Javier Gallego 'Crudo': "Creo en una forma de arte que sea peligrosa"

El periodista, poeta y músico madrileño se estrena en el mundo de la novela con la publicación de ‘La caída del imperio’, que presentará este sábado a las 18:45 horas en el Teatro Albéitar

05/04/2024
 Actualizado a 05/04/2024
El autor de ‘La caída del imperio’, Javier Gallego ‘Crudo’. | PENGUIN RANDOM HOUSE
El autor de ‘La caída del imperio’, Javier Gallego ‘Crudo’. | PENGUIN RANDOM HOUSE

Opina el autor que «toda ficción está basada en la realidad». La suya –‘La caída del imperio’–, reflexiona sobre una generación joven que dejó de serlo al tiempo que «los indignados» se asentaban en las calles, en una protesta multitudinaria que acabó bautizándose con su fecha: el 15 de marzo de 2011. El 15-M. Una generación entre la evasión y la realidad, entre el hedonismo y el compromiso. «Aunque todos los personajes, tramas y sucesos son ficticios, están basados en ambientes que conozco, en noches que he vivido, en inquietudes políticas, sociales, emocionales que he tenido», analiza: «El escritor no deja de ser una gigantesca oreja, un canal por el que se conducen las voces que tiene alrededor».

Su novela tiene por protagonistas a unos personajes que se enfrentaron de cara a un contundente despertar político. Personajes basados en personas que, entonces, fueron jóvenes y que, ahora, son adultos. Javier Gallego habla de los «momentos en común»; de los paralelismos entre la juventud de entonces y la de ahora. Habla de la «sensación de imperio, de ser invencible, de ser vulnerable, del desencanto que proviene de no poder cambiar el mundo y de que el mundo te cambie más a ti». «En la generación actual, quizá la diferencia es que han nacido sin un futuro», señala: «En generaciones anteriores, por lo menos tuvimos algún momento en que vimos un futuro mejor. Ahora el futuro parece clausurado». Y habla de una tropa de jóvenes «más nihilista, más desencantada de inicio». Una generación actual que «no ve posibilidades de cambio, que se siente impotente. Y eso puede llevar al cinismo o a la apatía». 

A él mismo le pilló joven el 15-M, aunque no duda en confesar su interés por «cualquier revolución juvenil en contra del mundo de sus mayores», independientemente de la época. Fue precisamente su postura a favor de aquellos «indignados», cuando se encargaba de la dirección de Carne Cruda en Radio 3, lo que llevó a la emisora a prescindir del programa. «A mí siempre me ha gustado habitar en los márgenes y creo que a los personajes de la novela les pasa lo mismo», relata: «Quieren salir de los discursos hegemónicos, de las convenciones y de las normas y utilizan muchas veces la noche, el baile, las sustancias, no sólo como vía de escape, sino como vía de disidencia». Aferrado a «la exploración de esas zonas oscuras que están fuera del radar» en cualquiera de sus facetas –periodismo, poesía, música y, ahora, novela–, define esta obra como una «experimental, polifónica y sensorial donde la idea es que el lector se sienta dentro de una cinta». Amor, amistad, miedo a crecer, familia y muchos otros son ingredientes entre las páginas de Gallego. La política no se queda atrás y hace mención de conflictos en el seno de las familias relatadas, de intrépidos personajes que informan de aquella «revolución» en tierras de Grecia y de periodistas «revolucionarias». Rebelión, revolución, estar en los márgenes, ser trangresor. Ser independiente y alternativo. Todas son etiquetas que han acompañado al director de Carne Cruda a lo largo de su trayectoria. Parece que de su vida. 

Con ‘La caída del imperio’ se estrena en la novela. Un estreno por todo lo alto, pues desde ahora comparte espacio con autores a los que admira entre las filas de la editorial Random House, una de las grandes en el mundo. Una editorial que no entraría dentro de la categoría «alternativa». «Ya», resuelve: «Pero es una editorial donde escriben muchísimos autores que son los más trangresores y rompedores del panorama, desde Chuck Palahniuk a Virginie Despentes». Rechaza la idea de haberse «vendido al sistema» con esta publicación y es contundente en la idea de «haber demostrado claramente la independencia» de su trabajo. Y es que, desde septiembre de 2014, el programa de radio que catapultó hasta el reconocimiento y el éxito como periodista a Javier Gallego–ganador del premio Ondas unos meses después de haberse cancelado la emisión en Radio 3 bajo ordenanza de Tomás Fernando Flores– es una plataforma relacionada con elDiario.es, aunque desmarcada de su estructura empresarial y sustentada por las cuotas de sus oyentes. 

 

«Es verdad que, a lo mejor, alguien podría pensar que yo tendría que publicar en una editorial pequeña o alternativa como es mi programa de radio», continúa el escritor, que ya ha publicado dos poemarios con el sello «independiente» Arrebato: «Yo creo que no tengo que darle explicaciones a nadie, la obra es tal y como yo la escribí. De hecho es transgresora, es una obra incómoda en muchos de los temas que trata». Y hace énfasis en el carácter literario de Random House, una editorial «donde los autores son escritores de raza», sin olvidarse, aun así, de destacar que «toda literatura y toda novela tiene una ideología» y haciendo hincapié en que no a todos los escritores se les preguntaría por el carácter del sello responsable de su publicación. «La novela no deja de ser Javier Gallego por que la publique el sello Random House», reseña.

Javier Gallego es a ojos –a oídos– de muchos Javier ‘Crudo’. Un apelativo que hace honor a su programa. También, a una personalidad y un hacer periodístico que evita a toda costa los tapujos, como intentando hacer de la crudeza un sinónimo de verdad. «Yo intento que sea un sinónimo de honestidad, de eso que se llama honestidad brutal», corrige risueño: «Decir las cosas de una manera clara, directa, comprometida, con honradez. Yo no creo ser el poseedor de la verdad, simplemente hago análisis de la realidad conforme a mi visión de esas cosas y me gusta mucho que esos análisis se confronten con otros». Su música, su radio, su poesía –dice– le han llevado siempre fuera «de los caminos trillados». Caminos crudos, como su novela; aunque, sobre el arte, explica que «debe ser lo que quiera el artista», lejos de ser una sóla cosa. «A veces puedes ser crudo, a veces puede ser tierno, a veces puede ser incómodo», añade: «Pero sí que creo en un arte que cambie las cosas de sitio, que te transforme, que no te deje indiferente... Una forma de arte que sea peligrosa, es decir, que dé preguntas y te ponga ante dilemas, que no pase por tí simplemente como una forma de entretenimiento, sino que sea también una convulsión».

A León ha llegado en ocasiones anteriores como visitante. Este sábado, a las 18:45 horas, el Albéitar le recibe de la mano de Antonio Vega en calidad de novelista. «He tenido relación con poetas leoneses y, de hecho, estuve en algún recital de poesía con una antología que se llamaba ‘Encrucijadas’, donde publiqué algunos poemas», explica. Así,‘La caída del imperio’ llega este fin de semana de la mano de su autor, dispuesto a desentrañar los detalles de unas páginas que son analogía de la pérdida, evasiva y hedonista, real y comprometida, de la relatada juventud.

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