El nombre del leonés Fernando Urdiales resulta decisivo en la historia de Teatro Corsario. El, que abandonó la práctica de la psiquiatría en favor del oficio teatral, participó en su fundación y su talento urdió los grandes momentos creativos de una compañía que se sobrepuso a su muerte en 2010 y mantuvo fija su mirada sobre un horizonte que ha seguido siendo presente y futuro a la vez. Urdiales ideó ‘Pasión’ atendiendo a sus recuerdos infantiles, a aquellos que le situaban muerto de miedo ante los desfiles procesionales de la Semana Santa de Valladolid, absorto al paso de unas tallas que retrataban el drama de la Pasión gracias a la genialidad de Juan de Juni y Gregorio Fernández, entre otros imagineros de la Escuela Castellana. "A aquel Urdiales le impresionaban las procesiones, muy especialmente por lo que tenían de espectáculo terrible. Le aterrorizaban los Cristos, la violencia de la esculturas, los encapuchados que parecían manifestar algo siniestro... Era algo que le perturbaba y le conmovía. Y fue precisamente ese componente emocional lo que quiso trasladar al teatro". La imaginería castellana y las procesiones de Valladolid apuntalaron la inspiración a un Fernando Urdiales que, usando también textos de los cuatro Evangelistas, Diego de San Pedro, Alonso del Campo, Fray Luis de Granada, Lucas Fernández y Giovanni Papini, reprodujo fielmente algunas de las estampas más emblemáticas de Pasión y Muerte de Jesucristo en una obra de ingeniería teatral, donde queda realzada sobre todo su personalidad visual, que hacen de ‘Pasión’ uno de los espectáculos más hermosos que Corsario ha brindado al teatro nacional. "Las imágenes reposan en el silencio de las hornacinas. Al levantarse el telón reciben el soplo de vida que les permite vivir una vez más la historia para la que fueron esculpidas. Se ponen en movimiento para mostrar invariablemente el drama de La Pasión por medio de sus afectos casi humanos", escribió Fernando Urdiales a propósito de una propuesta que volverá a perpetuarse en el transcurso de una sesión que, oficiada con ocasión del X Aniversario de la Agrupación Musical de la Cofradía Dulce Nombre de Jesús Nazareno de León, tendrá lugar en el Auditorio de León este sábado a las 20:30 horas, y con entrada única a 10 euros.

Dadas las características de ‘Pasión’, los once actores que intervienen en su puesta en escena, donde resulta fundamental la iluminación (diseño de Javier Martín), se someten a una disciplina interpretativa que sirve de engranaje fundamental. "Deja muy poquito margen a la improvisación. Es un espectáculo muy preciso que tiene como fin reproducir con mucho rigor las esculturas en las que el espectáculo se basa. Nosotros queremos ser como una prolongación de la idea artística de los grandes imagineros castellanos. Como tratamos de ser rigurosos en ese planteamiento no nos permitimos muchas libertades y sí ser muy exigentes con nosotros mismos para que se produzca. Para nosotros es como una danza, como un ballet".
Habitualmente la música de ‘Pasión’, obra de Juan Carlos Martín, es generada por la propia compañía, pero en León el espectáculo, que se ha adaptado para la circunstancia, no sólo disfrutará de esta sino de la contribución de la Agrupación Musical del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, compuesta por noventa músicos, que interpretará algunas de las piezas de su propio repertorio. Es algo novedoso. Nunca antes Corsario había encarado la representación así. "Las capacidades de ambos equipos ahí están y son los suficientemente buenas para hacer un gran espectáculo", asegura Peña a propósito de un montaje que rotula (y sigue haciéndolo) la historia de Teatro Corsario.