mis sueños’, de Pilar Miró, sin olvidar sus contribuciones a la pequeña pantalla con la serie ‘Teresa de Jesús’ que dirigió Josefina Molina o ‘Los jinetes del Alba’, de nuevo con Vicente Aranda, o sus numerosos trabajos tanto para el teatro como para el ballet que son menos conocidos por el público.
El compositor madrileño reconoce que a nivel personal no mantiene vínculos con León, si bien desde el punto de vista profesional aparece un nexo curioso a raíz de su composición ‘Cuatro lunas’ para orquesta sinfónica y dos pianistas que José Luis Temes incorporó junto a otra pieza de Poulenc para dos pianos para ser interpretadas ambas en el Auditorio Ciudad de León.
Esa conexión con León podría hacerse extensible a varias obras cinematográficas de Vicente Aranda y de Imanol Uribe que estuvieron protagonizadas por actores leoneses como Imanol Arias en ‘El Lute’ y Carmelo Gómez en ‘Días contados’ o rodadas en parte en León, como fue el caso de ‘Juana la Loca’ que tuvo como marco la catedral.
José Nieto se sorprende de que todas sus biografías hagan referencia a su paso por el emblemático conjunto Los Pekenikes, pues quiere dejar constancia de que éste fue más bien efímero y en los inicios del grupo, mucho antes de alcanzar la popularidad con temas como ‘Hilo de seda’ o ‘Frente a palacio’. «Lo de Los Pekenikes, que todo el mundo lo nombra, es una cosa muy anecdótica porque yo estuve con ellos cuando eran un grupo semiamateur. Era una época donde aquí la música de rock no se tocaba, no se conocía. La música que se hacía en aquella época tenía influencia italiana, francesa... Los Pekenikes se habían formado en el Instituto Ramiro de Maeztu una promoción después que la mía, pero era un grupo de aficionados, ninguno de sus miembros era profesional. Yo estuve en una etapa en la que Los Pekenikes no tuvieron ninguna repercusión más que a nivel de minorías de gente joven que iban a los Festivales del Price a ver a los grupos de rock, que era el único sitio donde se los podía ver en aquella época. Cuando Los Pekenikes se convierte en un grupo profesional yo ya no estaba con ellos», comenta quien fuera batería de la formación.


El tiempo siempre ha sido un factor que en muchos casos ha actuado en contra del compositor, lo que por suerte no ha ocurrido en el caso del artífice de la banda sonora de ‘Dias contados’. «En algún momento del proceso he tenido que trabajar bastante duro, pero en líneas generales he dispuesto de tiempo suficiente para desarrollar mi trabajo. Ahora el cine me ha dejado de interesar porque precisamente el proceso de construir una película ha cambiado radicalmente. La relación entre el director, el montador y el compositor ha desaparecido y me llegan noticias por parte de compositores que se quejan de que les cambian el montaje sobre la marcha y al final terminan componiendo unos fragmentos de música para que el montador los ponga donde quiera. Si no está fijado el montaje definitivo realmente no hay tiempo para hacer un tipo de música bien articulada y bien encajada. En mi caso no es que haya tenido tiempo de sobra, pero un mínimo de cuatro semanas siempre he tenido. La clave es organizarse para que cuando empiezan a contar esas cuatro semanas tú ya tengas muy avanzados los elementos que van a ser fundamentales para la banda sonora. Tienes que tener pensado la instrumentación, los colores, los temas, etc. Y luego sí es verdad que cuando te dan el montaje definitivo hasta el día de la mezcla hay cuatro semanas para hacerlo y si la película tiene treinta o treinta y cinco minutos de música está bien pero cuando he tenido que lidiar con películas que tienen una hora de música pues entonces hay que trabajar un poco a presión».
Sobre sus preferencias a la hora de componer para el cine, si prefiere hacerlo mediante leit motiv que acompañan a los personajes de la historia y si se decanta mejor por describir situaciones, José Nieto considera que los leit motiv de personajes no sirven en una película de hora y media o dos horas. «Sirven los motivos de las situaciones, de las relaciones. Los leit motiv de personajes solo funcionan en una ópera de cuatro horas donde necesitas gran cantidad de material para desarrollar», sostiene el músico madrileño, para quien la técnica es la misma pero no el concepto de un motivo por personaje. Otro aspecto interesante dentro de la extensa filmografía de Nieto es la cantidad de películas de las llamadas ‘de época’ o históricas a las que a menudo ha aplicado unas sonoridades más bien modernas mediante el uso acertado de sintetizadores, como puede apreciarse en ‘Esquilache’ o ‘El rey pasmado’. «Has citado un caso, el de ‘Esquilache’, muy especial y te confieso que recientemente he vuelto a verla después de muchos años en la Filmoteca de Barcelona y yo mismo me quedé sorprendido de que seguía funcionando bien, hasta el punto de que mucha gente que asistió a la proyección me dijo que la película podía estar realizada ayer o el año pasado porque es muy actual, en gran medida por la utilización de la música. Aquí el instrumento que es definitorio de la época es un oboe, un instrumento típico del siglo XVIII, y lo que hacen los sintetizadores es puro acompañamiento. Pero es que además está hecho con un fin y es que la directora Josefina Molina me explicaba que lo que quería es que la historia que se cuenta no quedase en una historia del siglo XVIII sino que lo que se cuenta ahí de una conspiración –como siempre en este país– para terminar con el progreso y todo eso, es una cosa que ocurrió entonces, ha vuelto a ocurrir y en aquel momento estaba pasando en Rusia», indica el compositor, para quien la forma de conseguir que la película tuviera una trascendencia a la época era incluir algunos sonidos que trascendieran al siglo XVIII, pero sin violentar la época en la que tiene lugar la historia.

Para ‘Días contados’ de Imanol Uribe, José Nieto reconoce que se fio mucho del color de la película, «que era un color muy gris, no tenía colores brillantes y pensé que le iría bien una música que no tuviera muchos instrumentos y que fuese más apagada, por lo que utilicé dos baterías, trompeta, bajo eléctrico, guitarra eléctrica y creo recordar que cuatro o cinco saxofones, que son unos instrumentos que dan un tono más bien apagado y muy poco brillante. Ves, es otra música que muy poco tiene que ver con el resto», sostiene entre risas un compositor que si por algo se ha caracterizado es por su enorme versatilidad y eclecticismo.
También el aspecto docente ha sido una constante en la trayectoria de José Nieto, y no desde su retirada voluntaria del cine, como este cronista pensaba, sino desde hace más de 35 años, como reconoce el compositor. «En este caso me llamó Antonio Peral, del Aula de Músicos de Barcelona, que era corresponsal de la famosa Berkley de Boston, y me propuso hacer un curso de ‘film scoring’ con los alumnos. Pese a mi reticencia inicial y como siempre he hecho me lancé a la piscina sin saber si había agua y allí me percaté de que efectivamente tenía un sistema de trabajo en el que hasta entonces no había reparado demasiado. Empecé yendo una semana a Barcelona todos los años al Aula de Música. Enseguida, no sé cómo ni a través de quién, me ficha una de las personas más extraordinarias que yo he conocido, que es Josep Maixenchs, fundador de la Escac, para que vaya a dar unas clases a lo que en su inicio era una Escuela de formación profesional que contaba con un curso de cine en el que se impartían diferentes especialidades menos dirección. Empecé ahí y aquello se convirtió en la Escac, donde he estado dando clase hasta hace tres años, que se murió Maixenchs y lo dejé porque no me gustaba el rumbo que tomaba la escuela sin él. Luego, el Aula de Músicos lo absorbe el Conservatorio del Liceo y yo paso a dar clases en el Conservatorio del Liceo y en la Escac de Barcelona. Ahora lo único que hago es un máster de música aplicada en el Conservatorio del Liceo. Con esto te quiero decir que no es una actividad que haya ido tomando importancia porque la de composición haya decaído. No, al contrario. Eso siempre ha estado ahí y al dejar de interesarme el cine y ya no haber encargos de música de ballet, pues eso ha pasado a la historia, ahora se puede decir que mi actividad es solo la docencia», comenta Nieto, que también llena su tiempo con la publicación de libros como ‘Música y estructura narrativa’ que da continuidad a otro anterior titulado ‘Música para la imagen’, ambos basados en las clases que ha impartido en los centros mencionados. «Creo que es una obligación transmitir tus conocimientos», señala el compositor, algo que también va a hacer, a través de su música, en la sesión del viernes con el público leonés.